El Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) determinó, el miércoles 9 de octubre, que Desyfin es inviable financieramente e inició “de inmediato” el proceso de resolución de la financiera.
Según explicó el ente, en esta etapa que podrá extenderse hasta por un año, la Administración de la Resolución de Desyfin se enfocará en buscar la “mayor recuperación posible” de los recursos de los ahorrantes e inversionistas de la financiera.
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La resolución aprobada
El mecanismo de resolución aprobado que se implementaría en Desyfin consiste en la conformación de un “banco bueno” y un “banco malo”.
“Este mecanismo coloca a los depositantes y demás acreedores no garantizados en una mejor posición con respecto a lo que sería una declaratoria de liquidación, al permitir una mayor recuperación de sus recursos con un mecanismo de resolución”, dijo Laura Suárez, presidenta del Conassif, en una conferencia de prensa realizada la noche del 9 de octubre.
El “banco bueno” de Desyfin estaría conformado por un paquete de activos que se trasladarían a una entidad financiera solvente. Según Rodolfo González, parte del equipo interventor de la institución, alrededor de un 75% de los activos de la financiera pasarían a este primer bloque.
“A cambio, esta entidad solvente asumirá pasivos de la financiera –ahorros y certificados de depósitos a plazo, y obligaciones de la financiera– hasta el valor de los activos trasladados, monto que se determinará una vez que se lleve a cabo la negociación con la entidad interesada”, indicó el Conassif.
Según González, Desyfin contaba con 4.028 depositantes.
De ellos, 3.072 (76%) están totalmente garantizados, es decir, son depositantes que tienen hasta ¢6 millones y, por ende, recibirán el 100% de sus recursos, independientemente del resultado del proceso de resolución.
“La entidad tiene activos que sobrepasan los pasivos garantizados. Los pasivos garantizados en el caso que nos ocupa suman ¢7.023 millones, y tenemos activos en la entidad que los cubren”, mencionó Marianne Kött Salas, interventora y ahora administradora titular de la financiera.
Los otros 956 depositantes están garantizados de forma parcial. “Por el momento no podemos determinarlo (el recorte que sufrirán sus depósitos), eso va a depender del avance del mecanismo de resolución”, agregó González.
Con respecto al “banco malo” de Desyfin, las autoridades explicaron que estará conformado por el grupo de activos que no adquiera la entidad financiera solvente. Este segundo bloque será administrado por un fideicomiso con el fin de venderlo en beneficio de los acreedores.
La administradora titular de la financiera dijo que en caso de que no se concrete el primer mecanismo autorizado (la división de Desyfin en “banco bueno” y “banco malo”), existe la opción de vender de forma directa o subastar activos importantes de la entidad.
En última instancia, los activos que no se logren vender en el proceso de resolución, se enviarían a un proceso concursal (quiebra) ante la instancia judicial correspondiente.
En un comunicado de prensa, el Conassif detalló que durante el proceso de intervención, que comenzó el 13 de agosto de 2024, se acercó una entidad solvente interesada en el “banco bueno” de Desyfin, además de otras instituciones con el interés de participar en un potencial proceso de resolución.
La existencia en la financiera de un conjunto de activos valiosos y deseables permitiría la recuperación de pasivos en una condición beneficiosa en comparación a un proceso concursal, en busca de obtener el mayor beneficio para los ahorrantes e inversionistas de la financiera.
— Laura Suárez, presidenta del Conassif
¿Por qué se llegó a un proceso de resolución?
Una intervención puede terminar en un proceso de regularización que permita mantener de forma adecuada el funcionamiento de una entidad financiera, o en un proceso de resolución que permita el cese ordenado de sus operaciones. Cualquiera de las dos rutas debe ser aprobada por el Conassif.
En el caso de Desyfin, la presidenta del Consejo indicó que no existieron los elementos necesarios para implementar un plan de regularización que permitiera capitalizar la entidad, satisfacer los requerimientos de liquidez en el corto plazo ni transformar y fortalecer las estructuras de gobierno corporativo; por ende, se ordenó el comienzo del proceso de resolución.
Cuando se sugiere un proceso de resolución, este deberá concluir en el uso de algún mecanismo y la liquidación de la entidad, o en el pago de la garantía de depósitos y solicitud de apertura del proceso concursal (solicitud de quiebra). Con Coopeservidores y ahora con Desyfin se aplicó la primera vía.
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Uno de los hallazgos de la Interventoría que confirmaron la inviabilidad de la Desyfin y reafirmó las causas que hicieron necesaria la intervención fue el de los ajustes en la información financiera y contable que, al 31 de agosto del año en curso, totalizó un monto de ¢17.015 millones.
Entre los rubros ajustados se destacaron las estimaciones crediticias y la reversión de gastos registrados como activos.
Rodolfo González, parte del equipo interventor de Desyfin, explicó que la financiera estaba registrando de forma “improcedente” una serie de gastos que no estaban reportando en los estados de resultados, pues los estaba contabilizando como un activo.
“Eso lo que hacía era que dentro de su situación financiera no mostrara esos gastos como parte de la pérdida o la ganancia que tuviera en cada mes (...) Por poner un ejemplo, tenemos un gasto de la liquidación. Entonces viene la cesantía y eso es un gasto para la financiera. Entonces la financiera generaba una transacción en la cual, en lugar de pasar el gasto por la cesantía, que es lo correcto, lo metía como un activo. Recordemos que los activos están para generar flujos de efectivo, parte del negocio”, dijo.
La Interventoría de Desyfin también encontró que los pasivos de la financiera consumen por completo el patrimonio de la entidad, al punto de generar pérdidas por ¢21.968 millones, fundamentalmente por los ajustes en la información financiera y contable. En consecuencia, su índice de suficiencia patrimonial cayó a un -10,68%.
Los activos de Desyfin en el mercado de valores
Tomás Soley, jerarca de la Superintendencia General de Valores (Sugeval), mencionó a El Financiero que los bonos de Desyfin que están en el mercado de valores son parte de los pasivos que tiene la financiera y entrarán en el “mismo esquema de resolución de ‘banco bueno’ y ‘banco malo’”. “Entonces, hay que esperar la resolución para ver cuál es el resultado final de la recuperación”, agregó.
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Entre las acciones que tomó la Sugeval, tras la inviabilidad de la financiera, se encuentra suspender la transacción de los bonos de Desyfin en el mercado durante tres días hábiles: jueves 10 de octubre, viernes 11 y lunes 14. A partir del 15 de este mes, los valores se podrán volver a transar.
“Se hace esto porque es una noticia relevante entonces lo que se pretende es que haya un enfriamiento del mercado y que la información fluya”, indicó Soley.
Actualmente, la entidad tiene seis emisiones de bonos vigentes en la Bolsa Nacional de Valores.