Desde que el Banco Central de Costa Rica (TPM) empezó a disminuir su Tasa de Política Monetaria (TPM) en marzo de 2023 –de 9% al 5,75% actual–, el promedio ponderado de la tasa activa negociada (TAN, promedio de las tasas de préstamos) en colones ha registrado lentos ajustes hacia la baja, aunque con algunos altibajos de por medio.
En el primer trimestre de 2023, el promedio de la TAN en los intermediarios financieros fue de 13,31%; mientras que en el trimestre móvil comprendido entre noviembre de 2023 y enero de 2024, el indicador fue de 12,51%. Es decir, ha bajado menos de un punto porcentual (p. p.).
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El economista de la Asociación Bancaria Costarricense (ABC), Ronulfo Jiménez, mencionó que para ver el impacto en el período de la baja en las tasas de los créditos, es necesario analizar el plazo que lo antecedió, el del incremento en los tipos de interés.
En una conferencia de prensa virtual realizada por la ABC este martes 27 de febrero, Jiménez detalló que cuando el Central empezó a incrementar el nivel de su TPM, las entidades bancarias no realizaron aumentos en las tasas de interés de los créditos con la misma intensidad.
Además, indicó que cuando la TPM subió 8,25 p. p., entre diciembre de 2021 y octubre de 2023, en promedio las instituciones financieras elevaron las tasas de interés de los créditos en 3,8 p. p.
“Existió un efecto (de) no traspasado de 4,45 puntos porcentuales. ¿Eso qué quiere decir? Los bancos redujeron su margen de intermediación en colones (diferencia entre lo que ganan por préstamos y lo que pagan por depósitos). Vieron que no era prudente trasladarlo (el aumento completo de la TPM a las tasas de créditos), porque un aumento de esa magnitud habría puesto a los deudores en dificultades y a los mismos bancos”, dijo el economista de la organización gremial.
Pese a que la reducción en la Tasa de Política Monetaria ayuda a bajar las tasas de interés activas; el Encaje Mínimo Legal (EML) en 15% y una regulación prudencial las “presionan al alza”.
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A mediados de 2022, la autoridad monetaria aumentó el porcentaje del EML del 13% al 15%. Para la ABC esta medida ha incrementado el costo de las captaciones de ahorro de los clientes.
El encaje es una reserva de dinero que los bancos, las empresas financieras no bancarias y las mutuales deben mantener en el ente emisor, en forma de depósitos en cuenta corriente. “Estos son recursos por los cuales los bancos comerciales le pagan un interés a los depositantes pero que son enviados al BCCR sin que este les pague una tasa de interés”, comentó Jiménez.
Con respecto al elemento de “regulación prudencial” que presiona al alza las tasas de los créditos, en la conferencia se indicó que hay una serie de medidas –”en particular las que tienen que ver con provisiones y especialmente las que han estado relacionadas con los créditos de consumo”– que aprobó el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), y que están afectando los costos de captación y prestación de recursos.
Los intermediarios financieros han amortiguado tanto en el alza como en la bajada de las tasas de interés (de los créditos).
— Ronulfo Jiménez, economista de la Asociación Bancaria Costarricense