Las necesidades de financiamiento del Gobierno Central han ido en aumento, existe una limitada capacidad de ahorro nacional y la oferta de fondos prestables tiene varios fines, no exclusivamente financiar el déficit fiscal. En ese contexto, no solamente basta con poner atención al crecimiento de los ingresos tributarios o el comportamiento del gasto público, sino volcar la mirada al tercer vértice del triángulo equilátero, la gestión de la deuda pública.