El Salvador hizo realidad el pasado 7 de setiembre algo que era casi impensable: el bitcóin ya es aceptado como moneda de curso legal. Así, el país centroamericano se convierte en el primero a nivel mundial en dar dicho paso.
El presidente Nayib Bukele asegura que la adopción del bitcóin facilitará el envío de remesas al país, uno de sus ingresos más importantes. Además, la apuesta es que la nueva realidad haga crecer la economía salvadoreña.
A partir del martes, las empresas salvadoreñas que posean la tecnología necesaria para procesar las transacciones deben aceptar el bitcóin como una moneda de pago.
La política impulsada por el presidente Bukele ha sido criticada desde varios flancos, puesto que un alto grado de la población está en desacuerdo con la medida, según han informado medios y agencias internacionales de noticias como la AFP.
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Además, organismos internacionales como el Banco Mundial incluso declinaron la solicitud de ayuda para implementar el criptoactivo como moneda legal, principalmente por la preocupación por la transparencia del proceso y el impacto medioambiental del minado, según citó el medio BBC.
¿Qué pasará ahora? Nadie lo sabe a ciencia cierta y la adopción del criptoactivo pone a El Salvador en una especie de laboratorio. “Será un experimento”, se escucha frecuentemente cuando se habla del tema.
La ley, aprobada el 8 de junio pasado y su reglamento pone las reglas del juego, aunque aún existe confusión e incertidumbre.
¿Qué establece la ley?
El corto proyecto presentado y aprobado por la Asamblea Legislativa de El Salvador, conocida como “Ley Bitcóin”, señala que la criptomoneda genera una apertura inmediata a la economía global. También, señala el documento, se trata de una moneda divisible y con referencia al dólar, divisa utilizada por El Salvador, que puede transferirse de manera inmediata. En estas tres características basa el proyecto sus ventajas.
El principal objetivo de la ley es “la regulación del bitcóin como moneda de curso legal, irrestricto con poder liberatorio, ilimitado en cualquier transacción y a cualquier título que las personas naturales o jurídicas públicas o privadas requieran realizar”, según su primer artículo.
A partir de esto, el documento establece que el tipo de cambio entre el bitcóin y el dólar, será establecido libremente por el mercado; además, todo precio podrá ser expresado en bitcóin.
Al 6 de septiembre, un día antes de la entrada en vigencia de la ley, el valor se encontraba en poco más de los $52.000 por unidad. El 7 de septiembre, su valor cayó más de un 10%.
Sobre las contribuciones tributarias, una de las grandes incógnitas, la ley señala que podrán ser pagadas en bitcóin.
Por otro lado, la ley establece que “todo agente económico deberá aceptar bitcóin como forma de pago cuando así le sea ofrecido por quien adquiere un bien o servicio”.
Inmediatamente, el artículo siguiente explica que, sin perjuicio del accionar del sector privado, el Estado proveerá alternativas que permitan al usuario llevar a cabo transacciones en bitcóin, así como contar con convertibilidad automática e instantánea al dólar en caso que lo desee.
“El Estado promoverá la capacitación y mecanismos necesarios para que la población pueda acceder a transacciones en bitcóin”, señala el documento aprobado.
Asimismo, la ley señala que quienes por “hecho notorio y de manera evidente” no tengan acceso a las tecnologías necesarias para transaccionar bitcóin quedan excluidas del artículo 7, que establece que todo agente económico debe aceptar el criptoactivo.
Días después de la aprobación del proyecto, Bukele señaló que el gobierno crearía su propia billetera digital, llamada “Chivo”, que permitirá el envío de remesas, pagos y conversiones sin comisiones de por medio.
El 30 de agosto anterior, a través de su cuenta en Twitter, el presidente salvadoreño anunció la construcción de 50 puntos Chivo a lo largo del país, en el que se podrá depositar y retirar dinero.
Estamos construyendo 50 puntos Chivo distribuidos por todo nuestro país 🇸🇻
— Nayib Bukele 🇸🇻 (@nayibbukele) August 31, 2021
En ellos se podrá depositar y retirar dinero (sin comisiones) y habrá personas listas para asesorar en cómo descargar y utilizar la billetera electrónica y los cajeros.@chivowallet #Bitcoin #PuntosChivo pic.twitter.com/unT8rOTR7f
Las incógnitas
La Ley salvadoreña empezó a regir el pasado martes entre la incertidumbre, el rechazo por parte de la población y las expectativas de un gobierno que espera crecimiento económico luego de la adopción del activo digital.
Uno de los principales temores sobre la medida es la alta volatilidad de la moneda así como los posibles ataques especulativos que puedan afectar la economía de los salvadoreños. Para ello, el gobierno de Bukele anunció la creación de un fideicomiso de $150 millones en el Banco de Desarrollo de El Salvador, lo que permitiría a los usuarios canjear de forma automática los bitcóins.
