Aunque los flujos de remesas se relentizaron el año anterior por los efectos económicos de la pandemia de COVID-19, fueron más resistentes que otros flujos de capital privado, según un estudio de Oxford Economics, contratado por la empresa Western Union.
Las remesas se vieron impactadas principalmente ante la caída del empleo en los países de acogida de los migrantes, por lo que la recuperación de los mercados laborales será clave en la evolución de las remesas en los años siguientes.
Pablo Porro, gerente general de Western Union para México y Centroamérica conversó con EF sobre la importancia de las remesas, sobre todo de persona a persona, para la recuperación económica de la región.
“A diferencia de la inversión extranjera directa y la liquidación de divisas, el gran efecto multiplicador que tienen las remesas persona a persona es que van directamente al bolsillo de las familias. Es una transferencia casi en tiempo real, que tiene un efecto de rama muy importante en la economía, mucho de ese dinero se usa rápidamente para consumo y necesidades básicas”, señaló Porro.
El gerente general de la empresa para la región aseguró que a través del estudio se concluyó que por cada dólar que llega de remesas a una economía hay un efecto multiplicador de alrededor de 40 centavos en el PIB de cada uno de esos países. “Todo lo que implica transferencia de fondos, que tiene que ver con remesas de persona a persona, inversión extranjera directa, todo lo que se liquida de divisas en los países a través de sus exportaciones tienen una importancia mayúscula en acelerar los procesos de reactivación”, dijo.
No obstante, el estudio señala que las estimaciones del multiplicador medio de las remesas de 0,4 se refleja únicamente a corto plazo, y no los impactos a largo plazo sobre la capacidad de oferta de la economía debido a los efectos transformadores del aumento del gasto en educación, sanidad y otras inversiones. Además, una medición del impacto económico de las remesas que incluyera los efectos a corto y largo plazo, probablemente daría como resultado un multiplicador superior.
Porro aseguró que los flujos de remesas contribuyen a mitigar la pobreza en las economías en desarrollo y permiten a los hogares invertir en capital humano y de otro tipo, así como en empresas, lo que promueve el crecimiento económico.
Afectación en las remesas
Por otro lado, según la investigación hecha por Oxford Economics, las últimas estimaciones del Banco Mundial indican que los flujos de remesas hacia los países de ingresos bajos y medios se redujeron en un 7,0% en 2020 a nivel global (frente al descenso del 20 % previsto en abril de 2020), y se prevé una nueva baja del 7,5% para 2021.
A nivel local, en el informe de política monetaria de octubre anterior, el Banco Central de Costa Rica señaló que durante los primeros nueve meses del 2020 los ingresos netos secundarios disminuyeron con respecto al mismo período del 2019 en un 6,9%, asociado con la caída de remesas del exterior por 9,6% y al menor ingreso de recursos percibidos por impuestos sobre envíos al exterior por 10,3%. Por su parte, los egresos registraron una contracción de 3,5% por los menores envíos de los migrantes.
Las previsiones de repuntes de las economías para este año -un 2,6% para Costa Rica según el Banco Mundial, por ejemplo- sugieren la posibilidad de una perspectiva positiva para las remesas en el 2021, aunque el panorama aún es incierto.
Entrevista con EF
Aquí, un extracto de la entrevista con el gerente general de Western Union para México y Centroamérica:
2020 fue un año atípico, con grandes afectaciones económicas a nivel mundial. ¿Cómo se comportaron las remesas en la región y cuál fue el país más afectado?
Es un lugar común lo que digo, que el 2020 fue un año sin precedentes, pero no se me ocurre una forma más gráfica de definirlo. Realmente ha sido un año que nadie podía prever en ningún sentido. En el caso específico de la industria de las remesas empezamos el año con unos forecast (pronósticos) de parte de unos organismos multilaterales bastante catastróficos en términos de la caída que iba a tener el sector.
Pero después en la medida que se fueron abriendo las economías, de países como Estados Unidos siendo el principal emisor y los países receptores como Honduras y El Salvador, la tendencia rápidamente se fue revirtiendo.
Hay situaciones que destacan, como el caso de México que básicamente tuvo un buen año y se consolidó como el tercer país receptor de remesas a nivel global con un crecimiento similar al 11%. Guatemala fue otro país que también tuvo un año en el que se consolidó. Hay que ir viendo también en la medida en el que resto de países de la región vayan presentando los números ajustados del impacto.
Lo que sí está claro y es importante mencionar, es la importancia relativa que tiene el monto de remesas que se paga en esos países versus el producto bruto. Siguiendo el caso de México, en el 2019 el monto que se pagó en remesas representaba menos del 3% del PIB, en el 2020 la importancia relativa que tenía sobre el PIB era casi un punto porcentual más alto. Países como Guatemala, Honduras y El Salvador posiblemente van a ver que aumente la participación dentro del PIB.
¿Cuáles factores afectarán el comportamiento de las remesas para este 2021 en la región y qué puede esperarse respecto a los flujos de dinero?
Históricamente el negocio en la región de Centroamérica y México tiene una grandísima dependencia de la emisión de remesas por parte de Estados Unidos. Es el principal emisor tanto para México como para los países de Centroamérica.
En ese sentido, estamos monitoreando la evolución de la recuperación del mercado laboral en Estados Unidos y el tipo de cambio van a ser dos indicadores muy importantes para entender cómo va a ir evolucionando la industria en lo resta del 2021 y en los próximos años. En la medida que veamos un mercado laboral en franca recuperación y que se consoliden los procesos de vacunación en los diferentes estados eso va a tener un impacto directo en los sectores de actividad que más mano de obra originaria de la región ocupan.
Eso se complementa con una tercera variable que tendrá que ver también con algunas decisiones que tome el gobierno de Estados Unidos que son los programas de subsidio. Es muy difícil ajustar un pronóstico para el 2021, de lo que hemos aprendido de nuestro recorrido del 2020 es a monitorear los mercados e indicadores casi diariamente para entender la influencia que tienen en nuestra industria y estamos tratando de replicarlo este año.
¿Cómo es posible mejorar el flujo de remesas en la región centroamericana? ¿Qué políticas podrían tomarse en el tema?
Creemos en la flexibilidad y que el consumidor de acuerdo a la necesidad que tenga pueda elegir qué producto de nuestra cartera utilizar, en conjunto con lo que hemos venido desarrollando en términos de canales digitales y estrategias para ir digitalizando el negocio, y localizando al cliente siempre en el centro de esos esfuerzos y darle opciones.
Desde nuestra posición como operadores de esta industria siempre abogamos porque haya una mayor formalización de estos flujos y se acojan a las regulaciones locales. Que haya transparencia y formalidad, es la mejor manera para proteger a los consumidores de ambos lados de la transacción. Abogar por mayor transparencia en todos los procesos debe ser un eje central de las políticas para que estos movimientos de dinero y transfronterizos lleguen a quien más lo necesita.
Además, el advenimiento del desarrollo de nuevas tecnologías ha llevado a que se incremente la competencia y eso es algo que le damos la bienvenida, los principales favorecidos van a ser consumidores.