El índice de intención de crédito en el sector financiero no supervisado, que mide la cantidad de personas que solicitan financiamiento ya sea que se les otorgue o no, presentó una caída del 40% en julio de este 2020 con respecto al mes de febrero (antes de que iniciara la pandemia).
Así lo determinó el Primer informe sobre deuda morosa del sector crediticio no regulado en el país, realizado por el Tecnológico de Costa Rica (TEC) y el buró crediticio Equifax. En cuanto sector financiero no supervisado o regulado el estudio se refiere a figuras como el retail (grandes tiendas de electrodomésticos o departamentos, por ejemplo), telecomunicaciones, comercio en general (como una tienda o ferretería que vende a crédito) y financieras no supervisadas como las empresas que brindan préstamos.
Las variaciones por mes, desde febrero de este año a julio han oscilado entre el -8,04% y el 27,1% para el sector de comercio; -4% y -67,3% para el sector de telecomunicaciones y para el financiero la caída ha llegado hasta a -81,9% .
Gustavo Cubillo, investigador de la Escuela de Administración de Empresas del TEC, explicó que las contracciones en la intención de crédito en el sector financiero no regulado puede deberse a diversas razones como la incertidumbre de parte de los consumidores, el desempleo y la reducción de jornadas que generó la pandemia, así como que no están promoviendo préstamos.
“Es un doble efecto el que ocurre con la intención de crédito. Las entidades financieras no están promoviendo préstamos porque están guardándose para ver cómo va a evolucionar la situación de la pandemia; por otro lado incertidumbre sobre el empleo y las personas mantienen una estrategia más conservadora con respecto a sus gastos”, comentó Cubillo.
Deudas morosas
El estudio realizado por el TEC y Equifax arrojó resultados sobre el monto promedio de las morosidades en el sector financiero no regulado, así como perfiles de los deudores.
Uno de los datos estudiados es que la morosidad de los créditos en el sector comercial tuvo un leve aumento del 1,2% durante los primeros seis meses del 2020; y, pese a que la deuda morosa no ha crecido de forma considerable, el 18% de las personas en mora tienen una cuenta superior a los ¢492.776, es decir, casi dos salarios mínimos.
Además, según el estudio, si bien en el primer semestre de este año el número de personas morosas en comparación con el mismo periodo del 2019 disminuyó, el monto promedio de la deuda es 5% mayor.
Por otro lado, el monto promedio de morosidad para el primer semestre del 2020 es de ¢361,684 mientras el ingreso neto promedio ronda los ¢490.000 mensuales. Es decir, la deuda abarca el 73% de sus ingresos, situación que los especialistas consideran muy delicado, por el alto nivel de endeudamiento que ello representa. Específicamente en el sector financiero (empresas de préstamos, por ejemplo) el monto de la mora pasó ¢743.706 en el primer semestre del 2018, a ¢1.053.571 por persona en el primer semestre del 2020.
El estudio utilizó un total de 5.503.749 registros morosos de empresas costarricenses del sector comercial y financiero no regulado.
Tanto Cubillo como César Colomino, gerente general de Equifax para México y Centroamérica, señalaron que para el 2021 se verán los efectos reales de la COVID-19 sobre las moras, puesto que las prórrogas y moratorias brindadas por las entidades bancarias durante estos meses pueden afectar la información.