La economía mundial crecerá este año 2,9% y la amenaza de recesión se atenuará en algunos países debido a consumo e inversión fuertes, y al levantamiento de la política de cero covid en China, estimó el lunes 30 de enero el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con el mundo experimentando las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania, recesiones y los esfuerzos para frenar la inflación a través del encarecimiento del crédito, el Fondo Monetario Internacional espera que la economía mundial se expanda 2,9% en 2023, 0,2 puntos porcentuales más de lo que había vaticinado en octubre pasado.
“Los riesgos adversos se han moderado” desde el pronóstico de octubre, señala el Fondo en la actualización de las Perspectivas de la Economía Mundial publicadas el lunes.
El año "seguirá siendo desafiante (...) pero bien podría representar un punto de inflexión", declaró a periodistas el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas.
Según el FMI, la desaceleración es menos pronunciada de lo que cabría esperar en varias economías desarrolladas, como Estados Unidos (1,4% de crecimiento en 2023, 0,4 puntos porcentuales más que lo estimado en octubre), Alemania o Italia. Estas dos economías europeas incluso verían alejarse la perspectiva de una recesión.
"Estamos muy lejos de cualquier tipo de marcador de recesión global", asegura Gourinchas.
Es una buena noticia que el Fondo atribuye sobre todo a la reapertura de China tras el abandono de la política cero covid. El gigante asiático crecerá 5,2% frente al 4,4% previsto tres meses atrás, y arrastrará consigo a la economía global.
La inflación también parece decaer en comparación con 2022. El FMI prevé para este año un nivel ligeramente superior a lo pronosticado hace tres meses (+6,6% frente a +6,5%), pero en 2024 debería volver a niveles inferiores a los de 2021 (+4,3% frente a +4,7%).
Las tres locomotoras globales —Estados Unidos, China y Europa— resisten, aunque por motivos diferentes, y se espera que todas las economías desarrolladas sigan sus pasos.
Pero hay una excepción: el Reino Unido, el único país del G20 que experimentará una recesión, del orden del 0,6%.
Rusia, por el contrario, podría salir de la recesión a pesar de las sanciones impuestas desde que invadió Ucrania. Su economía se expandirá ligeramente en 2023 (0,3%) y bastante más en 2024 (2,1%).
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Pese a que en 2023 muchas economías crecerán menos que otros años, algunas han demostrado una resistencia sorprendente.
"El pronóstico de bajo crecimiento en 2023 refleja el aumento de las tasas de los bancos centrales para combatir la inflación, especialmente en las economías avanzadas, así como (el efecto de) la guerra en Ucrania", explica el FMI.
Pero "el crecimiento económico demostró ser sorprendentemente resistente en el tercer trimestre del año pasado, con mercados laborales sólidos, un consumo doméstico fuerte y también inversión empresarial", recalca Gourinchas.
Los países se adaptaron mejor de lo esperado a la crisis energética en Europa, agregó, con precios del gas más bajos de lo anticipado y suficientes recursos para el invierno boreal.
En el resto del mundo la situación varía en función de las regiones.
El crecimiento más pronunciado se espera en África subsahariana (3,8%, casi sin cambios sobre la previsión anterior) u Oriente Medio y Asia Central (3,2%, 0,4 puntos porcentuales menos que en octubre).
América Latina y el Caribe crecerá 1,8%, menos que a nivel global pero 0,1 puntos porcentuales más que lo anticipado en octubre.
Las dos locomotoras económicas regionales, Brasil y México, crecerán 1,2% (+0,2 puntos porcentuales) y 1,7% (+0,5 puntos porcentuales) respectivamente. Es mucho menos de lo previsto para otros países emergentes como India (6,1%).
Para 2024, cuando se espera que el crecimiento global alcance el 3,1%, América Latina y el Caribe crecerá 2,1% (-0,3 puntos porcentuales en comparación con lo pronosticado en octubre), a causa de "condiciones financieras más estrictas, precios más bajos de los productos básicos exportados, y revisiones a la baja del crecimiento de los socios comerciales".
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Las predicciones del FMI son más optimistas que las publicadas por el Banco Mundial (BM) a mediados de enero, antes del anuncio del fin de los confinamientos masivos en China.
Pese a este optimismo moderado, el FMI vislumbra riesgos en el horizonte: una escalada de la contienda bélica en Ucrania podría afectar los precios de los alimentos y la energía, la crisis inmobiliaria puede bloquear la recuperación en China, y los brotes de covid-19 pueden seguir complicando.
El aumento de la inflación es otro de los peligros que señala el Fondo: la lucha contra este flagelo "aún no está ganada", advirtió Gourinchas.
La inflación general puede haber tocado fondo, pero la subyacente (que no incluye elementos volátiles como alimentos y energía) sigue muy por encima de los niveles prepandemia en la mayoría de los países.