El Gobierno de la República avanza con el plan de vender el Banco de Costa Rica (BCR). El pasado 7 de setiembre presentó a la Asamblea Legislativa el proyecto de ley venta del conglomerado financiero Banco de Costa Rica (23.331).
El plan expone que la venta de acciones del BCR, así como de sus sociedades subsidiarias, se hará por medio de un concurso nacional e internacional, pudiendo ser mediante subasta con precio de reserva, o a través de oferta única concursada, lo cual tendrá que definirse de previo a la comunicación de las bases para la presentación de las ofertas.
Por acuerdo del Comité de Venta, establecido por el Consejo de Gobierno, el Ministerio de Hacienda podrá contratar a una o a varias personas asesoras o a una firma asesora en materia financiera, “con experiencia comprobada en banca de inversión, fusiones y ventas de bancos”.
Como indica Luis Liberman, economista y exvicepresidente de Costa Rica, se debe contratar a una firma internacional del más alto nivel —como por ejemplo un JP Morgan o un Morgan Stanley, los cuales tienen conexiones con la banca internacional para poder atraer clientes— que es la que se tiene que encargar de hacer el proceso junto con el Comité de Venta.
“Ninguna de las ventas de instituciones y de financieras en el mundo que hayan tenido verdaderamente éxito se han hecho si no es con una de las grandes firmas del mundo de banca de inversión”, detalló Liberman.
Además, el economista Gerardo Corrales mencionó que la transacción debe ser dirigida por exbanqueros costarricenses que conocen el BCR, tienen experiencia y saben quiénes son los clientes; y por un banquero de inversión internacional, “con unos colmillos”, que tenga una “buena” base de datos de contactos de potenciales compradores.
“La palabra final la tiene el Comité, pero quien debe dirigir toda la transacción es este grupo de banqueros locales e internacionales. Esa combinación es la que nos podría garantizar el mejor precio posible”, consideró Corrales.
En efecto, este Comité de Venta será el encargado de definir el precio y la estructuración de la venta de activos, pasivos, banca y empresas subsidiarias del BCR, para aprobación del Consejo de Gobierno y con base en los estudios técnicos respectivos.
Pero, ¿cómo se podría determinar este valor de venta? A continuación EF explica algunos métodos que podrían emplearse para fijarlo.
El método se le deja al banco de inversión que se contrate. Lo que dice (el proyecto de) ley es que se va a utilizar el mecanismo de subasta con el precio de referencia. Ese banquero de inversión, una vez que analiza toda la sinergia, le va a decir al Consejo o al Comité: “Yo creo que el precio mínimo de ese banco es de $1.500, a partir de ahí hagamos la subasta hacia arriba”.
— Gerardo Corrales, economista
Veces patrimonio
Esta metodología trata de negociar la venta del banco aplicando un multiplicador de su patrimonio contable. Según Carlos Fernández, exgerente general del BCR, si se lograra vender el Banco de Costa Rica con el Banco Internacional de Costa Rica (Bicsa), lo ideal es venderlo, como mínimo, por encima de dos veces su patrimonio.
En Latinoamérica, el precio del mercado de los últimos bancos que se han vendido respecto al valor en libros fue de entre 1,5 y 2,2 veces, aseguró Corrales. “Yo lo que hago es decir: ‘si el valor en libros es $1.025 millones por 1,5, el banco mínimo vale $1.500 millones, o por 2,2 el banco vale $2.200 millones’. En ese interín, el comprador y el vendedor van a pujar; el vendedor hacia arriba y los compradores hacia abajo, demostrando la posibilidad de bajar esos múltiplos”, agregó.
Veces utilidades
Esta metodología establece que el precio de venta sería el total de las utilidades, a hoy, anualizadas sin las cargas parafiscales que no le aplicarían al comprador –con la excepción de la Comisión Nacional de Préstamos para Educación (Conape) y el impuesto de renta–, además de la suma del gasto por depreciación y amortizaciones de activos; conocido como EBITDA.
De acuerdo con Fernández, a las utilidades ajustadas se les aplica un multiplicador “conservador” de ocho veces las utilidades ajustadas, o bien uno “ambicioso” de 12 veces utilidades ajustadas.
“El valor obtenido se compara con el método uno (el de veces patrimonio). El vendedor quiere que le paguen el método que dé más y el comprador lógicamente el que dé menos de los dos métodos”, explicó el exgerente general del Banco de Costa Rica.
