Obtener los recursos necesarios para vivir sin tener que trabajar de manera convencional es posible. De hecho, muchos libros y páginas de Internet desarrollan el concepto de “independencia financiera”, con el cual se refieren a la combinación de métodos que una persona puede utilizar para cubrir sus gastos sin tener que realizar ningún tipo de actividad laboral.
¿Cómo es posible? A través de rentas de capital.
Las ganancias de capital son aquellas que una persona puede obtener invirtiendo su propio patrimonio ya acumulado (ahorros, herencias, etc.).
Esto quiere decir que una persona puede utilizar su dinero para generar ganancias a través de opciones como dividendos, intereses o alquileres; sin tener que recurrir a la búsqueda de un empleo formal o al establecimiento de un nuevo negocio por cuenta propia.
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Existen diferentes tipos de ganancias de capital que una persona puede utilizar para generar ingresos constantes e incrementar su riqueza.
Algunos de los más comunes son la generación de ingresos a partir de inversiones en la bolsa o en el mercado financiero, la compra de estructuras inmobiliarias para el cobro futuro de alquileres, o la inversión en proyectos de terceros para obtener parte de sus ganancias.
¿Qué se necesita?
Vivir de rentas de capital, como lo dice ese mismo concepto, requiere de un “capital” inicial.
Ese fondo inicial es el que se va a invertir para generar más ganancias y puede provenir de ahorros, una herencia o el resultado de un negocio reciente con el que se haya tenido éxito.
Ese capital inicial puede ser mayor o menor dependiendo de cada persona y sus necesidades. Cuanto más dinero necesite una persona para cubrir sus gastos mensuales, mayor será el capital inicial que necesite invertir para ser autosuficiente.
Por ejemplo, un capital inicial de ¢150 millones de colones puede permitirle a una persona comprar dos viviendas, y luego alquilarlas en ¢500.000 cada una. Sin embargo, ese ¢1 millón puede ser suficiente para una persona que vive sola y sin hijos, pero también puede ser poco para otra que tiene a su cargo una familia de cuatro personas, por ejemplo.
Según la economista y asesora financiera, Estefany Alfaro, las personas que deseen vivir a través de inversiones de su patrimonio también requieren de una estricta disciplina en el gasto; lo cual es poco común en los hogares costarricenses, en los cuales hasta un 60% carece de presupuestos mensuales, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
“Si una persona quiere vivir de ingresos pasivos es primordial que mantenga la costumbre de llevar un presupuesto mensual y detallado de todos sus gastos e ingresos, este hábito permite conocer si realmente se cuenta con los ingresos para mantener el estilo de vida”, subrayó.
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¿Cuáles métodos existen?
Las ganancias de capital se pueden obtener de diversas maneras. Las más conocidas son:
- En la bolsa, en forma de ganancias por participaciones en instrumentos.
- En el mercado financiero, en forma de intereses u otras rentas.
- En el sector inmobiliario, en forma de rentas inmobiliarias (alquileres).
- En proyectos rentables de terceros, en forma de participaciones o un porcentaje de las ganancias.
Las inversiones en la bolsa permiten acceder a niveles importantes de liquidez; sin embargo, requieren de altos niveles de asesoría, pues existen diversos instrumentos y niveles de riesgo.
“La recomendación más importante es invertir con profesionales y por medio de empresas reguladas en el mercado”, señaló Luis Diego Chavarría, coordinador de Estrategias de Inversiones y Portafolio de ACOBO Puesto de Bolsa.
Los montos requeridos para participar en los mercados de bolsa varían y hay diferentes opciones de inversión, locales e internacionales. Entre ellos, algunos de los más conocidos son los fondos de inversión, las acciones, los ETFs (exchage trade funds), los bonos corporativos y los bonos soberanos. En ese contexto, señaló Chavarría, “se sugiere que se inicie en instrumentos como los fondos de inversión, donde la diversificación de los riesgos es mayor, y el monto de ingreso es menor”.
“Por ejemplo, los fondos a la Vista y Futuro de ACOBO tienen un mínimo de ingreso de $50 o ¢25.000″, añadió.
El mercado en Costa Rica tiene como principal dificultad la poca profundidad en el mercado accionario (son pocas las empresas privadas que participan), lo que limita la liquidez de las acciones, la mayor parte de las operaciones se realizan con títulos de deuda y mayoritariamente de Gobierno.
“En general puede decirse que la Bolsa en Costa Rica opera deuda de Gobierno. Sin embargo, presenta opciones interesantes en colones, con estas condiciones, por ejemplo, los Fondos de Inversión en dicha moneda”, recomendó el especialista de Acobo.
Los mercados internacionales tienen una variedad de instrumentos mucho mayor, lo que permite una mejor gestión de los riesgos y una mayor liquidez. Sin embargo, si se recomienda tener un conocimiento de los activos en los que se está invirtiendo para evitar poner en riesgos innecesarios el patrimonio.
