El jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, anunció este martes 29 de agosto un gran paquete de estímulo que incluye ayudas fiscales por valor de más de 7.000 millones de euros anuales ($7.600 millones) hasta 2028, para relanzar una economía en plena crisis.
La mayor economía europea tuvo un crecimiento nulo en el segundo trimestre y podría ser el único gran país industrializado en sufrir una recesión este año, según el FMI, una cuestión que está dominando el inicio del nuevo curso político en Alemania.
El paquete de estímulo fiscal concierne a las pequeñas y medianas empresas, detalló Scholz en un seminario del gobierno de coalición en el castillo de Meseberg, cerca de Berlín.
"En esta coyuntura, es muy importante que el gobierno federal lance una ofensiva para estimular el crecimiento de nuestro país, y garantizar que las empresas tomen sus decisiones (...) relativas a las inversiones", argumentó ante la prensa el jefe del gobierno alemán.
En ese sentido, su gobierno de coalición, que aglutina a socialdemócratas, ecologistas y liberales, adoptó un programa de reactivación en 10 puntos.
Entre ellos figuran incentivos a la investigación, y una mejora de la deducción fiscal aplicada a las empresas por las pérdidas sufridas.
Igualmente se facilitará el acceso de las jóvenes empresas a los mercados de capitales, con medidas valoradas en 1.000 millones de euros.
Berlín apuesta también por una adopción rápida de un proyecto de ley sobre la inmigración cualificada, que se espera alivie la penuria de mano de obra. El texto debe ser aún aprobado por el Parlamento.
La industria alemana, locomotora de la economía nacional, se vio golpeada de lleno por la disparada inicial de los precios de la energía consecutiva a la invasión rusa de Ucrania.
La coalición de gobierno quiere garantizar a las empresas una energía a un precio abordable, por medio de subvenciones temporales.