Aunque el múltiplo acostumbrado es 15 veces utilidades, según Corrales.
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Valor presente de las utilidades futuras
Este método calcula el valor presente de las utilidades proyectadas a futuro. Generalmente, se proyectan cinco años de utilidades y a partir del año seis una perpetuidad sobre las mismas.
“Dichos flujos se traen a valor presente (hoy) y ese es el precio a pagar. Claro, siempre es importante comparar dicha cifra contra la que se obtiene del método uno (el de veces patrimonio)”, comentó Fernández.
Valor del banco en libros
El economista Corrales expuso que el método de valoración de venta más sencillo, pero poco utilizado, es el valor en libros, es decir, ¿cuánto vale el Banco de Costa Rica? “Lo que vale en libros es $1.025 millones”.
Patrimonio en libros ajustado
Otro método para valorar el precio de venta del BCR podría ser el patrimonio en libros pero ajustado, “ya sea para sumar o para restar”, comentó Corrales.
¿Qué podría sumar? Propiedades, edificios que no están valorados en el mercado, intangibles que están fuera de libros como el valor de la marca (el nombre Banco de Costa Rica), la experiencia del banco, la antigüedad, el conocimiento y la participación de mercado de la entidad bancaria.
¿Qué podría restar? Créditos “malos” que el comprador diga “ah no, ese crédito que usted tiene ahí, que usted dice que vale $10 millones no, vea ese cliente no está pagando, está atrasado, tiene garantías flojas”.
Modelo de Gordon
El modelo de descuento de dividendos se usa, normalmente, cuando se está frente a una empresa con un amplio historial de distribución de dividendos consistente, a tal punto que permite proyectar los flujos para el accionista.
Según Eduardo Montoya, senior de consultoría de la firma Grant Thornton, este método consiste en traer a valor presente los dividendos esperados de una acción, “por lo que se puede decir que el valor de esta acción es el valor de los dividendos que se espera obtener de esta en el futuro, al día de hoy”.
Para que el modelo proporcione un valor razonable, los supuestos deben ser consistentes y las tasas de crecimiento proyectadas tienen que estar apegadas a la realidad de la industria y acordes al riesgo inherente de la empresa.
Capacidad de generar sinergias
Desde la perspectiva del economista Corrales, el método de valoración preferido es la capacidad que tiene el nuevo comprador de generar sinergias. “Se dice que en una compra o en una fusión, uno más uno no es dos, sino que se espera que uno más uno, por las sinergias, sea 2,5 o tres, que hace que entonces el comprador esté dispuesto a pagar un premio por el banco respecto al valor en libros”.
¿De dónde salen esas sinergias? Por ejemplo, en el caso del Banco de Costa Rica, hay un indicador de estándar mundial de eficiencia del banco. La eficiencia operativa quien lo vaya a comprar lo primero que va a calcular es qué porcentaje de los ingresos netos, del BCR, se destina a gastos administrativos, ya sea de personal u operativos.
Ese indicador el año pasado en el BCR fue de “un 60%. Eso es malo, es muy ineficiente; la banca internacional maneja un indicador entre el 40% y 45%”. Eso quiere decir que quien compre la entidad bancaria vería la posibilidad, a través de automatizaciones, simplificaciones y cierre de operaciones no rentables, de generar los mismos ingresos pero con menos gastos.
“Solamente comprándolo ahí podría tener la expectativa de un ahorro entre 10 puntos, 20 puntos de los ingresos netos, de ahorro incremental”, dijo Corrales.
Otra sinergia es que si el BCR es comprado por un banco privado, no aplicarían las cargas parafiscales de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), del régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), del Instituto Nacional de Fomento Cooperativo (Infocoop) ni la del Fondo de Financiamiento para el Desarrollo (Fofide).
“Mi número es que quitándose esas cargas parafiscales, quien compra se ahorraría como $300 millones”, expuso Corrales.
“Una vez que yo tengo el análisis de los ingresos, de los gastos actuales, más, menos las sinergias incrementales o que más bien me restan, yo digo: ‘bueno, yo quiero ganarme en esta transacción un rendimiento en dólares más tasas de rentabilidad de un 12% o 15%’, y me traigo a valor presente esa capacidad de creación de flujos futuros de utilidad y eso me da el precio. Eso me dice cuánto vale el banco. A ese valor yo le puedo sumar o restar unos créditos malos, y la marca, etc. Pero normalmente, de ese precio difícilmente el comprador se va a mover. Es un rango de negociación”, añadió el economista.