El gobierno de izquierda español y los bancos llegaron a un acuerdo que permitirá lanzar un paquete de medidas para ayudar a los hogares vulnerables que suscribieron hipotecas con tasas variables, golpeados ahora con fuerza por el alza de los tipos de interés.
Este acuerdo, alcanzado en la noche del lunes 21 de noviembre tras varias semanas de negociaciones, debe permitir “aliviar la carga hipotecaria a más de un millón de hogares”, anunció el Ministerio de Economía en un comunicado. Las medidas deberían entrar en vigor el 1°. de enero.
El plan comprende un descenso de los tipos de interés durante cinco años, además de una extensión de la duración de la hipoteca que podría llegar a siete años para los hogares que ganan menos de €25.200 ($25.900) al año y en los que la cantidad del préstamo inmobiliario represente un 50% o más de los ingresos.
Con el objetivo de alcanzar también a las clases medias, este plan permitirá a los hogares que ingresan hasta €29.400 anuales, y cuyo préstamo represente más del 30% de sus ingresos, beneficiarse también de una extensión de la duración de su préstamo de siete años. La cantidad de su mensualidad podrá, además, congelarse durante un año.
“Espero que se sumen todas (las entidades bancarias)”, deseó este martes 22 de noviembre la ministra de Economía, Nadia Calviño, en la radio pública española. “Ayer por la noche no pudimos tener confirmación de esa unanimidad”, puntualizó.
Una cuarta parte de las hipotecas suscritas actualmente en España están sometidas a tipos variables, revisables cada año de acuerdo al Euribor, tipo de referencia para los bancos europeos.
Pero estos préstamos dominaron durante mucho tiempo el mercado español y 3,7 millones de hipotecas en vigor están todavía basadas en el Euribor, según el comunicado del ministerio.
Esta situación se hizo cada vez más preocupante a medida que la tasa de referencia ha ido creciendo en los últimos meses, tras el alza de los tipos de referencia decidida por el Banco Central Europeo (BCE) para intentar frenar la escalada de la inflación.
España padeció con dureza la explosión de la burbuja inmobiliaria ligada a la crisis financiera de 2008, cuando muchas familias tuvieron que vender o abandonar sus viviendas, al no poder hacer frente a las hipotecas.