Los inversionistas tanto locales como internacionales son sensibles a acontecimientos en la arena política y en la económica de Costa Rica. En los meses previos a la elección presidencial es posible ver la reacción a la incertidumbre y con ello consecuencias como la moderación de nuevas inversiones y hasta el efecto que tienen sobre las finanzas públicas.
Lo que se aproxima en los siguientes ocho meses para el país es un gran entramado de factores tanto políticos, económicos y sociales; ante esto, los agentes económicos ya comienzan a mover sus percepciones respecto al acontecer nacional, con un panorama aún incierto hasta en lo sanitario.
Adicionalmente, el periodo electoral hace que las reacciones en el mercado internacional sean más frecuentes y visibles mediante el precio relativo de los bonos de deuda eterna. Así se vio hace cuatro años cuando los valores de esos instrumentos reaccionaban a diferentes noticias en torno a la política como los resultados de las encuestas.
EF consultó a Adriana Rodríguez, gerente de puesto de bolsa de Grupo Acobo; a Freddy Quesada, gerente de INS Valores y a Vidal Villalobos, asesor económico de Prival, sobre los factores que se avecinan y que podrían agitar a los mercados.
Como resumen, los elementos que podrían dictar la agenda de los inversionistas son: los restantes acuerdos y discusiones legislativas en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la evolución de las finanzas públicas y la eventual necesidad de otros empréstitos internacionales, la variación de los niveles de contagio por la pandemia y, por supuesto, la campaña electoral que, aunque no ha iniciado de manera oficial, ya da sus primeras señales de complejidad.
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Aunque la confianza de los inversionistas mermó para el segundo semestre de este año, según el Índice de Confianza del Agente Económico (ICAE) del Banco Central (BCCR) y principalmente por lo referente con el proyecto de Ley de Empleo Público, para el tercer trimestre presentó señales de recuperación.
No obstante, señaló Rodríguez, es posible que dicha confianza se vea afectada una vez que inicie de manera oficial la campaña electoral.
Fondo Monetario
Pese a que el acuerdo con el FMI ha avanzado, los inversionistas estarán centrados en la concreción de los temas relacionados con el organismo multilateral y la ejecución de los compromisos adquiridos; entre esto la aprobación de la Ley de Empleo Público y algunos impuestos.
“Los inversionistas y el FMI van a estar atentos al cumplimiento de esto; el tema se ha venido manejando de buena manera a lo largo del año pero falta concretar y terminar de dar el tema por cerrado desde el punto de vista de cumplimiento de compromisos”, señaló Quesada, de INS Valores.
A esto se une la discusión de eventuales nuevos empréstitos que Hacienda lleve a la Asamblea Legislativa con el objetivo de mejorar las cifras fiscales, a través de la sustitución de deuda cara por deuda barata. Una mejor gestión de la deuda, además de posiblemente generar liquidez adicional, da insumos para mejorar la confianza.
Situación sanitaria
Por otro lado, aunque el país ha reportado notables avances en la vacunación contra la COVID-19, la emergencia sanitaria aún no se ha contenido y tanto los nuevos contagios como las hospitalizaciones no dan tregua.
Esto pone de manifiesto el latente de riesgo de nuevos cierres comerciales y restricciones más severas; no obstante, pese al avance del virus y la variante delta en las últimas semanas, el Gobierno flexibilizó las restricciones para setiembre.
“Cómo se está moviendo la tasa de contagio en el país es muy importante. porque se sobreentiende que si aumenta las medidas de restricción van a perdurar (...), en el segundo semestre había cierto ánimo de que se estaba superando la pandemia y eso elevó el optimismo entre empresarios, inversionistas y consumidores; pero al caer otra ola de contagio eso se borró”, comentó Rodríguez.
Escenario electoral
Entre los factores más cruciales, están las próximas elecciones presidenciales que no son sencillas de leer: cada día aumenta la cantidad de posibles participantes, que incluye a candidatos ya ampliamente conocidos y algunos nuevos, todo esto complica las previsiones.
Podrían ser hasta 20 los partidos políticos de tendencias muy distantes entre sí que participen en los comicios de febrero, por lo que una segunda vuelta —como en las dos elecciones anteriores— cada vez se hace más posible.
Esto, si ninguno de los candidatos presidenciales obtuviese al menos el 40% de los votos. La segunda ronda sería el domingo 3 de abril, entre los dos más votados. La incertidumbre se alargaría entre inversionistas y consumidores, quienes se mantendrían a la expectativa del futuro del Ejecutivo.