Según la AFP, varias encuestas realizadas muestran un alto grado de oposición a la ley, que genera diversas incógnitas relacionadas a los gastos en los que incurrirá el gobierno salvadoreño con la aplicación de la normativa, las advertencias internacionales sobre la adopción del bitcóin y cómo será adoptado por la población.
Ricardo Castaneda, coordinador para El Salvador del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), explicó que el proceso de adopción de la ley ha sido apresurado, incluso desde el anuncio de la iniciativa a su aprobación pasaron menos de 72 horas, sin mayor debate.
Un factor de relevancia es el contexto en el que se aplicará la legislación, con un gran porcentaje de la población salvadoreña trabajando en el sector informal, con transacciones en efectivo y con poca bancarización.
“Ahora si quieren tener bitcóin deben tener un smartphone, pagar un plan de datos de internet (...); en un contexto en el que la situación económica aún no se ha recuperado y hay un alza en el precio de los productos meter este tipo de medidas genera mucha incertidumbre”, comentó Castaneda.
Por su parte, la economista salvadoreña, Tatiana Marroquín, explicó que la incertidumbre proviene de la forma de imposición del activo digital, un elemento nuevo para la economía salvadoreña, volátil y además obligatorio en cierta medida, lo que genera rechazo por parte de la población.
“Hay distintos miedos que provienen de la incertidumbre por la falta de información o por declaraciones confusas; hay que tener claro que las personas en realidad lo que están rechazando es la forma en la que el bitcóin se le está presentando en este momento”; señaló Marroquín.
Otra de las grandes incógnitas para los salvadoreños, según comentó la economista, es la poca claridad respecto a los objetivos de política pública e inversión del gobierno en bitcóins y su billetera, sobre todo si se toma en cuenta la frágil posición fiscal en la que se encuentra El Salvador, con esto coincidió Castaneda.
La aplicación de la ley se da también en un contexto de alta deuda pública, que podría pronto superar el 90% del PIB salvadoreño, y la negociación de un préstamo por unos $1.300 millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“El punto central de que un gobierno haya adquirido bitcóins es que lo hace con recursos públicos, que provienen de impuestos y que dadas las características del sistema tributario de El Salvador es regresivo”, señaló Castaneda.
El gobierno salvadoreño dispuso $203 millones del presupuesto para su plan, que respalda la convertibilidad automática de bitcóin a dólar, según informó AFP.
Adopción del bitcóin
El lunes 6 de septiembre, en horas de la tarde, Bukele expresó en sus redes sociales que el proceso de la adopción del bitcóin llevará algún tiempo, porque se enfrentará a una curva de aprendizaje como toda innovación.
“Todo camino hacia el futuro es así y no se logrará todo en un día, ni en un mes. Pero debemos romper los paradigmas del pasado. El Salvador tiene derecho a avanzar hacia el primer mundo”, tuiteó el mandatario.
Asimismo, dijo que El Salvador adquirió 400 bitcóins (poco más de $20 millones). El precio de la moneda digital se encontraba dicho día en más de $52.000 y para el siguiente su valor bajó por debajo de los $47.000.
Por otro lado, el día clave para la adopción de la moneda empezó con algunos fallos en la descarga de la wallet oficial Chivo; sobre esto, Bukele aseguró en Twitter que el sistema estaría desconectado mientras se aumentaba la capacidad de los servidores.
“Todo esto es como un experimento en vivo y ese examen tiene algunas notas de corto plazo, como la primera experiencia de los problemas técnicos con la wallet, que causa algún ruido negativo a una sociedad salvadoreña que no tiene buena estima a la ley”, comentó Vernan Mesén, corredor de bolsa del Grupo Financiero Acobo.
Asimismo, comentó el asesor en inversiones, en los ámbitos de las cuentas minoristas habían movimientos desde el lunes para incentivar la compra de bitcóin; sin embargo, se trata de un mercado pequeño que puede ser muy influenciado por grandes inversionistas y hasta generar una caída de los precios. Este es uno de los riesgos a los que también se enfrenta El Salvador.
El bitcóin es la criptomoneda más utilizada a nivel mundial. Se trata de un activo digital descentralizado y se diferencian de las monedas fiduciarias que son emitidas por los bancos centrales o estados.
Respecto a la posición de Costa Rica sobre las criptomonedas, mantiene una de “tolerancia vigilante”.
“Esto consiste en permitir que las personas usen criptomonedas si así lo tienen a bien, para transacciones privadas o entre ellas, como bien establece la Constitución en el artículo 28 que señala que las personas son libres de hacer todo aquello que no esté expresamente prohibido por la ley”, explicó Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central en entrevista con EF en julio anterior.
Esta nota fue actualizada posterior a su primera publicación con las declaraciones de Ricardo Castaneda, coordinador del Icefi.