Si usted es un hombre, vive en una zona urbana, tiene entre 25 y 44 años, lleva poco tiempo desocupado o tiene un nivel educativo medio, las probabilidades de encontrar trabajo son más altas que si incumple esas condiciones. Además, la probabilidad de hallar empleo era, en general, más alta en 2019 que en el pasado 2023.
Esas son algunas de las conclusiones que encontró el Banco Central de Costa Rica (BCCR) al revisar los números de la Encuesta Continua de Empleo (ECE) y que compartió en un recuadro del último Informe de Política Monetaria (IPM) de enero.
Los resultados presentados en el IPM consideran las personas ocupadas que cambiaron de empleo a otra rama de actividad y las personas desocupadas e inactivas que consiguieron trabajo. Es decir, el estudio analiza las transiciones que ocurrieron en las tres condiciones (ocupados, desocupados e inactivos) entre el 2018 y el tercer trimestre del 2023 para estimar probabilidades asociadas a encontrar empleo, ya sea porque la persona no tenía o porque se movió hacia otra actividad.
Como resultado general, se encontró que en el 2023 (promedio de los tres primeros trimestres del año), la probabilidad de encontrar empleo en Costa Rica fue de 13,2%, menor en 0,5 puntos porcentuales (p. p.) al promedio de la prepandemia (2018-2019). De hecho, se trató del segundo año con probabilidad más baja desde el 2018.
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El año en el que la probabilidad tocó su punto más bajo fue, para sorpresa de nadie, el 2020, con un 12,7%. Consecuentemente, el año de mayor probabilidad fue el 2021, con 14,5% que se explica por la eliminación de algunas de las medidas restrictivas de la pandemia.
“Salvo el 2021, en el resto del año todas (las probabilidades) están alrededor del 13%; hay una oscilación relativamente pequeña de esa probabilidad”, mencionó Alonso Alfaro, economista jefe del BCCR, durante la presentación del IPM.
Del recuadro, el Banco Central destacó las siguientes conclusiones con respecto a las características de las personas con mayor probabilidad de encontrar trabajo:
- La probabilidad de encontrar empleo es, en general, mayor en la zona urbana, con excepción de los inactivos que se ocuparon.
- Los hombres tienen mayor probabilidad de encontrar empleo en todas las condiciones, pero es particularmente mayor en el caso de los desocupados (44,7% frente a 25,3% de las mujeres). En esto mencionan que influye la menor participación de la población femenina en el mercado laboral.
- Aunque conforme aumenta la edad disminuye la probabilidad de encontrar empleo, se aprecia que la mayor probabilidad de conseguir trabajo para las personas en condición de desocupadas se encuentra en las edades de entre 45 a 59 años.
- Las personas con nivel educativo alto (con estudios universitarios completos o incompletos) tienen menos probabilidad de pasar de desocupado a ocupado en comparación con los que tienen nivel educativo bajo y medio. El Central relaciona este curioso comportamiento al perfil de los desempleados al segundo trimestre del 2023 (población inicial), de los cuales un 76% tienen un nivel educativo de secundaria completa o menos.
- En relación con los ocupados que cambiaron de rama, la probabilidad de encontrar empleo fue similar en todos los niveles educativos, mientras que los inactivos que se emplearon con mayor probabilidad fueron los que mostraron estudios medios.
- También se encontró que cuanto más tiempo la persona haya estado desempleada más disminuye la probabilidad de encontrar empleo. “Esto puede deberse a la pérdida de habilidades laborales que conlleva a una obsolescencia del trabajador, lo cual, a su vez, genera un riesgo de exclusión social y económica, que inhibe a la persona desempleada a continuar en la búsqueda de trabajo”, se lee en el recuadro del IPM.
Puede observar las probabilidades según las diferentes agrupaciones en la siguiente tabla:
Las dos caras del mercado laboral
En el último año el mercado laboral ha presentado resultados agridulces. Si bien la informalidad y la tasa de desempleo han registrado una caída importante, incluso ya por niveles por debajo de la prepandemia (7,3%), la tasa de ocupación y la tasa de participación neta también han caído con especial fuerza.
Es decir, pareciera que una parte de la mejora en los índices de desempleo se explica por una franja de la población que decidió abandonar la fuerza laboral y no exclusivamente porque el país haya generado más puestos de trabajo.
Entre diciembre de 2022 y 2023, la tasa de desempleo cayó en 4,4 p. p., pero en ese mismo periodo la tasa de ocupación y la tasa de participación se contrajeron en 5.9 p. p. y 2.9 p. p., respectivamente. En total la cantidad de ocupados bajó en 91.161 personas.
Adicionalmente, esta salida ha sido más fuerte en las mujeres: la tasa neta de participación para los hombres cayó en 4,1 p.p. y para las mujeres en 7,7 p.p. con respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos de la ECE para el último trimestre del 2023.
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En una conferencia de prensa del pasado 11 de enero, Alfaro, mencionó que en el grupo etario de mayor participación laboral, de 25 a 59 años, el nivel se encuentra similar al del periodo prepandémico, aunque ligeramente más bajo.
Es en las personas de 15 a 24 años y de 60 años o más donde se ve un mayor abandono de la fuerza de trabajo. El primer grupo, según información de la ECE, lo hacen principalmente por motivos personales como estudio o viajes, mientras que el segundo lo hace por edad, aunque no necesariamente sean pensionados.