La proyección de crecimiento de la economía para este 2021 se ajustó al alza y llegaría a un 3,9%; es decir, un punto porcentual (p.p) más de lo que se esperaba en abril anterior. Así lo señaló el Banco Central este viernes en la presentación de la revisión del Programa Macroeconómico 2021-2022.
Asimismo, la producción también crecería un 0,1 p.p. más de lo que se había calculado para el 2022 y podría llegar a un 3,7%.
Esta revisión al alza se explica por un desempeño de la actividad económica en el primer trimestre por encima de lo esperado, así como por mejores perspectivas para la segunda parte del año. Los datos se ven influenciados por el crecimiento de los socios comerciales sobre la exportación de bienes y servicios.
“Estas proyecciones de crecimiento se basan en dos supuestos importantes. En primer lugar, la contención de la pandemia en los ámbitos internacional y local. En segundo lugar, la aprobación en la Asamblea Legislativa de los proyectos de ley para alcanzar el ajuste fiscal que el país necesita y que se convino con el Fondo Monetario Internacional”, dijo Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central.
Cubero, comentó que si se comparan las previsiones de crecimiento para Costa Rica con otros países de la región el porcentaje es menor, pero esto se da porque su caída también fue inferior y el efecto rebote se da con menos fuerza.
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Para José Luis Arce, director de FCS Capital, la revisión al alza es un tanto optimista y si bien la economía sí muestra recuperación, persisten riesgos políticos en el manejo de los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), sobre todo para el 2022 con el cambio del gobierno. Otro factor es el turismo.
“Además vamos a tener un impacto muy importante en el deterioro de términos de intercambio, el proceso de la apertura se ralentizó y la situación sanitaria no está resuelta”, recalcó Arce, quien apuesta más a un crecimiento entre el 3% y el 3,5%.
Por su lado, el asesor económico de Prival, Vidal Villalobos, explicó que varios factores que generaron incertidumbre a la población y al Banco Central, como el de la vacunación y el acuerdo con el FMI, se han ido aclarando poco a poco, lo que permite estas revisiones al alza.
Ambos llamaron la atención de que el crecimiento económico que logre Costa Rica estará supeditado a la recuperación del turismo.
“Incluso, dependiendo del comportamiento del turismo, el crecimiento de la economía podría ser hasta un poquito más que ese 3,9%”, dijo Villalobos.
Este viernes, el jerarca del Instituto Costarricense de Turismo (ICT), Gustavo Segura, comentó que el escenario proyectado más posible para este 2021 alcanza la llegada de 1.223.000 de personas al territorio nacional.
“Quisiera pensar que vamos a terminar un 2021 como con un 23% más de turistas que en el 2020 y con una tendencia que nos lleve a una recuperación similar a la del 2019 a final del 2022 o inicios del 2023″, dijo Segura durante el evento virtual “Diálogos sobre economía y políticas públicas. Perspectivas del sector turismo en Costa Rica”.
Riesgos a la economía
Las proyecciones son bajo el supuesto de que el país continué en una línea de desarrollo económico y continúen los ajustes fiscales establecidos. Sin embargo, hay algunos factores internos y externos que pueden afectar el proceso de reactivación.
A nivel internacional uno de los principales riesgos para un país importador de materias primas como Costa Rica es el aumento de los precios de las materias primas en específico de los hidrocarburos. Con el crecimiento económico la mayor demanda aunada a factores de oferta (como en petróleo y alimentos) ha llevado a un incremento en sus precios y a un repunte de la inflación en algunos países lo que podría afectar a nuestro país.
Otro factor externo sería la probabilidad de que haya tensiones financieras y un aumento de las tasas de interés internacionales debido al aumento de la inflación.
Por otra parte las tensiones del conflicto de Nicaragua también podría incidir de manera negativa en el proceso de recuperación económica.
A nivel interno los principales riesgos son los siguientes:
1. Deterioro en las perspectivas sobre la situación financiera del Gobierno.
Si bien las finanzas públicas han registrado una mejora en lo que transcurre del 2021, y han ingresado parte de los créditos de apoyo presupuestario previstos para el presente año, persisten riesgos asociados a la ausencia, insuficiencia o atraso excesivo de las medidas necesarias para que el país continúe en la ruta hacia la sostenibilidad fiscal.
Las cifras fiscales del primer semestre del 2021 cerraron con números positivos para el país y los planes del Ministerio de Hacienda: se registró un superávit primario de 0,45% del Producto Interno Bruto (PIB), un resultado que contrasta con los resultados acumulados a junio de los últimos 12 años.
Cubero recalcó la importancia de continuar con las aprobaciones de los proyectos de ley que forman parte del paquete de ajuste fiscal del Gobierno, para cumplir con las proyecciones de reducción de gastos y un menor déficit financiero, que se prevé que concluya el año en 6,2% del PIB.
2. Riesgos para el sistema financiero. Consiste en el asociado con la aprobación de las medidas de ajuste fiscal adicional. Sin embargo, la evolución de la morosidad supone también un riesgo importante.
3. Choques de oferta de origen interno no anticipados, relacionados especialmente con condiciones climáticas adversas. Estos eventos, de manifestarse en forma significativa, tendrían impactos negativos sobre la actividad agropecuaria y la infraestructura vial, y por tanto sobre la capacidad de crecimiento de la economía.
4. Aumento de las tensiones sociales. En el pasado reciente las medidas solicitadas por el Gobierno en procura de la sostenibilidad de las finanzas públicas y para reducir la tasa de contagio por COVID-19 desencadenaron manifestaciones por parte de algunos sectores, algunas de las cuales llevaron al cierre de servicios públicos y bloqueo de carreteras.
Postura expansiva y contracíclica
Por otro lado, Cubero resaltó que el aumento en el precio internacional de las materias primas, principalmente del petróleo, generó un deterioro de los términos de intercambio del país. Se estima, por ello, una caída de 4,7% en este rubro.
Pese al buen desempeño de las exportaciones, un mayor incremento en las importaciones movido principalmente por la factura petrolera generó un déficit de 2,9% del PIB.
Esto, junto a la disminución de la llegada de turistas al territorio nacional, implicó un aumento en el déficit de la cuenta corriente de 1,8 puntos porcentuales del PIB, en comparación con el primer semestre del 2020.
Según el informe del Central, otros dos factores que podrían representar desafíos para la economía costarricense son los precios de las materias primas, especialmente del petróleo así como un retiro anticipado de los estímulos monetarios en las economías avanzadas, que podría traer con efectos adversos sobre las condiciones financieras que enfrentan economías emergentes.
Cubero explicó que en Costa Rica, el aumento en los precios al productor no se han trasladado completamente a los precios del consumidor, posiblemente porque los productores no han trasladado el aumento de los precios al cliente.
Sobre el comportamiento de la inflación en Estados Unidos, la entidad señaló que su eventual persistencia podría generar un aumento en las tasas de interés internacionales. No obstante, el gobierno estadounidense ha mencionado que el prevén que el aumento que está experimentando la inflación sea transitorio, por lo que las bajas tasas de interés podrían continuar hasta el 2023.
En Costa Rica, mientras la inflación se encuentre por debajo de la meta (2%-4%), el Banco Central mantendrá una postura monetaria expansiva y contracíclica. Esta medida, dijo Cubero, ha colaborado a la recuperación del crédito al sector privado.