Luis Guillermo Solís Rivera no era —lo digo con todo respeto para quienes ejercieron esas labores— el conserje, un guarda, un chofer, el jardinero o el carpintero de la Casa Presidencial durante el período 2014-2018. Era el Mandatario; por lo tanto, sus excusas, rodeos y pretextos no son de recibo; dan pena e indignan.