Óscar Hidalgo, exgerente general de Coopeservidores, fue despedido sin responsabilidad patronal el 15 de mayo pasado, solo dos días después de que el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) giró la orden de intervenir la Cooperativa.
La intervención se instruyó por situaciones administrativas aparentemente irregulares que, según el criterio de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), pusieron en peligro la seguridad y solvencia de la compañía.
Hidalgo había sido nombrado en el cargo desde junio de 2006; es decir, llevaba 18 años en el cargo: una permanencia extensa, como ha sido la costumbre en las cooperativas de ahorro y crédito más grandes del país.
¿Es demasiado tiempo 18 años para un mismo gerente general en una entidad financiera?
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Riesgos y beneficios
Miguel López, socio director de Recluta Talenthunter, explicó es común que en instituciones que “juegan mucho con el riesgo económico” se mantenga a las altas gerencias por altos períodos, de hasta 15 años o más, porque las autoridades acumulan “conocimiento de la industria y de los actores” que es difícil de remplazar.
Sin embargo, esto no siempre viene exento de consecuencias.
“Muchas veces, incluso si los resultados no son muy buenos o no son excelentes, como la Junta Directiva lo pedía, se deja que el gerente general y los altos directivos continúen en funciones porque son conocidos, porque hay un alto riesgo de cambiarlos y porque no se necesita generar nuevas ideas para hacerlo”, detalló.
Pero, ¿existe una forma de definir cuándo es demasiado tiempo para una sola autoridad?
“No existe una fórmula mágica”, según la socia de la firma EY, Marina Abal.
Por el contrario, ella indicó que puede depender de múltiples factores. Algunos tan tangibles como el desempeño financiero de la empresa y otros tan intangibles como la capacidad de motivar al personal.
Para determinar estas cuestiones —más allá de si la persona lleva uno, cinco o 15 años— es esencial que los cuerpos directivos de las entidades realicen evaluaciones y realimentaciones periódicas. Estas pueden encontrar errores u oportunidades de mejora, que muchas veces solo son visibles cuando ocurre una transición y las nuevas personas a cargo las descubren.
“Mientras que un período de 5 a 10 años puede ser beneficioso para la estabilidad y continuidad, es importante ser flexible y basar la duración en el desempeño y las necesidades del banco”, explicó Abal. “Hemos visto gerentes generales que han estado mas de 20 años en el rol y han funcionado a la perfección y hay ocasiones en las que se deben hacer cambios tempranos porque no hubo alineación y las cosas no fluyeron”, añadió.
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Largos períodos
Si se revisa la tendencia histórica de las principales cooperativas de ahorro y crédito del país, se puede apreciar que la tendencia a la renovación de altas gerencias es baja en este sector.
Además del caso de Coopeservidores ya mencionado, en Coopeande, Coopecaja y Coopealianza están los mismos gerentes generales desde hace más de 10 años.
Por otra parte, Coocique recién nombró de forma interina a Luis Ricardo Quirós; y Coopenae de forma permanente a Adrián Álvarez. Ambos movimientos se dieron en 2023. Sin embargo, Álvarez había sido subgerente general en los últimos 19 años y llegó para suplir a José Eduardo Alvarado, quien había acumulado 40 años anteriormente en el cargo.
Un caso similar al de las cooperativas ocurre en las mutuales. Los actuales gerentes de Mutual Alajuela y de Mucap, Mayela Rojas y Mario Rivera, fueron designados en el cargo recientemente. Sin embargo, llegaron para suplir a Óscar Alvarado y Eugenia Meza, respectivamente, que acumularon décadas dirigiendo a ambas instituciones.
Según López, los bancos estatales y las cooperativas son más propensas a evitar cambios por largos períodos, pues prefieren la estabilidad. Los bancos privados (principalmente los que tienen una mayor presencia internacional), por otra parte, más bien suelen trasladar a sus gerentes entre diversos países, pues suelen tomar decisiones con mayores niveles de riesgo.
“Bancos como Citi o Scotiabank a muchos de sus gerentes o los traen de afuera o los mandan a otros países; así pasa con Citi, por ejemplo, que ha tenido al menos dos gerentes en Costa Rica que ha mandado a hacer aperturas de nuevos mercados. Hablamos de otra mentalidad empresarial, en la que el riesgo es mucho mayor y no les conviene mantener sus cuadros de mando mucho tiempo en un solo lugar”, describió.
De entre los principales bancos privados del país, el BAC es el que actualmente tiene un gerente general con más años en el cargo. Se trata de Federico Odio, quien ostenta el puesto desde 2016. Antes, el economista Gerardo Corrales había sumado 16 años en el cargo.
En cuando a los bancos estatales, por otra parte, Rosaysella Ulloa recién fue nombrada como gerenta general interina del Banco Nacional (BNCR) a finales de 2023, tras la renuncia de Bernardo Alfaro después de solo tres años en el puesto.
Antes de Alfaro, los titulares habían sido Juan Carlos Corrales (entre 2015 y 2018) y Gustavo Vargas (quien falleció en 2018).
Por su parte, Douglas Soto lleva cinco años al frente del Banco de Costa Rica (BCR); conglomerado en el que había permanecido desde 1983.
Soto llegó para suplir a Mario Barrenechea, quien dirigió al BCR en dos períodos hasta su jubilación (1997-2003 y 2015-2018), en medio del escándalo popularmente conocido como el “Cementazo” (por el otorgamiento de créditos multimillonarios en condiciones irregulares a un empresario).
Exgerentes como Mario Rivera (2007-2014), en el BCR; o William Hayden (1997-2009) y Fernando Naranjo (2010-2015), en el BNCR, superaron los cinco años antes de todos los mencionados.
Sucesiones circunstanciales
Según Abal, es esencial que las grandes compañías trabajen en planes de sucesión para asegurar que siempre haya candidatos preparados para asumir el rol de gerente general en caso de necesidad.
“Además, hay que invertir en el desarrollo de talento interno para preparar futuros líderes y asegurar una transición suave cuando sea necesario”, añadió.
Casos en los cuales no existe la posibilidad de nombrar a alguien de la propia institución son más complejos y requieren de asesoría especializada para buscar el perfil más apto en el mercado.
La especialista indicó que los cambios también son necesarios cuando el gerente actual ya alcanzó sus objetivos, si los nuevos desafíos requieren de un abordaje diferente.
Sin embargo, López consideró que en Costa Rica lo más usual es que sean los propios gerentes generales de las entidades financieras los que decidan cuándo irse (muchas veces jubilándose) o se vean obligados a ello por cuestiones externas o de mala gestión.
“Se habla poco en estos círculos de renovación”, comentó el especialista. “Por eso, generalmente vemos que, cuando hay un cambio, es porque un banco cierra, porque una persona se retira o porque hubo algún problema o algún tema relevante en cuanto a esa posición; pero generalmente en este tipo de instituciones la renovación parte de los mismos gerentes”, puntualizó.
* Nota del redactor: Esta nota se actualizó a las 5:00 p.m. para corregir el período que lleva Johnny Saborío en el cargo de gerente general de Coopecaja, que es de 10 años.