El Almirante Stockdale no tenía idea de cuándo podría ser liberado, no tenía certeza de que existiera una posibilidad real de ello, incluso existía la posibilidad nada despreciable de que su final fuera “muerte en prisión”, sin embargo, esa falta de un punto final no detuvo su inquebrantable creencia de que saldría de su torturador cautiverio.