La incertidumbre económica enque envolvió al mundo con la presencia de la COVID-19 afectó de manera temporal las formas de ahorro de los clientes del sistema financiero nacional: las captaciones a plazo cayeron en más de ¢25.000 millones si se suman los saldos de estos instrumentos que hace el público a diciembre del 2020, de 42 entidades financieras analizadas.
No obstante, si se toman en cuenta los 12 meses del 2020, abril y mayo fueron los de mayor afectación para los ahorros a plazo, según datos tomados de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
Si se realiza una comparación interanual de este rubro, en mayo el saldo total (sumando las 42 entidades financieras) cayó en alrededor de ¢497.000 millones, mientras que en abril cayó en ¢159.000 millones.
La cantidad de entidades financieras que presentaron una variación negativa respecto al 2019 en ambos meses sube a poco más de 15; y aunque la mayoría de entidades tuvo una recuperación para diciembre, ocho cerraron el año con caídas.
Crecimiento en saldos
Aunque alrededor de 33 entidades reportaron variaciones positivas a diciembre, el crecimiento fue menor a los registrados en el mismo periodo del 2019 en algunos casos.
Una de las entidades con mayor crecimiento es Coopemep, que aumentó sus captaciones a plazo en diciembre en 18,61%, mientras que la variación interanual 2018-2019 para ese mes fue de 7,3%.
Adrián Sanabria, jefe contable de la cooperativa, aseguró que no fueron la excepción en cuanto a crecimiento de las captaciones a plazo, aunque el caso de Coopemep atribuye el aumento a la incertidumbre de los clientes respecto a la pandemia, las tasas de interés que ofrece el sector cooperativo y el perfil de cliente que manejan, que pertenece en gran parte al sector público que no vio disminuido su salario durante la crisis.
“Observamos que hubo posibilidad de ahorrar para alguna parte (de la población). Eso tampoco obedeció a que tuviéramos que generar algún plan o campaña para incrementar las tasas de interés, todo lo contrario. Más bien las tasas se mantuvieron con cierta recesión”, comentó Sanabria.
De un total de 21 cooperativas, 11 tuvieron un crecimiento de las captaciones a plazo incluso mayor al registrado en el 2019. Asimismo, solo dos (Coopeuna y Coopesanmarcos) tienen variaciones interanuales a diciembre negativas. Es decir, las restantes 19 cooperativas sí vieron crecimientos en sus saldos por dicho rubro.
Oscar Hidalgo, gerente general de Coopeservidores, aseguró que la estabilidad de las tasas y el rendimiento de la cooperativa fueron parte de las características que posibilitaron un crecimiento del más del 8% en captaciones plazo en la entidad.
Otra de las entidades que reportó crecimiento de sus captaciones a plazo durante el 2020 fue Financiera Credilat, que inició los primeros cuatro meses del año con variaciones por arriba del 100% y aunque a partir de abril sus variaciones interanuales cayeron de 349% a 55,2%, se mantuvo con variaciones positivas durante todo el año.
Según señaló Franco Naranjo, presidente de Credilat, la entidad nació en el 2017 como una evolución de negocio financiero de Grupo Monge, que ha experimentado un crecimiento sostenido en sus tres años de existencia ante el desarrollo de nuevos productos y servicios relacionados al crédito.
Por su parte, Grupo Mutual tuvo un crecimiento del 5% en sus captaciones a plazo; sin embargo, se da frente a un aumento interanual del 101% de las cuentas denominadas como captaciones a la vista y del 12,9% de depósitos de ahorro a la vista.
Para el análisis realizado por EF, se tomaron en cuenta los rubros de depósitos de ahorro a la vista y captaciones a la vista reportados por las entidades financieras a la Sugef; el primero de ellos dentro de los elementos de los pasivos con costo y el segundo forma parte de los pasivos sin costo de las entidades.
Sider Salas, subgerente financiero administrativo de Grupo Mutual, explicó que la situación generó dos aristas para la entidad: por un lado, los costos disminuyeron en cuanto que las captaciones a largo corto plazo tienen tasas menores; pero por otro, el comportamiento cortoplacista implicó para la entidad implementar estrategias con el fin de cubrir posibles riesgos de liquidez producto de la incertidumbre.
