La tasa básica pasiva está en niveles históricamente bajos, lo que implica que los ahorrantes deben enfrentarse a una especie de castigo en sus rendimientos. No obstante, los usuarios pueden maniobrar con el capital, tasas de interés y plazos para mantener sus ahorros a flote.
La política monetaria expansiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR) y el exceso de liquidez en el sistema financiero han contribuido a una caída histórica en la Tasa Básica Pasiva (TBP). Por ende las personas se enfrentan bajos indicadores que castigan su capital.
La TBP es un promedio ponderado de las tasas de interés brutas de captación a plazo en colones o dólares de los distintos grupos de intermediarios financieros.
Los ahorros a largo plazo ya no tienen la misma recompensa que en años anteriores. De hecho, el 14 de octubre la TBP calculada por el Central se ubicó en 2,8%. Esto significa 0,45 puntos porcentuales (p.p.) menos que la misma fecha del años 2020. Además si se compara con febrero del 2020 -época cuando la pandemia no había permeado en el sistema financiero- la diferencia es de casi tres puntos porcentuales.
Este es el efecto de las tasas de interés que aportan las diferentes entidades del sistema financiero nacional (SFN) para los certificados de depósito a plazo.
Por su parte el economista y exsuperintendente de entidades financieras, Javier Cascante, destacó que lo que se observa en los rendimientos es el resultado de tasas de interés muy bajas con el objetivo de reactivar la economía. Adicionalmente se observa al ministerio de Hacienda colocando bonos en colones a tasas de interés muy bajas y esto marca tendencia.
“Cuando hay este tipo de situaciones macroeconómicas las tasas de interés disminuyen porque la banca debe manejar sus costos de fondos, es decir no puede seguir pagando altos “premios” cuando hay poca gente solicitando. Cuando la reactivación económica del país sea más fuerte y sostenible volverán a subir”, agregó Cascante.
Actualmente el rendimiento neto promedio para un certificado de depósito a plazo (CDP) en colones a seis meses en un banco del estado es de 2,33% anual. Tome en cuenta que la inflación en setiembre fue de 2,09%.
La expectativa de la inflación a 12 meses es de 1,12%, esto significa que dentro de 1 año la tasa real del certificado de depósito a plazo sería de 1,21%. Es decir que el rendimiento sería aún menor.
Empero volviendo a las tasas sin considerar la inflación, si una persona decide abrir un CDP con un capital de ¢300.000 después de un plazo de seis meses tendrá una ganancia de ¢3.495, entonces su capital pasará a ser de ¢303.495 aproximadamente. Recuerde que las tasas son anuales y por lo tanto debe ajustarse al plazo seleccionado.
Si renovara automáticamente ese certificado por un periodo igual, entonces al año tendría cerca de ¢6.990, siempre y cuando se mantengan las mismas condiciones de tasa.
Para un caso similar pero en moneda extranjera. Bajo el supuesto de que una persona decida invertir $300 en un CDP a seis meses en la banca pública el usuario tendrá un un rendimiento de 1,26% lo que implica que recibirá al final del periodo de $1,89 en intereses. De la misma forma, si lo extiende seis meses más el monto anual será de $3,78.
Ahora bien, con los plazos más extensos (de 1 año o más), la situación mejora un poco, pero la diferencia no es significativa.
De manera que con un CDP en colones en un periodo de 360 a 539 días (alrededor de un año) el rendimiento pasa de 2,33% a 2,86%, esto es solo 0,53 puntos porcentuales adicionales (p.p).
Lo que implica que si esa misma persona invierte los mismos ¢300.000 en un plazo de un año en lugar de obtener ¢6.990 de ganancia, tendrá ¢8.580, o sea, ¢1.590 de más.
Aunque las tasas anuales siguen un rendimiento más alto, maniobrar con los plazos le puede permitir defenderse de las tasas bajas, pues al tener vencimientos en pocos meses el ahorrante puede llegar a aprovechar cambios en las condiciones.
Es decir, tendría más oportunidades para aprovechar un eventual incremento de tasas en comparación con alguien que pactó un instrumento por 360 días.
Según el administrador y asesor financiero Roberto Olivas, actualmente la política monetaria desincentiva a las personas a ahorrar para que por el contrario gasten el dinero y la economía se reactive, sumado a esto se mantiene la incertidumbre sobre el proceso de recuperación y la pandemia.
Debido a estos factores las tasas de interés están en mínimos históricos por lo que dentro de su cartera de asesorías no recomienda invertir en este momento en un CDP.
“En este momento con la expectativa de inflación, invertir en un CDP es tener una ganancia casi que de cero”, agregó Olivas.
Para iniciar con el proceso de ahorro e inversión es recomendable dar pasos pequeños.
“Dígame su objetivo y le diré con cuál instrumento invertir”, esta es la frase que utilizó Olivas, quien explicó que para hacer un plan de ahorro que se adecue a las metas de largo plazo es necesario tener claro el propósito de cada inversión y sobre este tomar decisiones de instrumentos.
Adicionalmente a los CDP, los bancos aseguran que también ofrecen otras ofertas de planes de ahorro que pueden adaptarse a las necesidades líquidas de cada persona.
TBP sigue bajando
Desde que la economía nacional recibió el impacto de la COVID-19 el BCCR adoptó una política monetaria expansiva, además las personas abandonaron sus posiciones de ahorro a largo plazo para tener cuentas más líquidas y enfrentar emergencias.
“Las tasas de los bonos han estado bajando y la demanda de crédito es muy lenta y los bancos tienen mucha liquidez así que su alternativa son los bonos de gobierno a tasas más bajas. Es decir, la oferta de dinero (liquidez proveniente de depósitos del público) ha sido mayor que la demanda de crédito” explicó el economista Luis Liberman.
A partir de marzo que se empezó a observar ese fenómeno, se ha mantenido en niveles históricamente bajos. Este 2021 pese a la recuperación económica que muestra Costa Rica no se ha recuperado.
De acuerdo al economista y asesor de Prival Bank, Vidal Villalobos, los bajos rendimientos y “premios” por ahorro responden a que las entidades bancarias aún tienen demasiada liquidez y a pesar de que se les brindó un crédito adicional a través de las operaciones diferencias a plazo (ODP), las siguen manteniendo en sus entidades.