Quien ejerce la mayéutica debe tener un dominio práctico de la realidad que se discute, tanto para preguntar como para argumentar; de lo contrario, sería incapaz de orientar a quienes están extraviados
Quien ejerce la mayéutica debe tener un dominio práctico de la realidad que se discute, tanto para preguntar como para argumentar; de lo contrario, sería incapaz de orientar a quienes están extraviados