En esto coincidió el gerente de Bac Credomatic, Federico Odio. En la entidad, la migración de los instrumentos de ahorro generó un aumento del 27,9% en los saldos a la vista en la entidad, mientras que las captaciones a plazo crecieron poco menos del 4% en comparación con el 2019.
Odio explicó que el contexto ha generado que no haya gran incentivo para invertir a plazo pues las tasas se encuentran en un nivel similar a los instrumentos a la vista.
“Aquí lo que vemos es una proporción más alta de fondos a la vista, hay políticas de activos y pasivos y gestión de los fondos para manejar los riesgos de liquidez, hay que tener consciencia de que son fondos líquidos y que cuando se reactive la economía pueden salir y tener las reservas suficientes para atender esa regularización cuando se vaya dando”, explicó el gerente del BAC. “Son fondos a tasas bajas entonces no tienen impacto alto de costo financiero”, agregó Odio.
Diciembre con caídas
Con base en los datos de Sugef, en diciembre del año anterior un total de ocho entidades reportaron caídas a diciembre entre los -0,8% y -34,4% en sus saldos de captaciones a plazo, según la variación interanual. Es decir, no se recuperaron en dicho rubro luego de los efectos de la pandemia. Estas ocho entidades representan el 35,2% de los saldos de las captaciones a plazo de las 42 entidades.
Algunas instituciones como el Banco de Costa Rica (BCR), la Financiera Desyfin, el Banco Nacional, Davivienda y Coopesanmarcos tuvieron un mes de diciembre con variaciones interanuales (comparación con el mismo mes del 2019) negativas; aunque la variación en ese mes para el periodo 2019-2018 fue de crecimiento para las captaciones a plazo.
En el caso de Financiera Desyfin, por ejemplo, la disminución de las captaciones a plazos en diciembre alcanzó el 14,1% respecto a los saldos del 2019, mientras que las captaciones a la vista crecieron en 17% y los depósitos de ahorro a la vista (cuenta corriente) un 16,87%.
Silvio Lacayo, gerente de Desyfin, explicó que ante la disminución de los certificados a plazo la financiera accedió a fondos de líneas de crédito que mantienen con bancos socios del exterior, a mejores condiciones y más largo plazo, para continuar prestando a los clientes bajo condiciones favorables.
En el caso del BCR,el comportamiento de las captaciones a plazo concluyó en una caída de casi un 11% en diciembre, consecuente de la coyuntura generada por la COVID-19.
“(Hubo) necesidad de las empresas y personas de tener sus recursos a la vista para atender cualquier tipo de necesidad de su flujo de caja en una situación de incertidumbre como la experimentada en el 2020. En consecuencia, se presentó un traslado hacia recursos a la vista, los cuales experimentaron un crecimiento interanual de 20%”, señaló Rossy Durán, gerente corporativa de finanzas de la entidad.
Por otro lado, al mismo mes de diciembre los depósitos de ahorro a la vista en la institución crecieron más de un 4%, en comparación con un 1,06% en el 2019 en el banco estatal.
No obstante, lejos de impactar a la entidad, el BCR aseguró que la disminución en la captación a plazo les permitió liberar parte del exceso de liquidez hacia la cancelación de pasivos, lo que impactó de forma positiva en el costo financiero y por ende la reducción del gasto financiero en el margen de intermediación.
Otro ejemplo es el Banco Nacional, también propiedad del Estado. El saldo de sus depósitos a plazo cayó en 6,59%, luego de crecer un 9,6% en el 2019. Al mismo tiempo, sus captaciones a la vista aumentaron en 20,44% y el rubro de depósitos de ahorro a la vista en 12,8%.
Bernardo Alfaro, gerente del BNCR, explicó que la incertidumbre movió a las personas a instrumentos a la vista y que si el movimiento es grande las entidades pueden ver reducidas sus posibilidad de colocar inversiones o créditos a mediano y largo plazo. Pese al cambio a instrumentos a la vista, el gerente aseguró que el banco no se vio afectado porque mantenían liquidez ante la baja demanda de crédito.
Asimismo, resaltó la importancia de las Operaciones Diferidas a Plazo (ODP) brindadas por el Banco Central a varias entidades financieras. El Nacional accedió a ¢128.293 millones. “Eso compensó mucho la reducción de las captaciones a plazo porque en las ODP teníamos recursos a cuatro años plazo que podíamos colocar con más tranquilidad”, dijo Alfaro.