El déficit financiero del gobierno cerraría el 2021 en un 6,2% del PIB, es decir, 0,8 puntos porcentuales (p.p.) por debajo de lo que se estimó en enero anterior. Esto responde a varios factores, entre ellos mejores resultados fiscales de los previstos para el primer semestre del 2021 y una posible mejora de la economía nacional.
Así lo señaló este viernes el presidente del Banco Central, Rodrigo Cubero, tras la revisión del Programa Económico 2021-2022, que mejoró hacia la alza las perspectivas de diversos indicadores fiscales y económicos del país.
Asimismo, explicó que el ingreso de los créditos externos planificados permitirán ir, paulatinamente, ralentizando las tasas de los intereses; esto colaboraría en la reducción del déficit financiero.
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Las cifras fiscales del primer semestre del 2021 cerraron con números positivos para el país y los planes del Ministerio de Hacienda: se registró un superávit primario de 0,45% del Producto Interno Bruto (PIB), un resultado que contrasta con los resultados acumulados a junio de los últimos 12 años.
Asimismo, el déficit financiero acumulado a junio cerró en ¢744.866 millones (1,97% del PIB); eso sí hay una mejora de ¢620.844 millones si se compara con el mismo periodo del 2020. Este déficit es el más bajo desde el año 2010 en porcentaje del producto interno bruto.
“Los resultados observados a junio 2021 permiten asegurar que la orientación de la política fiscal se encuentra sobre la senda correcta, se está asegurando la sostenibilidad de la deuda, mientras se satisfacen las necesidades sociales, sanitarias y de infraestructura crítica”, señaló el ministro de Hacienda, Elian Villegas, tras los resultados del primer semestre del año.
La revisión del Programa Macroeconómico señala que para el 2022, el déficit financiero alcanzaría un 5,0% del PIB y el resultado primario (sin el pago de intereses) registraría un superávit de 0,2% del PIB. En abril se tenía previsto un déficit para ambos resultados de 5,8% y 0,2%, respectivamente.
Sobre la razón de deuda, para el 2023 podría alcanzar un máximo de 72,4% del PIB, una cifra 3,6 p.p. por debajo de lo que se estimó hace algunos meses. Este porcentaje comenzará a decrecer a partir del 2024.
“La consolidación fiscal y el acceso a fuentes de financiamiento externo (un supuesto crítico) que ofrecen condiciones más favorables (tasa de interés y plazo) que las que podría negociar en el mercado interno, permitiría que las necesidades brutas de financiamiento se reduzcan de 13,4% del PIB en el 2020 a 12,6% y 10,8% en el lapso 2021-2022″, señala la revisión del Central.
Estas proyecciones fiscales suponen que el Gobierno contará con la aprobación legislativa de los proyectos de ley para el ajuste fiscal convenido con el Fondo Monetario Internacional (FMI); para los créditos externos de apoyo presupuestario, con el fin de sustituir deuda interna más costosa por otra con mejores condiciones financieras; y para la eventual colocación de bonos deuda externa en el lapso 2022-2026 planeados por Hacienda.
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Crecimiento de la economía
El Central también mejoró las perspectivas de crecimiento de la economía local, con un cambio de 2,6% estimado en enero anterior a un 3,9% con la revisión, principalmente ante las alzas de las previsiones de recuperación a nivel mundial y de socios comerciales de Costa Rica.
Asimismo, la producción también crecería un 0,1 p.p. más de lo que se había calculado para el 2022 y podría llegar a un 3,7%.