El sector construcción nacional acumula más de 25 meses con una actividad económica en números negativos, a lo que se le suma el aumento en los precios de los principales insumos que se utilizan, tales como el acero, tubos plásticos y cables eléctricos.
Según el último Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) reportado a marzo del 2021, la construcción disminuyó 8,1%, si se compara con marzo del 2020, con comportamientos disimiles según el destino de la producción.
Así, en marzo la construcción con destino público creció, impulsada por proyectos ejecutados por el Ministerio de Obras Públicas y Transporte y el Consejo Nacional de Vialidad, entre los que se encuentran las obras en la carretera de circunvalación y la construcción de la carretera de la Ruta Uno (San José - San Ramón).
No obstante, la construcción con destino privado disminuyó, por la menor edificación de viviendas, bodegas, instalaciones comerciales y parqueos. Eso fue parcialmente compensado por el crecimiento en la construcción de edificios y de naves industriales, según el reporte del Banco Central de Costa Rica (BCCR).
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EF conversó con Esteban Acón, presidente de la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC), sobre la situación del sector y cuáles son las acciones que los empresarios solicitan para reactivar la actividad. Aquí un extracto de la entrevista:
―¿Cómo afectó el COVID-19 a la actividad del sector construcción costarricense?
Ya veníamos con un 2019 muy malo donde decrecimos 10,7%; entra el COVID-19 cuando se tenía un inventario de proyectos que debían ser corridos para entrar en el antiguo transitorio 5 de la ley que fue malinterpretado por Hacienda y entonces había un portafolio de proyectos importante. Algunos empezaron, otros no y nos llegó el COVID. Pese a eso, muchos proyectos que ya habían iniciado continuaron por medio de protocolos muy estrictos, sin embargo las construcciones que estaban por comenzar sí se paralizaron.
¿Qué está pasando entonces? Conforme las construcciones se van terminando, no hay nuevas construcciones que las sustituyan y eso hace que de forma paulatina el desempleo en el sector vaya aumentando. Eso hizo que sigamos decreciendo y si no hacemos algo, que es lo que le hemos venido pidiendo al Gobierno, está difícil la meta para reactivar al sector.
―¿Se han observado cambios en los últimos meses con respecto a los tipos de construcción que se levantan en el país?
Si analizamos el 2020 hubo una tendencia de un leve crecimiento a nivel de industria, más enfocado en zonas francas. El hecho de que las diferentes empresas en zonas francas hayan seguido contratando personal e invirtiendo en el país hace que la industria de la construcción crezca.
En oficinas hubo una disminución, sin embargo el nearshoring está haciendo que se vean nuevos edificios para atraer grandes empresas que buscan dónde localizarse, pero el Gobierno tiene que abrir más oportunidades para que vengan.
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En turismo para el 2021 ya se oyen algunos proyectos que están apostando a iniciar para que cuando inauguren ya haya pasado la pandemia, pero son contados con la mano. La variación sí ha sido importante, pese a todo sí hay proyectos de vivienda de diferente índole tanto en vertical como en horizontal, con una oferta muy variada.
―¿Cuáles son las peticiones claves y cuáles acciones deben llevarse a cabo en el corto y mediano plazo para reactivar al sector?
Lo principal es llenar a los inversionistas de confianza. Este país tiene un objetivo trazado muy claro y va ligado a mejorar las finanzas y el déficit fiscal que se tiene, pero no podemos quedarnos ahí.
Tiene que haber un proyecto país que tenga que ver con darle confianza a los inversionistas con seguridad jurídica, que los inversionistas tengan la seguridad de invertir en Costa Rica.
Hay que aprovechar el nearshoring que es una realidad que está pasando en el mundo y hay países que ya están apostando a eso quitando trabas, mientras que aquí estamos viendo a ver cómo ponemos más impuestos a las empresas que quieren venir a invertir.
Son muchos factores que son proyecto país porque van de la mano. También está el tema de la entrada en vigencia del IVA, eso lo que va a hacer es deprimir aún más el sector, no estamos preparados.
Otro factor es la simplificación de trámites, algo por lo que hemos venido luchando hace mucho tiempo pero hoy en día aún estamos ahí pegados y la digitalización ha costado, aún hay municipalidades que tramitan todo en físico.