Cuando la pandemia llegó a Costa Rica, tanto supervisores como participantes del sistema financiero tomaron medidas extraordinarias con la expectativa de que la crisis sanitaria tardaría un máximo de cuatro meses.
Seis meses después el futuro sigue incierto, y el camino que adopta el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) es suavizar las reglas del juego y pedir prudencia.
El mensaje de este ente es que “este no es un momento para meterse a rescatar cadáveres”, explicó Alberto Dent, presidente del Consejo, al referirse a la necesidad de que la banca ayude principalmente a las empresas afectadas por la pandemia que tienen todo el potencial para recuperarse.
Conassif permitirá que la banca readecue cuantas veces sea necesario los créditos de los clientes. Así se estableció en un acuerdo tomado este 1 de setiembre y en el que dice que hasta el 30 de junio del 2021 las entidades podrán hacer la cantidad y el tipo de readecuaciones, prórrogas, refinanciamientos o una combinación las veces que estimen necesarias. Los ajustes no podrán ser considerados para que el crédito sea catalogado como especial.
Dent conversó con EF el jueves 27 de agosto. A continuación, un extracto de la entrevista:
¿Cómo ha cambiado el análisis que hace Conassif desde el inicio de la pandemia hasta hoy?
Para el mes de febrero nosotros teníamos una visión de cómo hacer las cosas, porque emitimos algo que se conoce como normativa prudencial. Les dijimos a las entidades financieras ‘esto es lo que yo espero de usted, espero un comportamiento profesional, que usted sea prudente en el manejo y que me demuestre que sabe cómo administrar el riesgo’. Estábamos entrando en una etapa que se conoce como supervisión basada en riesgos.
Eso tuvimos que meterlo en una gaveta y comenzamos en el mes de marzo a tratar de analizar qué es lo que veíamos. Obviamente lo que veíamos en ese momento, no es lo que vemos ahora.
Nosotros dijimos esto tomará tres o cuatro meses, y los bancos igual, pero ya vamos por cinco, seis meses.
En ese momento, decidimos darles la oportunidad de que bajo circunstancias extraordinarias aplicaran medidas extraordinarias, para que pudieran seguir atendiendo a sus clientes sin perder la calificación de crédito original que ellos tenían.
Entonces, le dijimos a cada entidad ‘siéntese con el cliente, reestructúrele el crédito una vez, dos veces y hasta tres veces en el tanto esta pandemia dure’.
Ahí comenzamos a ver el panorama, y pensamos que se iba a dar una desmejora en la mora. Eso se ha producido, pero no tanto porque la realidad es que los bancos han tenido la oportunidad de hacer una serie de readecuaciones y ahora les estamos abriendo la puerta para que hagan más todavía.
No queremos que tomen a un cliente que estaba relativamente sano cuando comenzó la pandemia y no tengan la posibilidad de atenderlo.
Ahora estamos tratando de ver lo que podrían ser algunos principios de reactivación. Ya salieron a indicar que a partir de setiembre existe un baile más activo para que las empresas puedan operar. Eso le va a dar una oportunidad a una parte de las empresas, no necesariamente a otras, porque la parte de turismo va a tener un periodo de recuperación un poquito más largo.
Lo que hacemos es ver cómo puede el banco atender a esos clientes sin mucho estrés, pero que al mismo tiempo sea lo suficientemente honesto para hacerle un análisis, porque este no es un momento para meterse a rescatar cadáveres.
Desde antes de la pandemia, la banca apostó por los créditos de salvamento. En enero y febrero ya el alto nivel de endeudamiento era un riesgo.
Sí, ahí lo que se ve mucho es la parte de personas, no tanto la empresarial. En esa parte nosotros no nos metimos.
La parte de tarjetas de crédito no nos metemos nosotros porque si bien a muchos los afectó la pandemia, muchos de ellos tenían seguros de desempleo que les cubrían las cuotas que tenían que pagar y los han estado utilizando. Creo que llega hasta un año (la cobertura de los seguros) y esperamos que puedan recuperar el trabajo antes de que eso se dé.
