En 2022, la deuda externa del sector no bancario registró un incremento de $2.644 millones (59,73%), respecto a 2021; lo cual permitió que ese saldo de ascendiera a $7.072 millones.
De acuerdo con datos preliminares brindados por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), la deuda externa de este sector ha estado creciendo; sin embargo, el salto más grande, al menos de los últimos cuatro años, se dio entre el último trimestre de 2021 y el mismo periodo de 2022.
Eso sí, una proyección suministrada por la autoridad monetaria muestra que el primer trimestre de 2023 podría registrar una nueva cúspide: $7.189,65 millones.
El BCCR explicó que en el 2022 el saldo de la deuda externa del resto del sector privado no bancario mostró un incremento que incluye todo el financiamiento recibido tanto por el sector privado no bancario (puestos de bolsa, fondos de inversión, fondos de pensiones y otros auxiliares del sistema financiero), como por el sector privado no financiero (empresas dentro y fuera de los regímenes especiales).
Entre los instrumentos que explican el incremento en el saldo de la deuda sobresalen los créditos comerciales y los anticipos por importaciones.
“Según las cifras disponibles, este rubro experimentó un incremento en 2021 y 2022 y se estima que ha ocurrido así a inicios del 2023 por el proceso de recuperación de la actividad económica postpandemia y de las exportaciones de bienes y servicios, que ha implicado mayores importaciones tanto de las empresas de los regímenes especiales como del régimen definitivo. Vale indicar que es usual que el saldo por ese concepto represente en promedio entre uno y tres meses de las importaciones de bienes totales realizadas por un país”, informó el Central.
Ahora bien, entre los agentes económicos involucrados en el crecimiento de la deuda destacan las empresas bajo regímenes especiales que se financian con terceros distintos de su inversionista directo. El Banco Central detalló que una particularidad de estas firmas es que el pago de las obligaciones con sus proveedores, fuera del conglomerado multinacional, puede ser canalizado directamente por sus casas matrices sin que esto implique un pago directo de la subsidiaria instalada en Costa Rica y, tiene como contraparte un aumento de la inversión directa.
“Esto es particularmente significativo para todas aquellas empresas de zona franca que operan financieramente como centros de costo en este país. De manera tal que este financiamiento ni su posterior repago no necesariamente tendría efectos sobre el mercado de cambios”, aseveró el Central.
El economista Gerardo Corrales consideró que esto último es una de las fuerzas que inciden en el comportamiento de la deuda externa del sector no bancario.
Además, Corrales dijo que un supuesto que también podría estar impactando a este indicador es que existan entidades no bancarias (puestos de bolsa, operadoras de pensiones, sociedades de fondos) endeudándose en el exterior a tasas de interés “muy buenas”, convierten eso a colones y aprovechan el premio por invertir en moneda nacional.
En una línea similar, el economista y asesor financiero internacional, Douglas Montero, recordó que el hecho de que las empresas acudan a financiarse al exterior se da porque en oportunidades las condiciones crediticias internacionales son mejores que las locales.
“En términos de tasas de interés, por ejemplo, si bien es cierto han subido las tasas de interés, en Costa Rica un crédito en dólares puede andar al 11%, 12%; un crédito internacional se puede conseguir entre el 7,5% y 8%”, comentó Montero.
Además, el asesor financiero consideró que a la pendiente de la curva (del gráfico) a partir del tercer trimestre de 2021 se le cambió la inclinación, pues se hizo más empinada; “eso hace sentido porque en el 2021 las tasas de interés seguían muy bajas por todo lo que había pasado en la pandemia”.
Durante el periodo posterior de donde se mejoraron las condiciones de la pandemia, las empresas se aprovecharon de pedir créditos a tasas de interés baratas porque a desde finales de 2021 se notaba una inflación mayor a la que la Fed en Estados Unidos estaba esperando (...) Entonces mucha gente apostaba a que iba a tener que haber subida de interés, nadie esperaba que fuera tan fuerte como la que sufrimos, pero entonces ante una expectativa de tasas de interés al alza lo que los agentes económicos muy probablemente van a hacer es pedir créditos, porque entonces se van a garantizar tasas de interés bajas en un momento en que las tasas de interés vayan a subir.
— Douglas Montero, economista y asesor financiero internacional
Por su parte, Corrales mencionó que el supuesto que “más le preocupa” es que el apartado que más crece, al menos en el saldo de la deuda externa del sector privado no financiero, es el financiamiento de proveedores a compañías locales.
“Es normal que cuando usted importa bienes y servicios, el exportador extranjero le dé un crédito comercial a 90 o a 180 días y entonces eso es lo que hace es posponer su demanda de dólares para comprar insumos o para comprar bienes finales importados. Pero esa demanda en el tanto vaya creciendo, en algún momento tiene que aparecer en el mercado, porque se necesita repagar esos créditos (...) Algunos productores o intermediarios salen con el cuento de que es que ellos compraron cuando los precios estaban altos y que todavía tienen inventarios a precios altos, pero este cuento me lo vienen echando desde enero”.
Para el exbanquero uno de los temores es que algunos intermediarios realicen compras baratas en el exterior pero no trasladan el beneficio por la vía del precio al consumidor final en Costa Rica. Al hacer esto generan una ganancia que compensa de manera satisfactoria las pérdidas que tuvieron en la fase más aguda de la pandemia y al ver ese efecto piden más préstamos con los proveedores para de esa manera seguir impulsando esas ganancias.
Por otro lado, para Vidal Villalobos, asesor económico de Grupo Financiero Prival, el incremento en el saldo de la deuda externa del sector no bancario llama mucho la atención, pues el crédito al sector privado en dólares apenas crece.
En el Informe de Política Monetaria (IPM) de abril de 2023, el Banco Central indica que el crédito en dólares ha mostrado tasas de crecimiento positivas desde mediados del año pasado. De previo a este período más bien el crédito en dólares disminuyó; recordó el asesor económico de Grupo Financiero Prival.
A criterio de Villalobos, es posible que una parte de los recursos que las entidades bancarias ingresaron hayan terminado en la compra de bonos del Estado (internos y externos) para aprovechar las mayores tasas de interés que se otorgan por estos instrumentos.
“No se puede descartar también que alguna cuantía de esos recursos ingresados se estén utilizando en el arbitraje de rendimientos pues el país reconoce tasas de interés en colones relativamente altas con una expectativa a la apreciación del colón, o sea, una rebaja en el tipo de cambio, creándose así un doble incentivo para el ingreso de esos capitales temporales. La afectación en el tipo de cambio ha sido clara y esto ha impactado las posiciones activas de los intermediarios financieros con minusvalías contables cambiarias”, agregó.