“Si la mentalidad del emprendedor está en decir voy a dedicarme a lo propio para levantarme tarde, para dormir mucho, para venir a almorzar dos horas a mi casa y ver tele, para no comerme presas, para no aguantarme a un jefe que me grite y ganarme un millón de colones al mes, ya empezó mal. Las cosas no son así”, advierte Andrey Porras Abarca, emprendedor de 33 años.