La recuperación económica de algunos países impulsará levemente el crecimiento mundial este año pero las perspectivas están opacadas por potenciales escollos que pueden frenar ese leve impulso, advirtió el miércoles el Banco Mundial (BM).
El retorno de las tensiones comerciales, que se atenuaron tras el reciente anuncio de un acuerdo preliminar entre China y Estados Unidos, puede erosionar el modesto progreso de la economía y expandirse rápidamente mucho más allá de las dos grandes potencias mundiales.
En su último informe de Perspectivas Económicas Globales, el Banco Mundial proyecta un crecimiento de 2,4% para la economía mundial este año; apenas una décima de punto más que en 2019 pero menor al pronóstico que había hecho en julio para 2020.
A pesar del giro positivo, el informe, que se titula "Frágil, manejarlo con cuidado", recorta los pronósticos para casi todos los países salvo para Estados Unidos.
Y el crecimiento no es lo suficientemente rápido como para alcanzar la meta de sacar a más gente de la pobreza.
La mayoría de las principales economías tienden a crecer poco este año.
Ese crecimiento se apoya casi totalmente en unas pocas economías emergentes que se espera que progresen tras un decepcionante 2019. En el caso de Argentina se espera que su PIB se contraiga a una tasa menor.
Principales economías
Estados Unidos y China responden juntos por casi 40% del crecimiento del PIB mundial y la cuarta parte de todo el comercio global. Pero al mejorar sus relaciones tras dos años de peleas, representarán un lastre menor al crecimiento aunque cada una de esas economías crezca menos.
LEA MÁS: Déficit comercial de Estados Unidos registró en noviembre su nivel más bajo en tres años
El crecimiento de Estados Unidos fue estimado en 1,8% para 2020 tras 2,3% el año pasado, dijo el Banco Mundial.
El PIB de China crecerá menos de 6% por primera vez desde 1990 y su tasa de crecimiento prevista es de 5,9%.
La Zona del Euro, golpeada por el enlentecimiento de Alemania y la amenaza del Brexit, "se ha deteriorado significativamente" con muchas economías "al borde de la recesión en algún momento del año pasado".
El crecimiento para esa zona se acelerará a solo 1,0% este año antes de subir en 2021.
Japón también está "sufriendo agudas debilidades en manufacturas y exportaciones" y su economía crecerá apenas 0,7%.
Mercados emergentes
Los mercados emergentes y economías en desarrollo impulsaron a la economía mundial en momentos de debilidad, pero ahora enfrentan un camino complicado y un tercio de esos países se desacelerarán este año.
Dentro de ese grupo de países, 90% del crecimiento en 2020 corresponde solo a ocho economías: Argentina, Brasil, India, Irán, México, Rusia, Arabia Saudita y Turquía, dice el informe.
LEA MÁS: Argentina apura medidas para salir de su peor crisis desde 2001
Argentina, que se contrajo 3,1% en 2019, tendrá una reducción de 1,9% este año. Brasil y México deberían crecer 2,0% y 1,2% respectivamente, lo cual es bastante más que en 2019.
Brasil estará apoyado por el aumento de la confianza de los inversores, la reducción de sus tasas de interés y las nuevas condiciones del mercado laboral, según el Banco Mundial.
México, en tanto, sacará partido de una disminución de incertidumbres políticas que ayudará a aumentar las inversiones, se indica.
LEA MÁS: Chile cerró el 2019 con inflación del 3%
Para Colombia se espera que proyectos de infraestructura generen un crecimiento de 3,6%. En América Central la proyección de expansión del PIB es de 3% gracias a mejoras en las condiciones de Costa Rica y Panamá.
Riesgos a la vista
El Banco Mundial avisa que acechan varios riesgos pero advirtió que el recorte de las proyecciones fue previo al inicio de las hostilidades entre Estados unidos e Irán, cuyas consecuencias aún no se pueden estimar.
La principal preocupación del informe es la potencial reanudación de las tensiones comerciales sino-estadounidenses.
Una "renovada alteración de los lazos económicos entre China y Estados Unidos podría dañar no solo a esas dos economías sino al resto del mundo", dice el informe.
A eso se suma que el endeudamiento de los países está en niveles récord y los deja vulnerables a eventuales shocks o súbitos aumentos de los tipos de interés.