El mercado accionario en Costa Rica se ha caracterizado por ser pequeño tanto por la cantidad de participantes como los volúmenes transados. Actualmente, participan ocho empresas y algunas de ellas han pasado varios meses del 2021 sin que sus acciones tengan una sola operación.
A julio de este 2021, el volumen transado es de ¢15.467 millones, de los cuales poco más del 70% se atribuyen a Florida Ice and Farm Company (Fifco), el principal participante del mercado de acciones.
Varios son los retos que enfrenta el país para desarrollar un mercado accionario más grande y robusto. EF conversó con el director general interino de la Bolsa Nacional de Valores, Ricardo Hernández, sobre los aspectos que aún persisten que dificultan su crecimiento.
Uno de ellos es la participación del Ministerio de Hacienda en el mercado de valores, el ordenamiento de su deuda y su consecuente implicación en el mercado secundario en general (dentro del que se enmarca el de acciones)
“Nosotros no vamos a poder desarrollar un mercado secundario robusto hasta tanto no haya un proceso de ordenamiento de la deuda pública, es urgente y fundamental”, mencionó Hernández, quien aseguró que el último año se ha dado una mejor gestión de las emisiones.
Otro de los retos es la apertura de capital del parque empresarial del país, constituida en gran medida por compañías familiares. No obstante, Hernández aseguró que en los próximos años muchas empresas costarricenses familiares llegarán a su tercera generación de propietarios, lo que podría envolverlas en la decisión del futuro sobre el manejo de su capital.
“Según los expertos esta tercera generación es crítica porque será cuando la empresa tome la decisión de si abre su capital. Muchas empresas costarricenses ya enfrentan ese reto y la Bolsa Nacional de Valores (BNV) es el mecanismo idóneo para la colocación del capital”, dijo el director de la entidad, quien guarda expectativas positivas para el crecimiento del mercado.
Este es un extracto de la entrevista con Hernández, quien además es especialista en derecho:
―¿Cómo afecta la amplia participación del Ministerio de Hacienda a las transacciones en el mercado secundario (al que pertenece el de acciones) y la atracción de nuevos emisores?
Lo fundamental es establecer un calendario de subastas y cumplirlo. Eso es un avance fundamental. Otro elemento que no hay que perder de vista es que me parece que si el Tesoro (refiriéndose a Hacienda) ordena, el incentivo va a ser que los grandes inversionistas programan sus inversiones y eso beneficia inclusive hasta en el precio al que se coloca.
Si hay mucho papel en primario del Estado evidentemente eso estruja el mercado; primero no va haber un secundario y además las emisiones privadas también tienen que competir con las emisiones del Tesoro en rendimiento o en precio, y si la emisión del Tesoro tiene un rendimiento muy alto eso hace que se achique la posibilidad de que un tercero se financie en un momento donde la economía todavía está resentida.
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―Si uno observa las participaciones recientes de empresas en el mercado accionario e incluso en los últimos diez años, son muy pocas las que transan. ¿Qué genera que el mercado accionario no haya crecido de manera significativa?
Hay varios elementos que se pueden mencionar y el primero es que todavía nuestro medio ambiente de negocios está compuesto sobre todo por empresas familiares, entonces dar el salto de ser una empresa familiar a una de capital abierto es complejo, sobre todo desde el punto de vista de la visión de sus propietarios.
Otro elemento es que tenemos un sistema bancario robusto, que permite que los bancos puedan financiar grandes proyectos que en otros mercados vendrían a bolsa. Y eso lo digo enhorabuena, es una característica del mercado. Eso genera un atractivo para algunas empresas, el nivel de información que tienen que darle al banco no se convierte en pública y hace que sea más cómoda la gestión del crédito con una sola entidad que ir a enfrentarse a todo un mercado.
El número tres, pasar a ser una compañía de régimen de oferta pública entraña una serie de deberes de suministro de información, no solo al registrar la información, sino que se convierten en deberes continuos de suministro de información pública que nuestro parque empresarial no ha estado acostumbrado.
Estamos en un momento propicio porque el paso de la tercera generación hacia adelante para muchas empresas es fundamental resolver el dilema que se mantiene como una empresa familiar o de capital abierto.
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―¿Por qué entonces mantener un mercado accionario tan pequeño en el país?
Las bolsas de valores tienen tanto producto de deuda como de capital. A lo mejor en Costa Rica en este momento no tengamos un número significativo de acciones en el parque, sin embargo podría ser que en los próximos años muchas empresas se decanten por ese mecanismo.
Tenemos que seguir teniendo mecanismos robustos de negociación y de análisis, es una posibilidad que da la ley, que una empresa pueda hacer emisiones de capital.
En tanto la ley lo permita nosotros tendremos los mecanismos y tenemos emisores accionarios registrados; tal vez no tienen el movimiento que uno desearía que tengan esos títulos pero todos los días bien que mal hay compra y venta de acciones en el sistema.
Hay mercados muy interesantes, sobre todo si se revisa la historia de los mercados anglosajones o del norte de Europa han sido mercados accionarios; pareciera que en algunos países se ha desarrollado desde siempre mientras que nuestro mercado o el inversionista se ha decantado o ha tenido a disponibilidad más productos de deuda. Eso hace que la características del inversionista y lo que esté esperando es por ahora instrumentos de deuda.
Esa es la situación pero me parece que estamos en un momento propicio porque el paso de la tercera generación hacia adelante será fundamental.