En el 2018 se notó la incertidumbre generada por las elecciones, pues el precio de los bonos descendió (sube el rendimiento) luego del resultado de la segunda ronda, que se tradujo como un mensaje de desconfianza por parte de los inversionistas extranjeros
Para febrero sí se esclarece una de las grandes interrogantes, la conformación de la Asamblea Legislativa, que tendrá en sus manos la potestad de proyectos y disposiciones que podrían afectar el panorama fiscal y económico del país.
“Es preocupante cómo quedará la Asamblea Legislativa y cómo nos pondremos de acuerdo en los siguientes cuatro años; esas son dudas que naturalmente los inversionistas estarán valorando y si van saliendo noticias de procesos de corrupción o investigación, eso genera dudas e incertidumbre y la gente prefiere no tomar decisiones por el momento”, explicó Villalobos.
En periodo de campaña electoral los inversionistas responden tanto al perfil de los candidatos como a las encuestas que se divulgan semanas antes de los comicios. Con las posiciones de los aspirantes según los sondeos, los agentes económicos arman sus escenarios y previsiones y, con esto, su percepción del futuro.
Eurobonos en el juego
Asimismo, el entorno político en el que ya comenzó a sumergirse Costa Rica afecta no solo la percepción de los inversionistas en sí, si no que se materializan también el precio de sus bonos.
Villalobos explicó que los bonos costarricenses de los mercados internacionales tienen una volatilidad mayor que en el mercado local, principalmente porque en el país los inversionistas institucionales tienen mayor información de primera mano y, además, tienen políticas o planes de inversión determinados.
Sin embargo, los mercados extranjeros son más susceptibles al nerviosismo por acontecimientos locales y si se da un aumento en la oferta de títulos sus precios bajan. ¿Esto que significa en materia de bonos? Que la rentabilidad puede subir, por lo que el costo de financiarse tanto para el Gobierno como para otras instituciones, empresarios u operadores internos privados que busquen financiamiento externo podría ser mayor.
Así, las campañas políticas y su eventual evolución afectarían los precios de los eurobonos, que se emiten principalmente en dólares y en Estados Unidos.
Un ejemplo de ello fue la campaña electoral anterior. El 23 de enero del 2018, a pocos días de los comicios, el precio de los bonos de Costa Rica cayó a un nivel mínimo respecto a lo que se registraba en los ocho meses anteriores, por lo que sus rendimientos aumentaron.
¿Qué había cambiado? El resultado surgió luego de que la encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la UCR mostrara al candidato del partido Restauración Nacional, Fabricio Alvarado, en el primer lugar.
Luego, tras una muy leve recuperación momentánea, el precio de los eurobonos continuó cayendo principalmente para el día de las elecciones y fechas posteriores, cuando el país ya se preparaba para una segunda ronda. Hacia el cambio de gobierno, aún ya con los resultados definitivos de las elecciones, los precios de los eurobonos, sobre todo los de más largo plazo, vieron un descenso sostenido.
Quesada señaló que es un comportamiento normal que los bonos de un Gobierno se comporten de dicha forma ante modificaciones en el Poder Ejecutivo, no solo en Costa Rica.
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Según dijo el ministro de Hacienda, Elian Villegas, en entrevista con EF, el Gobierno evalúa hacer una emisión de eurobonos en el primer semestre del otro año.
Villegas afirmó que es una posibilidad que ha analizado, pero depende de factores como una mejora en la calificación de riesgo del país y la aprobación de la hoja de ruta de reformas fiscales, que incluye el superávit primario, la aprobación de la ley de empleo público y los empréstitos con organismos multilaterales.
Tanto para Villalobos como para Quesada, la emisión de eurobonos es una buena opción desde un punto de vista técnico y financiero, en especial luego de los resultados que el país muestre en sus cuentas primarias. Sin embargo, la principal complejidad está en la aprobación de dicha emisión por parte de los legisladores, recordó Villalobos.
Por el momento, los inversionistas locales se encuentran a la expectativa de la evolución del panorama fiscal y político, para definir el rumbo de sus decisiones.
“Para finales de año se espera que haya cierta atmósfera de esceptimismo alrededor de los agentes que toman decisiones económicas o de inversión, porque estamos a las puertas de una elección presidencial y es lo normal”, aseguró la gerente de bolsa de Acobo.