¿Cuál es el espacio que queda en términos de supervisión para permitirle a la banca negociar más con sus clientes?
Queda todo el espacio, no tenemos ningún problema con eso. Inclusive, ahora estamos revisando nuevamente porque lo que habíamos tomado como acuerdo estaba basado en una concepción de que esto duraba tres o cuatro meses.
Ahora, lo que pretendemos es decirles a los bancos que hagan las readecuaciones que necesiten hacer, pero atienda a su cliente. No permita que su cliente se hunda, si su cliente es salvable.
Si usted tiene que hacer, dos, tres, cuatro readecuaciones, hágalo según lo que usted considere, no tenemos problema con eso. Nos informa y mantenemos comunicación, y vamos viendo cómo camina la cosa.
Ya cuando comience esto a salir, comenzamos a apretarlos un poquitito más para ya comenzar a la normalidad.
Hablaba ahora en pensar en la reactivación, ¿qué puede ayudar a las entidades a dinamizar el crédito?
Si la empresa tiene la posibilidad de salir, conjuntamente con el Banco Central y con la Presidencia de la República, hemos visto dos mecanismos que podrían ser interesantes.
Uno es la línea de crédito que el Banco Central estaría abriendo y que está terminando la consulta pública que tienen y que estaría, creemos nosotros, aprobando. No depende de nosotros.
Es una línea de crédito muy barata para los bancos, que en este momento no tienen acceso a eso porque a nivel mundial las líneas de crédito se acabaron. El Banco Central les va a prestar la plata a 0,75%, a cuatro años plazo y tasa fija. Esperamos que los bancos tengan la cautela para prestar bien y ojalá más barata que el crédito que el cliente tenía anteriormente.
Luego, nos fuimos un poquito más allá y se diseñó un proyecto de avales, donde quien va a asumir el riesgo es el Estado. Nosotros necesitamos sentarnos como Conassif a determinar qué tipo de riesgo le asimilamos a esa garantía que se está recibiendo.
En este momento es una garantía que tiene contenido económico, es del Estado, y no vemos problema en pretender darle una cobertura a eso para efectos de mitigar que los bancos no tengan que hacer muchas reservas.
Sí les pedimos a los bancos que por lo menos asuman una cobertura del 20%, porque el que está asumiendo el riesgo tiene el cuidado de hacer un buen análisis y nuevamente, tiene que sentarse con el cliente.
El cliente puede tener un flujo de caja cero, pero la intención es que cuando ese flujo de caja se restablezca parcialmente y totalmente ese cliente es viable.
Los avales se pueden otorgar por un plazo de hasta 15 años y como el riesgo que está asumiendo el banco es relativamente bajo, esperamos que también sea generoso en cuanto a la tasa de interés que le va a cobrar a ese cliente. Eso es lo que estamos viendo en este momento.
¿El seguimiento que dan a las entidades es más estrecho con la pandemia?
Seguimos dándole seguimiento a los bancos en términos de liquidez, obviamente los bancos están sintiendo una transformación importante porque muchos de los dineros que habían captado a plazo, se les están convirtiendo en platas a la vista.
Los saldos en cuenta corriente se les han subido mucho, pero los saldos en captación de mediano y largo plazo se les han bajado. La gente dice ‘ese título que se me venció lo voy a dejar en cuenta corriente o lo meto en un fondo de inversión a la vista’.
Todo eso hay que manejarlo. La superintendencia está mandando mensajes continuamente, anteriormente una vez al mes mandaban todos los índices de liquidez, de calce de plazos, ahora algunos de ellos, lo que es liquidez sobre todo, se los estamos pidiendo diario.
Siempre he tenido un principio de que no me gustan las sorpresas. Dicen que en guerra avisada, no muere soldado. Prefiero tener la información por delante y ver cómo la manejo, para evitar los problemas de llevarnos la sorpresa de un momento a otro que alguien está en problemas.
