Tratar de encapsular en una sola descripción el perfil socioeconómico de Guanacaste es una tarea complicada, principalmente porque debería ser un nombre escrito en plural: hay muchas Guanacastes dentro de una provincia que es cada vez más heterogénea y que crece más allá del turismo, pero en buena parte gracias a él.
La misma geografía divide a la provincia, como mínimo, en dos: la altura —esa zona que acompaña la cordillera de Tilarán— y la bajura, un espacio de tierras bajas que termina en sus famosas playas.
Naturalmente, las actividades económicas que se realizan en estas dos zonas difieren entre sí. En la altura la generación de electricidad se alza como la actividad de mayor valor agregado, mientras que en la bajura el turismo, las actividades inmobiliarias y la construcción ganan peso.
Una provincia de cambios
Al igual que el resto del país, a partir de los noventa Guanacaste empezó a vivir una transformación para pasar de ser una provincia principalmente agropecuaria —la gran granelera del país— a una región que apuesta más por los servicios.
Victor Julio Baltodano, economista y académico de la sede regional Chorotega de la Universidad Nacional, menciona que cuando empezaron a aplicarse los Programas de Ajuste Estructural el sector agropecuario comenzó a tener problemas de productividad (muchos que acarreaba desde antes), lo cual dificultó su financiamiento, ya que los bancos tenían mejores incentivos para actividades más productivas.
“Al ver que ya no se podía producir arroz y frijoles como antes y que la ganadería estaba siendo poco rentable, entonces se empezaron a buscar otras opciones como el turismo. El turismo empezó a dar empleo a gente que estaba en trabajos tradicionales, comenzó la formación de cocineros, personas que atienden a turistas, de pronto se empezó a ver más tránsito, el aeropuerto tomó un gran auge y eso definitivamente cambió la economía”, explica Baltodano.
Según datos del Producto Interno Bruto (PIB) Cantonal de 2021 —último año disponible—, Guanacaste es la provincia que más aporta valor agregado a la actividad de “Alojamiento” —la que más directamente se asocia con el turismo— con un 31,61% de lo que genera el país en dicho apartado.
Aunque el turismo sigue siendo el gran dinamizador, en los últimos años se ha dado un mayor crecimiento de otro tipo de industrias que también generan valor, incluso por encima de lo que se recibe directamente por este concepto.
Para comenzar, es la provincia que más valor agregado aporta en la categoría de “suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado”. Según el PIB Cantonal, Guanacaste es responsable de un 31,81% de todo el valor que produce esta actividad en el país. Esto no es sorpresa dadas las plantas de generación eléctrica —geotérmica y eólica— ubicadas en Liberia, Tilarán y Bagaces.
Guanacaste también ha sido testigo de dos booms inmobiliarios: el primero hacia finales de la década pasada, pero truncado por la crisis financiera del 2008-09, y otro que se está gestando actualmente y que es síntoma de un nuevo interés de inversión en la zona.
Según datos del el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos de Costa Rica (CFIA), Guanacaste registró 2.006.200 metros cuadrados de intención de construcción en el 2023, convirtiéndose en la provincia con la mayor cantidad de metros cuadrados registrados a nivel nacional con un incremento del 15,8% respecto al mismo periodo del 2022. La mayoría se concentró en los sectores habitacional, infraestructura y comercial.
En ese mismo año, según se registró en la memoria anual de la construcción del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), Guanacaste fue la provincia en la que se acumuló el mayor valor de obras en construcción: un 23,28% del total del país.
Al olfatear esa inversión, el BAC decidió colocar ¢3.300 millones en la expansión de sus servicios en la provincia en 2023. “Si vemos los datos de Guanacaste respecto al resto, se ven muy bonitos. La cartera activa en el resto del país en 2023 creció 17%, en Guanacaste nos creció 30%. Las pymes en total crecieron 67%, en Guanacaste, 95%”, le dijo Federico Odio, gerente del BAC, a este medio en una entrevista el pasado mes de marzo.
“Para nadie es un secreto que Guanacaste a nivel de rankings mundiales está por las nubes. El apetito del cliente por esta zona es voraz, no sólo para inversionistas”, mencionó Melissa Briceño, vicepresidenta de Ventas Globales y Marketing de Grupo Terra, en un foro organizado por El Financiero en julio en el que se conversó sobre las zonas más calientes para la actividad inmobiliaria.
La inversión ha venido de la mano de empresas importantes que han apostado por la región. Grandes marcas como Walmart, Pricesmart, McDonald’s, entre otras, consolidaron recientemente su presencia en la provincia. Además, gigantes como Coca Cola y Foundever (antes Sykes) se ubicaron en zonas francas guanacastecas.
