La argumentación de la ministra Giselle Cruz, de Educación, que todo está en marcha, es complejo, mal entendido, o responsabilidad compartida, parece indicar que su enfoque será de evadir los grandes cambios para evitar conflictos con el sindicalismo, con las universidades y otros. Pero el país lo que requiere es una gobernanza en el sector educativo comprometida y dispuesta a enfrentar lo que corresponda.
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La jerarca evita hablar de cerrar escuelas, aunque reconoce que el viraje del bono demográfico obliga a un replanteamiento de la cantidad de centros educativos