Los modelos de pronóstico del Banco Central de Costa Rica (BCCR) proyectan que el crecimiento de la inflación en el país se mantendrá contenida dentro del rango meta a pesar de que en este momento existen factores que presionan al alza. Para poder comunicar este resultado el equipo económico de la entidad debe revisar una serie de indicadores nacionales e internacionales en diferentes periodos.
El modelo macroeconómico del Central está basado en metas de inflación. Esto quiere decir que el BCCR debe ajustar o mantener una política monetaria flexible para tener una inflación baja y estable, similar a la de largo plazo de los principales socios comerciales de Costa Rica.
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La efectividad bajo un esquema de metas está basada en buena medida en el correcto y oportuno pronóstico de la inflación de corto y mediano plazo con el fin de diseñar de mejor forma las acciones de política monetaria.
Para poder mantener estable y dentro del rango meta este macroindicador el equipo económico del Central debe vigilar dos grandes determinantes, por un lado la expectativa de inflación que indica cuál es el nivel que los agentes económicos creen que será la inflación en el futuro de acuerdo a los factores que ven en la cotidianidad.
Por otro lado, está la brecha de producto, la cual mide las presiones de la demanda sobre la oferta total del país, es decir si en determinado momento en la economía se está demandando más de lo que se produce. Esta brecha se traslada al consumidor a través de la inflación.
Adicionalmente hay otros factores a lo que se les presta atención como el precio de las materias primas en los mercados internacionales y tipo de cambio, los cuales se pueden llegar a trasladar a la inflación y por ende al consumidor.
Herramientas de pronóstico
EF se reunió con un grupo de especialistas del equipo económico del Banco Central, liderado por Roger Madrigal, para conocer qué tipo de instrumentos son los que utilizan para hacer las respectivas proyecciones inflacionarias que presentan a través de los informes macroeconómicos y de política monetaria.
Para poder determinar cómo será la inflación y qué tipo de decisiones macroeconómicas debe adoptar el Central para mantenerla dentro del rango meta, la entidad debe establecer tres horizontes de proyección cada uno con un plazo diferente.
Es decir, que los resultados que muestra el BCCR son la mezcla de varios factores internos, externos, modelos econométricos e interpretaciones de los especialistas de la entidad. Posteriormente pasa por una serie de aprobaciones de los jerarcas de Banco Central y la Junta Directiva también debe de dar su visto bueno.
1. Tiempo real
Un grupo de economistas del Central explicó el primer análisis que realizan a través del Índice de Precios al Consumidor. Para este pronóstico los efectos estacionales como las sequías o la poca demanda de determinados productos agrícolas tienen gran incidencia sobre el resultado.
El equipo económico del Central entiende por “tiempo real” a las proyecciones que se realizan en el mes en curso.
Otros factores que pueden afectar el indicador en este periodo es la variación de precios de materias primas importadas.
Los datos que contemplan los resultados de la inflación en el tiempo real son por ejemplo, ajustes de precios aprobados o en estudio, información recopilada de empresas públicas sobre perspectivas de ajuste de precios, entre otros factores.
“Los modelos econométricos no pueden capturar todas las variaciones idiosincráticas, por ejemplo, si ocurre un fenómeno climático inesperado y ello causa la pérdida de parte de la cosecha de tomate, eso crea escasez relativa de ese producto, lo cual a su vez se reflejará en el precio de los tomates y consecuentemente en el nivel del IPC”, agregó Roger Madrigal, director del equipo económico del BCCR.
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2. Corto plazo
En este escenario se pronostica la inflación en el corto plazo con dos métodos econométricos y una técnica.
Sin embargo, como en todo pronóstico tiene implícitos riesgos e incertidumbre asociados a los factores, por ejemplo la pandemia de COVID-19, que puede cambiar en cuestión de meses todos los pronósticos.
El primer método utilizado por el Central se denomina el método univariado, el cual toma únicamente los datos históricos de la serie de inflación, la cual es medida por el IPC. Esta herramienta es utilizada para un horizonte de uno a tres meses.
Adicional al histórico de inflación, también se pueden generar una serie variaciones mensuales o interanuales, pero siempre se nutre de la serie histórica la inflación.
Es importante destacar que no se trata de un único método univariado el que genera la información sino que comprende la estimación de múltiples especificaciones de modelos univariados de inflación, de manera que los pronósticos se combinan para obtener una medición agregada.
Para el corto plazo el Central también utiliza las técnicas bayesianas las cuales toman 66 variables dentro de las que se contempla el histórico del IPC, datos locales e internacionales, tipo de cambio, tasas de política monetaria y brechas de producto, entre otros.
En esta técnica el horizonte de pronóstico es de uno a doce meses debido a que se toman en cuenta más variables.