Esta es una transformación que ha notado Ariana Ruiz, directora comercial de Solarium, firma que administra la zona franca en Liberia —frente al aeropuerto—, en la que están la planta de Coca-Cola y las oficinas de Foundever.
“Ahora hay mucha más oferta de trabajo fuera del sector turismo, entonces se está dando el retorno de muchos profesionales originarios de Guanacaste que se fueron a terminar sus estudios a San José, Heredia o Alajuela y que se quedaron trabajando allá porque aquí no había oportunidades en lo que estudiaron. En los últimos años ha habido un aumento significativo de regresos porque ya hay más trabajos en otros sectores como informática, arquitectura e ingeniería”, cuenta Ruiz.
Actividades de mayor peso
A pesar de que es el turismo el que le ha abierto en gran parte las puertas al crecimiento de la provincia, el tipo de actividad más intrínsecamente relacionado con este sector catalogado en el PIB cantonal (alojamiento y servicios de comida) no es la principal de la provincia; esa se la deja la elaboración de alimentos y bebidas, con un 15,7% del total del valor agregado producido por la provincia, siendo Liberia el principal aportante con un 76,6% acumulado únicamente en este cantón.
No obstante, hay que tomar en cuenta que los datos de valor agregado del PIB Cantonal más recientes son del 2021, así que hay un efecto pandemia todavía presente en ellos, en especial para una actividad tan lastimada por este fenómeno como el turismo.
El segundo tipo de actividad de mayor valor en la provincia es el de electricidad, agua y gestión de desechos (11,1%), siendo la generación eléctrica el principal componente. Allí destacan fuertemente los cantones de Tilarán, Bagaces y Liberia con un 91,2% de lo que produce la provincia, además de un 21,5% del total del país.
La educación se alza como la tercera actividad más fuerte de la región con un 10,2%. Allí, Liberia, Santa Cruz y Nicoya acumulan la mayor parte del valor (68,5%). Estos son los cantones donde más universidades han ubicado sus sedes.
Es hasta el cuarto lugar en el PIB Cantonal que aparece alojamiento y servicios de comida, con un nada despreciable 8% (en especial cuando todavía había restricciones por covid-19 para ese entonces). Santa Cruz, Liberia y Carrillo encabezan este apartado con 78,9% del valor.
El comercio es el quinto tipo de actividad de mayor valor agregado, según el PIB Cantonal, con un 7,6%. Este segmento también lo encabeza Liberia, cantón que se deja un 38,8% por sí solo.
Dominio liberiano
Aunque cada vez hay una mayor pluralidad en las actividades que se realizan en Guanacaste, la realidad es que hay un dominio importante de Liberia, municipio en el que se produce un 35% del PIB de la provincia. Además tiene una diversidad de actividades como el turismo, la elaboración de alimentos y la generación de electricidad.
“Liberia ha aprovechado esa fortaleza de tener un aeropuerto, de tener universidades que están aportando al talento humano, y también de ser una ciudad intermedia”, explica Baltodano.
Estas cualidades le han permitido crecer más allá del turismo y empezar a ser un foco para la atracción de la inversión, tanto nacional como extranjera. “Se está abriendo mucha inversión a comercios. Mucho del turismo está entrando y saliendo por aquí (el aeropuerto), ni siquiera está llegando a la parte central del país, entonces se ha tratado de crear un ecosistema en el que no se tenga que ir lejos para encontrar lo que se necesita”, menciona Ruíz.
No obstante, ese avance es más lento en el resto de la provincia. Si bien cantones como Santa Cruz, Carrillo y Nicoya aportan por encima de un 10% del PIB guanacasteco, en buena parte por el turismo, Nandayure y Hojancha no llegan ni a un 2%.
“Estas dos partes todavía viven mucho de la ruralidad. Si uno ve la actividad económica que más está aportando Nandayure al PIB cantonal se da cuenta que es la agrícola. Allí está la producción de melón, la producción de sandía. En las zonas un poco más altas, tanto de Nandayure como de Hojancha, se producen café y cítricos”, menciona Batodano.
Liberia incluso tiene un peso importante dentro de las actividades agrícolas. Por ejemplo, Guanacaste produjo un 63,2% del arroz de la cosecha 2021-22, pero el gran peso se lo llevó Liberia: allí se concentró el 26,9% de la producción nacional, según datos de la Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agropecuaria (Sepsa).
Retos por delante
El empuje inmobiliario que está teniendo la zona también trae retos importantes. Para comenzar, Baltodano menciona que Guanacaste todavía es una provincia bastante desigual, incluso en Liberia, donde más se ha diversificado el comercio.
