Costa Rica lanzó una nueva moneda conmemorativa, esta vez para la celebración de los 200 años de Independencia de la República. No es la única, desde hace varias décadas el país emite este tipo de piezas ¿Por qué se emiten estas monedas y desde cuándo?
La historia se remonta al siglo pasado, al menos para las emitidas por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), que se funda en 1950 como único organismo autorizado para la emisión de billetes y monedas.
Manuel Chacón, curador de numismática del Banco Central, explicó que para la emisión de monedas conmemorativas se requería de una ley por lo que el país inició con la fabricación de este tipo de piezas hasta después de la mitad del siglo XX, luego de que se aprobara la actividad en 1968.
“Se emite un set de monedas en 1970, donde viene una moneda de ¢1.000 colones que conmemora el 150 aniversario de Independencia, se hizo junto a una emisión de billete también conmemorativo”, comentó Chacón.
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Las monedas y billetes que conmemoran los pasos de Independencia de Costa Rica y Centroamérica han sido varias. A una de las primeras monedas que consignaron el 15 de setiembre de 1821 como fecha de la independencia se le conoce como la moneda de la “india parada” y su diseño es una mujer a la que se le atribuye el simbolismo de libertad.
Según información del Banco Central, para conmemorar el Sesquicentenario de la Independencia de Costa Rica y Centroamérica, el Banco Central de Costa Rica autorizó, en 1968, la emisión de una moneda de oro conmemorativa al 150 aniversario de la Independencia de centroamérica, dirigida a coleccionistas numismáticos.
Además, colocó un resello en los billetes de ¢5, ¢10, ¢50, ¢100, ¢500 y ¢1.000 con la leyenda “150 Aniversario de la Independencia 1821-1971″, los cuales circularon de manera normal entre la población.
Valor histórico
¿Por qué emitir este tipo de monedas y billetes? Para Chacón, estas piezas son un elemento que permite resguardar parte de la historia natural y cultural de un país.
“Son un elemento tangible, que habla de un momento y de la historia de un país, de los valores de la sociedad que se deben seguir manteniendo y trabajando”, mencionó Chacón.
Desde la década 1970 el Central se ha caracterizado por emitir monedas conmemorativas relacionadas con la naturaleza, que contenían animales de la fauna costarricense, como el jaguar y las tortugas.
Rodrigo Cubero, presidente de la entidad, opinó en la línea de Chacón y aseguró que además del valor como medio de pago que tienen las monedas se constituyen también como un símbolo que representa los principales valores de un país.
“La moneda en sí misma tiene un simbolismo muy importante y en el caso de la moneda del bicentenario tiene además un valor fundamental adicional que es que va a ser de circulación nacional y las personas la podrán utilizar”, dijo Cubero.
Inicialmente, las monedas conmemorativas se han emitido en metales preciosos, como oro y plata, lo que las hace poco accesibles a una gran parte de la población.
A diferencia de otras monedas conmemorativas, la del bicentenario será de circulación regular y está hecha de bronce y níquel. Es decir, a partir de la segunda semana de noviembre comenzará a distribuirse entre la población.
El abogado y numismático, Hansel Chavarría, comentó que este tipo de emisiones resaltan los símbolos y los valores que representan a Costra Rica y la diferencia de otras naciones.
“Nos da un sentido más de patria, sobre todo en estos momentos y además tienen especial relevancia a efectos de coleccionistas; es una manera de que un evento tenga perpetuidad, de que esas monedas sean guardadas y sean apreciadas por otras generaciones”, mencionó el coleccionista.
La moneda del bicentenario cuenta con dos versiones, la de circulación general y una para coleccionistas que será comercializada en los Museos del Banco Central. Aún no se establece su precio de venta.
Chavarría mencionó que desde hace dos décadas el país no emitía monedas conmemorativas como la anunciada en setiembre. “Costa Rica estaba huérfano de eso, en coleccionistas particularmente hubo resentimiento porque teníamos mucho tiempo en que algunos gobiernos no le tomaban importancia a esto”, dijo.
Justamente, el último set de monedas conmemorativas emitidas —anterior al del bicentenario— se acuñó en el 2000, con motivo de la celebración del 50 aniversario de la fundación del Banco Central. Una de ellas, de ¢500, fue de circulación normal; también se incluía una de ¢500 de cobre y otros materiales, una de ¢5.000 en plata y otra de ¢100.000 en oro dirigidas a coleccionistas.
El curador de numismática de los Museos del Banco Central señaló que conforme han aumentado las transacciones electrónicas, cada vez más la gente se interesa en obtener monedas y billetes para colección. El interés en la historia también genera intenciones de conseguir piezas especiales.
“Sí hay una demanda importante, hemos tenido gran cantidad de llamadas preguntando que cuándo se van a poner a la venta (las del bicentenario)”, comentó.
Para el público numismático se emitirá una cantidad limitada de piezas conmemorativas idénticas a las de circulación, con acabado pulido, brillante y con aplicación de color en el diseño del reverso, insertas en cápsulas transparentes y en estuche.
Radiografía de la moneda
La moneda conmemorativa del bicentenario presentada el 28 de setiembre del 2021 es de ¢500, es bimetálica y tiene un diámetro de 28 milímetros, por lo que es más pequeña que la actual.
Asimismo, tiene un espesor de 2,25 milímetros y pesa 10,5 gramos. Está compuesta de un núcleo plateado de cobre y níquel, y un anillo externo dorado de cobre, zinc y níquel, que conforman una sola pieza. Es fabricada con una aleación reciclable, y es fácilmente distinguible de las monedas actualmente en circulación.
En el anverso se destaca la función como medio de pago y presenta elementos como su denominación, barras en alto relieve facilitar el reconocimiento de la moneda a las personas con discapacidad visual y una imagen latente de alta seguridad que, al girar la moneda hacia los lados, se puede observar cómo cambia el valor “500″ por las siglas “BCCR”.
En su reverso la moneda incorpora la leyenda “200 años de Independencia” así como las palabras “libertad, paz y democracia”. En el centro, la pieza tiene una antorcha alegórica al proceso de independencia.
Otro de los elementos diferenciadores de esta pieza con otras más antiguas es que por primera vez en la historia numismática costarricense se incluye en el mapa a la Isla del Coco.
El diseño de la moneda fue elaborado por José María Castro Madriz, docente de la Universidad de Costa Rica, licenciado en Diseño Gráfico y con una maestría académica en Artes.
“Castro realizó sus tesis de graduación sobre monedas conmemorativas y sobre nuestros billetes. Esto dejó el camino abierto para encomendarle el diseño de la moneda del Bicentenario. En un gesto de patriotismo, donó los derechos sobre el diseño al Banco Central y al país”, señaló el Central.
Marvin Alvarado, director del departamento de emisión y valores del BCCR, explicó que la nueva moneda de ¢500 convivirá con la que se utiliza actualmente, que poco a poco irá dejando de circular.
Alvarado dijo que el costo de fabricación de cada moneda es de alrededor de ¢88 y tiene las particularidades de seguridad de última generación contra la falsificación.