“¿Qué es lo importante o cuál es la característica principal de las técnicas bayesianas? Que aprovechan al máximo la información disponible en términos de variables; utilizamos 66 variables distintas. Esto permite reducir la incertidumbre sobre la mejor especificación del modelo”, destacó Madrigal.
No se centran en la elección óptima de un modelo, sino que buscan las mejores estimaciones de todos los “n” modelos posibles, para después ponderar estos resultados mediante probabilidad condicional y el resultado que se obtiene es interpretado por los analistas económicos del Central de manera que obtienen una conclusión que posteriormente el comunica. Las variables pueden cambiar según la cantidad de información que se va añadiendo.
La tercer herramienta que se utiliza para realizar los pronósticos de inflación del país es a través del método de aprendizaje automático (machine learning), el cual es una herramienta de minería de datos que analiza 66 variables, aprende sobre su comportamiento y funcionamiento para posteriormente predecir cómo varía.
El algoritmo utilizado considera datos y variables desde 1991 hasta la actualidad. El horizonte de proyección es mayor a un mes hasta 12 meses, pese a que el periodo se puede extender para poner tener mayor exactitud en los resultados e interpretaciones los profesionales del Central utilizan solamente los resultados a un año.
Las variantes utilizadas son de K-Nearest Neighbours (KNN), bosques aleatorios, extreme gradient boosting y un modelo de tipo long short-term memory (LSTM). Sus propiedades se evalúan de acuerdo con criterios sugeridos en la literatura sobre pronósticos óptimos, se compara su desempeño con el del promedio de los pronósticos univariados actualmente en uso en el Banco Central de Costa Rica.
A diferencia de los modelos econométricos tradicionales, no buscan una relación causal o un modelo estructural. Su principal objetivo es mejorar la capacidad de predicción de la variable objetivo que en este caso es la inflación.
3. Mediano plazo
Para el mediano plazo se toman en cuenta los datos con periodicidad trimestral y describe los principales mecanismos de transmisión de la política monetaria, es decir, las tasas de interés, expectativas de inflación y tipo de cambio.
Este modelo es más dinámico y considera el rezago con que opera la política monetaria. Para su cálculo toma en cuenta además la brecha del producto, esta mide las presiones de la demanda sobre la oferta total del país. Adicionalmente, explica el comportamiento agregado de una economía pequeña y abierta.
El Banco Central denomina este análisis como el modelo macroeconómico de proyección.
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Riesgos e incertidumbre
El BCCR cuenta con todas las herramientas descritas anteriormente para poder obtener datos que posteriormente son interpretados por los especialistas económicos de la entidad y es donde se trazan las conclusiones que la entidad presenta en sus programas macroeconómicos.
Las diversas metodologías aportan información complementaria con diferentes fórmulas funcionales, supuestos coherentes y un mismo objetivo.
No obstante, todo pronóstico tiene implícitos riesgos e incertidumbre asociados que pueden desviar las predicciones.
En el caso de la pandemia, pese a que el Central tenía una proyección sobre las posibles cifras que reflejaría la inflación y la ruta de política monetaria para los años 2020 y 2021 tan pronto el país empezó a enfrentarse a un factor totalmente desconocido y con implicaciones inciertas, los modelos de pronóstico de la entidad debieron dar un giro y readaptarse.
De manera que ante el impacto de la COVID-19 el Central adoptó una política monetaria expansiva para reactivar e incentivar el consumo y mover la línea de la inflación hacia el rango meta, ya que desde abril del 2020 hasta julio del 2021 estuvo por debajo de su rango meta.
La pandemia fue un evento atípico, pero en cada proyección hay riesgos, que son los eventos que puede desviar la inflación.
Por ejemplo, los eventos naturales, en el 2020 —adicional a la emergencia sanitaria— el país se enfrentó los efectos de huracanes que aunque no golpearon directamente al país, sí afectaron algunas zonas agrícolas y por ende el pronóstico en tiempo real debió adaptarse, además de que la experiencia o aprendizajes que dejó el evento se tomaron en cuenta para las proyecciones de corto plazo.
Lo mismo sucede cuando acontecen terremotos, tormentas tropicales u otros desastres naturales.
En el plano internacional, hay eventos como la actual crisis de contenedores, el alza en la inflación de los principales socios comerciales de Costa Rica que en este caso es Estados Unidos o el incremento en el precio de las materias primas.
Por ejemplo, las metodologías del Central evidencian que el incremento en el costo del cóctel de hidrocarburos es transitorio pero aún hay un riesgo de que sea más permanente, por lo que los modelos están en constante aprendizaje de estas experiencias en determinados plazos para evaluar si es necesario o no hacer un cambio de interpretación.
Adicionalmente está la incertidumbre, la cual muestra las probabilidades de diferentes valores sobre una proyección central. Como es el caso del petróleo y la importación del mismo al país que además de ser un riesgo provoca incertidumbre, la cual presiona al alza a la inflación.