El economista considera que el crecimiento de proyectos turísticos lujosos creó una especie de muralla entre los residentes y sus visitantes.
“Los hoteles recogen a los turistas, se los llevan y de ahí no salen, es como una burbuja. Hay que trabajar un poco más para ver cómo hacemos un mejor encadenamiento y que los beneficios que trae el turismo se repartan más en todos los guanacastecos”, dice.
Este es un problema que también se transmite hacia el sector agrícola. “La Universidad Nacional hizo una investigación para ver cómo mejoraban los canales de comercialización y los grandes hoteles de la península, a la hora de consultarles si ellos comprarían hortalizas en el mercado regional. Respondieron que no, que preferían importarlos”, menciona Carlos Méndez, docente de la Escuela de Agronomía de la Universidad de Costa Rica (UCR).
“Un hotel no te compra un poquito de tomate, un poquito de culantro, sino que ellos quieren un distribuidor que te resuelva en calidad, en cantidad, en diversidad, y que llegue dos, tres veces por semana”, explica Patricia Vásquez, investigadora y economista agrícola de la sede de Guanacaste de la UCR.
La educación también es un problema importante. Si bien hay presencia de las cuatro universidades públicas, y cada vez más centros privados abren sedes en la región, el llegar hasta la educación superior sigue siendo un reto.
“En todos los cantones, menos del 27% de los adultos mayores a 25 años han concluido la educación secundaria, lo que se traduce en un nivel de escolaridad media de apenas 7,4 años de educación por adulto. En promedio, sólo el 70% de los estudiantes de primaria reciben clases de informática educativa y menos de la tercera parte tiene acceso al currículo completo”, menciona Andrés Fernández, economista e investigador del Consejo de Promoción de la Competitividad (CNC), entidad que genera el Índice de Competitividad Cantonal.
En materia empresarial todavía hace falta camino. En general, el país no es un lugar amigable para los emprendimientos, pero Guanacaste lo es aún menos. Todos sus municipios salvo uno (Cañas) están entre los 30 cantones en los que las empresas tienen menos probabilidades de superar los cinco años de vida, según cálculos del Programa Estado de la Nación.
Además, el problema del suministro de agua es recurrente y, si no mejora, puede poner freno sobre el crecimiento de otras actividades.
“Se debe trabajar en los retos comunes de aumento de la calidad de su capital humano (educación y salud), y facilidades para inversión (gestión de gobiernos locales), también mejorar la infraestructura básica de carreteras y puentes es un factor primordial para el avance de la provincia”, considera Fernández.
Oportunidades
Pese a estos grandes retos, Guanacaste todavía tiene abiertas muchas posibilidades de crecimiento.
Su gran atractivo turístico también se puede convertir en un atractivo habitacional, no solo de paso. Ruiz menciona que las empresas internacionales que se han asentado en la provincia deciden quedarse por la “calidad de vida”.
“Eso es lo que los enamora, la cercanía con la playa, la tranquilidad que se siente en la región, entonces lo ven eso como un plus para sus colaboradores”, dice la administradora de Solárium.
La provincia puede crecer más en atracción de inversión extranjera más allá del turismo. De momento es la región con la menor cantidad de empresas en zonas francas, con solo 26, según datos disponibles al 23 de enero en el sitio web de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
Baltodano también considera que se puede crecer más en la generación de energía. “Si uno une Tilarán, Cañas y Liberia, ahí hay un corredor para desarrollar energías sostenibles y eso en la próxima década el Estado va a tener que impulsarlo más”, dice el académico.
En 2018 se calculó que un 40% de las energías limpias producidas desde 1991 venían de la provincia.
Aunque se ha dado una migración hacia los servicios, el sector primario no se puede quedar atrás. Una mayor inversión inmobiliaria y turística debería traducirse en más demanda de alimentos, los cuales pueden producirse en la región.
“Se empuja la producción agrícola hacia ser más eficiente, tener indicadores de calidad y mucho más diversificada para abastecer una población extranjera que evidentemente va a requerir de alimentos”, menciona Vásquez.
Méndez agrega que la provincia tiene la capacidad de crecer en la producción de hortalizas y flores, dos productos que suelen necesitar las grandes cadenas hoteleras de la región. También que hay espacios para subir el grado de tecnicidad y producir no solo para consumo final, sino también para insumos agroindustriales, lo cual podría aumentar el valor agregado del sector.
Para Ruíz lo importante es romper el mito del turismo: aunque fue la actividad que vino a dinamizar a la provincia, su futuro puede ser mucho más diverso.
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Esta publicación es parte del especial 200 Años Anexión Nicoya de ‘El Financiero’. Cliquee aquí para consultar todos los reportajes y artículos.