La pregunta es válida: ¿Qué relación tiene el mítico gol marcado por Diego Armando Maradona a Inglaterra en el Mundial de México 1986, con un mecanismo utilizado por el Banco Central de Costa Rica (BCCR) en 2017 para frenar el alza en el tipo de cambio?
Para responder esta interrogante, entre fútbol y teoría económica, es necesario viajar justamente hasta Inglaterra, el país donde se inventó el popular juego que hoy se roba los reflectores mundiales.
Marcado por el regate de Maradona quien dejó en el camino a cinco jugadores ingleses −incluido el portero− para anotar el mejor gol del siglo XX, según la FIFA; Mervyn King, economista y gobernador del Banco Central de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés) diseño una estrategia para gestionar las expectativas en los mercados y así, mediante un amague, obtener resultados sin necesidad de ejecutar acciones concretas.
King, quien lideró el BoE entre 2003 y 2013, recordó que “la política monetaria funciona de manera similar, las tasas de interés del mercado reaccionan a lo que se espera que haga el banco central”.
Fue así como este economista británico bautizó este mecanismo como el “efecto Maradona”, de seguro inspirado por el gol que los sentenció en el 86.
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En la teoría económica, el “efecto Maradona” se utiliza para definir el manejo de las expectativas por parte de los bancos centrales cuando emiten un anuncio para obtener resultados en el sistema financiero o en los mercados, sin necesidad de implementar una acción concreta.
“Se le conoce como el uso de las expectativas para lograr un objetivo. La idea de fondo es alcanzar el fin que se busca, como si el banco central fuera amagando y amagando, pero sin dar al final”, explicó Javier Adelfang, economista argentino que trabaja en Costa Rica.
Maradona y el tipo de cambio
Un claro ejemplo del uso del “efecto Maradona” por parte del Banco Central de Costa Rica (BCCR) se presentó en 2017 con el objetivo de frenar la tendencia alcista en el tipo de cambio.
La divisa extranjera arrancó el año en un precio de ¢556,86 (el 3 de enero), pero luego experimentó un fuerte aumento hasta llegar a ¢595,28, el 24 de mayo del 2017.
Esto provocó que los jerarcas del BCCR salieran a anunciar, el 25 de mayo, que aprobaron el uso de $1.000 millones para invertirlos en el Mercado de Monedas Extranjeras (Monex) con el fin de detener el alza en el tipo de cambio.
Olivier Castro, entonces presidente del Central, anunció dos medidas: un incremento de un punto porcentual adicional en la Tasa de Política Monetaria (TPM) para estimular los ahorros en colones; y los $1.000 millones para hacer intervenciones entre días.
“Queremos restituir el premio en moneda local respecto a la moneda extranjera”, indicó Castro.
El BCCR no dio a conocer ningún detalle operativo sobre cómo utilizaría ese dinero para hacer intervenciones entre días, pero aclaró que los funcionarios de la entidad contaban con los recursos para actuar de manera inmediata.
La idea del Central era ofrecer un cauda suficiente de dólares para los agentes que requirieran montos elevados en el mercado local.
Incluso, como una señal de amague, Roger Madrigal, director de la División Económica del BCCR, enfatizó en que podrían haber frenado la tendencia a alza en el tipo de cambio en un solo día, pero por tratarse de un movimiento muy agresivo, lo ejecutarían durante varios días.
Así ocurrió. Un día después del anuncio del Banco Central, el tipo de cambio cayó a ¢581,44 y para el 20 de mayo ya se ubicaba en ¢570,66.
Los $1.000 millones que liberó la entidad monetaria salieron de las reservas netas y se compensarían con un préstamo por igual monto con el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR).
“El Banco Central de Costa Rica usó claramente este ‘efecto Maradona’ en 2017 cuando el dólar se había devaluado cerca del 5% en un sólo mes. En ese momento la entidad salió a marcar la cancha con el anuncio de los $1.000 millones y únicamente con eso el precio bajó abruptamente y el mercado retomó la calma”, agregó Adelfang.
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Finalmente el Central hizo intervenciones en el mercado después del 25 de mayo del 2017, pero el simple anuncio de los $1.000 millones para intervenir provocó una caída en el tipo de cambio que luego se estabilizó.
Sin embargo, los bancos centrales no deben abusar del uso del “efecto Maradona” porque corren el riesgo de gestionar sus expectativas en función de que los agentes aprendan a leer cuándo se trata de un amague y cuándo de una acción concreta que se va a implementar.
Por esa razón, los bancos centrales aplican este tipo de estrategias en ciertos momentos y coyunturas donde realmente pueden obtener el efecto que buscan con solo enviar mensajes.
El 2 de octubre del 2017, el FLAR aprobó a Costa Rica un crédito por $1.000 millones para fortalecer la posición de reservas internacionales del BCCR.
Este préstamo fue solicitado en junio de ese año como parte de una serie de medidas para bajar la presión al mercado cambiario.
Debido al alza del dólar, el BCCR no solo salió a vender dólares ($461 millones solo en mayo), sino que también empezó a aplicar las intervenciones intradía e interdía en el mercado.
Además, reabrió la plataforma de Central Directo para tener un mejor mecanismo de transmisión del aumento en las tasas de interés.