Coopelecheros y Coopeamistad abandonarán el negocio de intermediación financiera en una salida que los supervisores catalogaron como “más ordenada”, en comparación con una hipotética intervención, como ocurrió con Coopeservidores.
No se puede afirmar que estas dos entidades se dirigían hacia una inviabilidad, como fue el caso de la cooperativa intervenida, pero tampoco se puede negar que sus números venían alicaídos.
A agosto, Coopeamistad acumulaba ₡477,52 millones en pérdidas y su morosidad se había duplicado en este 2024. En el caso de Coopelecheros, cerró el 2023 con pérdidas de ¢167,24 millones y su morosidad mayor a 90 días y en cobro judicial ascendió a un preocupante 12,19% en agosto pasado.
Como proceso para habilitar su salida, Coopeamistad y Coopelecheros venderán una parte de sus activos, principalmente la cartera de crédito, a Coopenae y Coopealianza, respectivamente. Estas dos entidades compradoras asumirán en cambio todas las obligaciones con el público de las cooperativas vendedoras. Es decir, se encargarán de honrar los depósitos de los asociados en su totalidad.
El Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) ya autorizó la transacción y las entidades esperan dar por concluido el traslado en lo que queda de setiembre. Una vez se concrete, Coopeamistad y Coopelecheros pasarán a ser cooperativas de servicios múltiples y ya no captarán recursos del público con el fin de colocarlos en créditos.
“¿Por qué estas entidades posiblemente llegan a estos procesos? Yo diría que en materia de intermediación el tamaño cuenta y obviamente entidades muy pequeñas (como las vendedoras) tienen una menor capacidad de enfrentar desafíos tan grandes como los que hemos tenido”, mencionó Rocío Aguilar, jerarca de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
Se le consultó a Aguilar si los supervisores propusieron a las cooperativas pactar esta compraventa como una alternativa para salir del mercado, dada la caída en sus números, a lo que la jerarca respondió: “yo no me opuse”. Aguilar también agregó que Coopelecheros desde el año pasado les había comunicado su intención de abandonar el negocio financiero, mientras que la decisión de Coopeamistad se comunicó en este 2024.
Salida “ordenada”
El retiro de las cooperativas se da sin la necesidad de un proceso de resolución, sin congelamiento de cuentas, sin recurrir al Fondo de Garantía de Depósitos y sin recortes a los depósitos de los asociados.
“Me parece que es una forma ordenada de salida, que además tiene la posibilidad de seguir protegiendo a los grupos a los cuales sirven” comentó Aguilar cuando se le mencionó que es fácil interpretar esta compraventa como una especie de proceso de resolución menos doloroso que, por ejemplo, el de Coopeservidores.
La superintendenta recalcó que se trata de una salida “voluntaria” y que son las entidades las que “escogen ese camino”. Coopeamistad, por medio de un correo electrónico, confirmó que que su salida fue por iniciativa propia.
Francisco Montoya, gerente general de Coopealianza, dijo en entrevista con El Financiero que la compra de activos no solo fue una medida para incrementar el negocio de la cooperativa, sino una forma de facilitar la salida de Coopelecheros sin un escándalo de por medio que pudiera tensar más el sistema.
“Lo más importante es una salida ordenada, realmente aquí estamos claros de que el contexto actual es negativo en la imagen del sistema financiero nacional y eso genera un impacto en la imagen de la supervisión y en las cooperativas de ahorro y crédito. Teníamos que buscar salidas para evitar que eso se volviera a repetir”, mencionó Montoya cuando se le consultó qué pesó más en la decisión de Coopealianza.
Adrián Álvarez, gerente de Coopenae, también confirmó que salvaguardar la estabilidad del sistema cooperativo fue la prioridad a la hora de decidir absorber los depositantes y parte de la cartera de Coopeamistad.
“Para nosotros es fundamental que los ahorrantes del sector cooperativo se sientan seguros (...), esa fue la primera motivación. No es la primera vez que lo hemos hecho (rescatar ahorrantes) y probablemente lo vayamos a hacer en el futuro si es necesario”, dijo Álvarez en entrevista con este medio.
El gerente de Coopenae agregó que, aunque evitar un posible nuevo descalabro en el sistema financiero fue el detonante, para tomar la decisión necesitaron de una justificación de peso para que el Consejo de Administración y los comités de riesgos confiaran en que el negocio que no deterioraría la salud de la entidad.
Los números de las cooperativas
Coopeamistad y Coopelecheros son jugadores relativamente pequeños en el negocio cooperativo: son la cuarta y la sexta entidad con menos activos entre las 20 cooperativas de ahorro y crédito activas a agosto de 2024. Coopenae y Coopealianza, en cambio, son las dos más grandes del país, en ese orden.
Coopeamistad acarrea cuatro meses consecutivos con pérdidas: desde abril hasta agosto, según se observa en el estado de resultados disponible en la página web de la Sugef.
Este medio le consultó a la cooperativa qué elementos explicaban esas pérdidas, la respuesta de la gerencia general fue que “la intervención de otras cooperativas en meses anteriores, junto a la puesta en práctica de diversos aspectos de la Ley de Usura y otros requerimientos normativos y regulatorios, afectaron significativamente la rentabilidad en este año 2024″.
En 2023, Coopeamistad generó ganancias por ₡215,01 millones, menos de la mitad de lo que ha perdido por ahora. La morosidad mayor a 90 días y en cobro judicial de esta entidad no es tan alta como la de Coopelecheros, pero sí tuvo un crecimiento importante: pasó de un 1,49% en diciembre del 2023 a un 5,44% en agosto de este año.
Coopelecheros, por su parte, sí ha generado ganancias: ₡8,78 millones a agosto, pero parecen pocas cuando se toma en cuenta que en 2023 esta entidad tuvo pérdidas por ₡167,24 millones. Además, entre agosto de 2023 y 2024, la morosidad se disparó de un 0,97% a un 12,19%. Para poner ese número en contexto hay que tomar en cuenta que la morosidad promedio del sistema financiero a agosto fue de un 2,1%, según cifras compartidas por Sugef el 24 de setiembre.
LEA MÁS: Coopeservidores: 13 respuestas para entender qué ha pasado y qué sigue
Con solvencia
Aguilar ratificó que para dar luz verde a la compraventa los supervisores corroboraron que las entidades receptoras no se vieran afectadas por la calidad de activos que se transferirán.
Coopealianza le mencionó a este medio que la suma de activos por comprar de Coopelecheros es ¢9.427 millones, aproximadamente, principalmente en cartera de crédito y bienes inmuebles. Esto representa un 1,14% de los activos de la entidad compradora.
Montoya mencionó que el objetivo fue calzar “uno a uno” los pasivos con los activos por adquirir para que no existiese la necesidad de que Coopealianza pusiera de su propio capital para pagar las nuevas obligaciones.
La cooperativa confirmó que un 91% de la cartera que absorberá está en calificación 1 (al día), la más alta, mientras que el restante se divide entre las categorías 2 y 3 (morosidad de hasta 60 días). La calificación más baja en la normativa de Sugef es 8 (más de 180 días de mora).
Según mencionó Álvarez, los activos que comprarán en Coopenae tienen un valor de ¢14.900 millones en cartera de crédito y ¢4.400 millones en disponibilidades e inversiones. Esto representaría un 1,97% del total de activos de la entidad compradora. La cartera que se absorbería está al día o con un atraso máximo de 30 días (categoría 2), contestó Álvarez.
Se contactó a Coopelecheros para conocer qué motivó su salidas de la intermediación financiera y la caída en sus indicadores, sin embargo, no se obtuvo respuesta al cierre de edición.