Fuera de la bolsa, en el mercado financiero, también existen sociedades administradoras de fondos de inversión, en las cuales se puede participar para obtener rentas líquidas periódicas. El tamaño de ellas, también, depende del nivel de la inversión inicial y del mejor o peor desempeño de la administración de terceros.
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En cuanto al mercado inmobiliario, otra forma de inversión es la compra de propiedades para alquilar de forma habitacional o comercial. Este modelo permite a la persona adquirir un bien inmueble, mantener el capital inicial a su nombre a través de ese activo y obtener rentas por la ocupación de inquilinos y la eventual plusvalía del inmueble.
Algunas de las principales ventajas de este tipo de inversiones es que son relativamente estables y se pueden financiar con apalancamiento crediticio. Además, recordó Estefany Alfaro, se tiene un control más directo de la inversión, en campos como su mantenimiento y administración.
Sin embargo, también implica desventajas como riesgos legales (incluidos eventuales conflictos con inquilinos), riesgos crediticios si la propiedad fue adquirida con deuda, riesgos de vacancia o altibajos en la ocupación del inmueble, y costos iniciales y de mantenimiento relativamente altos.
Por último, una persona también puede utilizar sus recursos para obtener ganancias si decide financiar proyectos de terceras personas a cambio de rentas futuras o parte de su emprendimiento. No obstante, el riesgo más evidente de este tipo de mecanismos es la posibilidad de que el negocio en cuestión fracase o simplemente no dé los rendimientos esperados.
En todos los casos, la asesoría de personas expertas es un gasto asociado de la inversión, pero que puede ser determinante para evitar pérdidas o imprevistos.
¿Cuáles son los riesgos?
Invertir para obtener ganancias de capital siempre conlleva riesgos. Parte del dinero que se obtiene, precisamente, busca retribuir ese factor.
Para atenuar esos riesgos, usualmente se recomienda que la persona diversifique su cartera de inversiones.
Esto quiere decir que, preferiblemente, la persona debería combinar distintos métodos de inversión (inmobiliarios y en la bolsa, por ejemplo) o que, si solo emplea uno de ellos, lo hagan en distintos activos al mismo tiempo (varios terrenos o varias acciones de distintas empresas).
“Al diversificar, se distribuye el riesgo entre diferentes tipos de activos, sectores y regiones, lo que ayuda a proteger su cartera de posibles pérdidas”, puntualizó Chavarría.
En cuanto a una adecuada asesoría financiera, se trata de un punto crucial para evitar sorpresas.
“Independientemente del escenario y estrategia de inversión que la persona elija, es muy importante siempre conocer en detalle los riesgos, tomar en cuenta la inflación esperada y los impuestos a pagar por las ganancias de capital, y contar con apoyo profesional para que las inversiones sean seguras y eficientes”, recordó Alfaro.
Solo de entrada, las ganancias de capital se tasan con un 15% del Impuesto sobre la Renta en Costa Rica y, algunas actividades como los alquileres, deben retener además un 13% del Impuesto al Valor Agregado (IVA) del valor negociado con los inquilinos.
Un punto crucial para el éxito de las inversiones en busca de rentas de capital es vivir con menos recursos de los que se ganan con ellas. De esta manera, el capital inicial se engrosa con el tiempo, con lo cual se asegura un aumento sostenido de las ganancias mensuales a través de nuevas inversiones y la tenencia de los recursos suficientes para atender cualquier emergencia.
Alfaro subrayó que el ahorro constante de una parte de las ganancias que se obtengan de las inversiones “proporciona seguridad a largo plazo” y, por ende, permite que se tomen “decisiones más informadas y menos impulsadas por el pánico o la necesidad urgente de liquidez”.
Siempre invertir
Más allá de perseguir o no “independencia financiera”, invertir los recursos disponibles ayuda a cualquier persona a mejorar su posición económica.
Por ejemplo, la compra de un bien inmueble pequeño es una inversión menor, que puede ser insuficiente para saciar todos los gastos de una familia, pero que puede financiar un fondo educativo al tiempo que deja disponible una propiedad para el futuro.
Asimismo, invertir una cantidad pequeña en el mercado accionario puede generar ingresos insuficientes en el corto plazo; pero podría ser una inversión inteligente para una jubilación futura.
Las opciones para inversión son múltiples y algunos pueden utilizarlas para vivir más holgadamente, planear una mejor y anticipada pensión o hasta atender eventuales emergencias.
La inversión exitosa requiere paciencia y disciplina para permitir que el capital crezca y se desarrolle. Muchas personas cometen el error de buscar ganancias rápidas y abandonar sus inversiones demasiado pronto. Es importante mantener una perspectiva a largo plazo.