Etiquetas Jorge Jiménez Deredia

¿Por qué no afirmar, como lo hizo el maestro Francisco Amighetti —otro costarricense admirable—, que “el arte es una forma de salvarse y de salvar al mundo... aunque sea pasajeramente”? Una verdad que compruebo cada vez que camino por la capital y veo a tantas personas disfrutando de las esculturas de Jiménez Deredia, tomándose fotos al lado de ellas, salvándose —cada quien sabrá de qué— aunque sea pasajeramente.