La reducción en las tasas en dólares de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) abre las puertas para que las tasas en Costa Rica también puedan bajar, sin embargo, sucede en un momento en el que ya se anticipan pocas disminuciones más en los indicadores locales.
El pasado 18 de setiembre la Fed anunció un recorte de 50 puntos base en sus tasas de interés, una disminución que era esperada en su dirección, pero no necesariamente en su magnitud, lo cual llevó a los principales medios norteamericanos a llamarlo un recorte “jumbo”.
Le explicamos cuáles son algunos de los efectos que podría tener este ajuste en Costa Rica.
Sobre las tasas en colones
Aunque la influencia directa de la Fed está sobre las tasas en dólares, uno de los efectos más comentados —incluso desde antes del ajuste— tiene que ver con la Tasa de Política Monetaria (TPM) costarricense, la cual influye sobre los intereses de la moneda local.
La reciente reducción de la Fed le da un mayor margen al Banco Central de Costa Rica (BCCR) para reducir sus tasas. No es casualidad que un día después del anuncio norteamericano la Junta Directiva del Central acordara reducir la TPM en la misma magnitud: 50 puntos.
El mismo presidente del BCCR, Róger Madrigal, confirmó en conferencia de prensa el 19 de setiembre que la decisión de la Reserva Federal había influido a favor del recorte costarricense.
Durante una buena parte del 2023, una de las razones que daba el Central para no reducir la TPM más, a pesar de la baja inflación, era que no quería desajustar mucho la diferencia entre las tasas en dólares y en colones. Esto debido a que, según dijo Madrigal, una diferencia muy amplia entre ambas a favor de los dólares tiende a traducirse en una dolarización de los portafolios de inversión. Si ese proceso es “desordenado” suelen moverse las expectativas cambiarias hacia el alza y, como consecuencia, también las expectativas de inflación, algo con lo que el BCCR no se siente cómodo.
La baja de 50 puntos de la Fed, más la expectativa de que se vendrá un ajuste adicional antes de que acabe el año, abre la puerta para que el Central pueda moverse hacia la baja sin agrandar la diferencia entre tasas. Actualmente la TPM está 50 puntos por debajo del límite inferior de la Reserva Federal: 4,25% versus 4,75%. Que las tasas de la Fed estén por debajo de las del BCCR es un fenómeno poco común.
Sin embargo, este recorte de la Fed llega en un momento donde ya es poco el margen de disminución que le queda a la TPM. Madrigal mencionó en conferencia que la TPM se encuentra cerca de su neutralidad así que, si sumamos esto con el ritmo con la que el Central ha bajado sus tasas en el pasado, pese a la baja inflación, no parece probable que sean muchos más los ajustes a la baja que le queden al indicador local, incluso con las futuras reducciones de la Fed sobre el horizonte. En especial ahora que la inflación ya está entrando en números positivos.
Sobre el crédito y el ahorro
“Es de esperarse que un movimiento a la baja en las tasas de interés contribuya a estimular el crédito, pues el costo de la deuda disminuye en comparación con tasas más elevadas”, comentó Amedeo Gaggion, director Regional de Tesorería de Scotiabank. Esto puede aplicar tanto para el endeudamiento en Estados Unidos como en Costa Rica.
Para el país también es una buena noticia que el crédito sea más barato para las empresas extranjeras debido a que podría incentivar una mayor inversión. Esto nos beneficiaría vía una mayor demanda de bienes y servicios exportables por costarricenses y un mayor apetito por la inversión extranjera directa, la cual, a pesar de las altas tasas, se ha mantenido fuerte en el país durante los últimos dos años. Esto siempre y cuando Estados Unidos logré evadir una recesión, como parece ser.
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En el mercado local la reducción en las tasas estadounidenses también es una buena señal para quienes tienen deudas en la divisa. Sin embargo, Carlos Fernández, exgerente del Banco de Costa Rica, anticipa que probablemente se beneficien más quienes ya tenían préstamos existentes y no tanto los que pactarán nuevos.
La Prime Rate, una de las referencias más comunes para operaciones en dólares, ya registró su primera reducción: pasó de un 8,50% a un 8% entre el 18 y el 19 de setiembre. Esto significa que quienes tienen su préstamo indexado a esta tasa verán reducciones inmediatas en sus cuotas.
No obstante, Fernández prevé que los prestamistas compensen la baja en la Prime Rate con un incremento en los puntos adicionales que le suman al crédito (spread), así que las operaciones nuevas tal vez no se abaraten tanto como espera el público.
“Por ejemplo un cliente que hoy está Prime más dos puntos (porcentuales), eso sería 10%, si empiezan a bajar el prime y llega a niveles del 6%, tendría un 8% (de tasa), pero seguramente a un cliente nuevo ya no le cobren Prime más 2 puntos, si no le cobren prime más 3 (puntos) o un spread adicional en función de lo que vayan a bajar las tasas internacionales”, explicó Fernández. “Entonces de nada vale que se bajen las tasas de interés internacionales si los bancos locales empiezan a subir el spread sobre la tasa de referencia”, añadió.
Para los ahorros en la divisa también se anticipa una reducción en las tasas, es decir, un menor retorno por los depósitos. Empero, Fernández ve unas tasas pasivas ya relativamente bajas, así que no espera que la reducción sea demasiado notoria.
Tanto los depósitos a plazo como los créditos en moneda extranjera han experimentado un último año de crecimientos importantes. Según datos compartidos por la Superintendencia General de Entidades Financieras, a agosto los préstamos en divisa crecían a un 12% interanual, mientras que los de colones solo a un 3,3%.
En el caso de los depósitos, estos acumulan diez meses seguidos creciendo a doble dígito: en agosto lo hicieron en un 10,87%, mientras que en colones se redujeron en un 1,52%.