Enojado, el Presidente recurre al reduccionismo y la subjetividad, endosando los problemas a la vagabundería. De comprobarse su existencia, habría que buscar las causas de tal desidia, no postularla como factor independiente.
Enojado, el Presidente recurre al reduccionismo y la subjetividad, endosando los problemas a la vagabundería. De comprobarse su existencia, habría que buscar las causas de tal desidia, no postularla como factor independiente.