Eso ha caminado muy bien, llevamos muy bien monitoreando el tema. Unos para arriba y otros para abajo, pero todo lo están manejando bastante bien.
¿Desde hace cuánto tiempo se lleva ese seguimiento diario a la liquidez?
Desde hace como dos meses. Cuando se hizo alguna de todas las modificaciones, se les dijo que comenzaran a enviar eso diariamente para efectos de seguimiento. Lo mandan inclusive por correo electrónico.
¿Cómo está ahorita la liquidez y la suficiencia patrimonial? Usted dice que algunos van para abajo.
Está muy bien, tanto la banca privada como la banca estatal. Cuando tuvimos la crisis del 2008, que me tocó a mí estar como presidente del Conassif también, entró por el sistema financiero. En Costa Rica entró por la economía y nos agarró con un sistema financiero muy bien capitalizado. Aquí se dio lo mismo.
Acabamos de publicar un análisis de riesgo a nivel global donde estamos claros que la gran mayoría de los bancos grandes importantes están muy bien capitalizados y tienen una suficiencia patrimonial muy amplia, inclusive aplicándoles un análisis de estrés. Eso nos dio una gran tranquilidad porque nos ha permitido que el efecto en la suficiencia haya sido relativamente bajo.
Nos reunimos muy frecuentemente con los gerente de los bancos, estamos muy cerca del Banco Central con todos los indicadores, ellos nos dan información y nosotros a ellos. Creemos que tenemos el toro agarrado por los cachos para que no se nos salga.
¿Dónde está el sistema financiero bajo presión?
El sistema está bajo presión en el tanto la pandemia siga durando, porque alguien explicaba el otro día que ha tenido un impacto directo en la economía y ha creado un problema en la parte económica. Eso es lo que afecta a los bancos.
Entre más dure, más efecto va a tener. De ahí la prudencia de los bancos en que cuando la pandemia empiece a desaparecer, comiencen a ayudar ellos a esos clientes.
Les pedimos que tengan la madurez de poder identificar a aquellos clientes que en el mes de enero o febrero estuvieran en mala situación, para ayudar a los que se afectaron realmente por la pandemia.
La supervisión está cambiando, ¿se regresará al estilo previo o a una nueva forma de vigilancia?
Nos encontramos en una situación en donde estamos en el medio de cambiar completamente la normativa. Estamos pasando de una normativa que tenía una serie de notas, a una normativa que va a cambiar todo, que tiene que ver con una supervisión basada en riesgos.
Esto lo que requiere es que la Superintendencia analice cómo está manejando el riesgo cada una de las entidades, no hay receta, lo que sí creemos es que las decisiones importantes las debe tomar la entidad. No como ahora que nosotros apretamos y les decimos, usted tiene que hacer esto y esto.
Esto va a profesionalizar mucho a las entidades y que nosotros no tengamos que molestarlos tanto.
Más allá de la pandemia, ¿cuáles cambios regulatorios se acercan?
Tenemos otra cosa, que está aprobada por ley, que es el seguro de depósitos. Entra en vigencia cuando saquemos la normativa que regula eso y estaría para entrar en vigencia a partir de febrero del año entrante.
Ahí tenemos que sentarnos a valorar cada entidad, porque cada una tendrá una prima diferente. Si es un banco categoría normal uno, el más capitalizado, es el que paga menos.
Tenemos que reformar la metodología de crédito Sugef 1-05, sobre cómo se mide el riesgo del crédito. Va a desaparecer y viene una nueva, se tiene que entregar entre noviembre y diciembre.
Vamos a tomar el año 2021 para implementar una nueva experiencia con todo el sistema, pero supuestamente es de mentirillas para ir haciendo ajustes mientras sigue la 1-05 vigente. A partir del 2022 ya eliminamos una y va la otra