El valor del dólar se mantiene estable, e inclusive el colón empieza a recuperar su valor sobre la moneda extranjera apreciándose hasta ¢10 en cuestión de una semana en enero. No obstante, este comportamiento responde a una serie de factores transitorios, lo que implica que es probable que en el transcurso del año se vuelva a depreciar.
El 2022 inició con la divisa a la baja con un valor de ¢643,31 por dólar en el mercado de monedas extranjeras (Monex), desde entonces ha mantenido esta tendencia hasta alcanzar el monto más bajo en las últimas siete semanas, ubicándose en ¢633,92
Las diferentes fuentes consultadas por EF concuerdan que esto responde principalmente a una serie de factores transitorios, pero especialmente una menor demanda de divisas, característico de los primeros días de enero.
LEA MÁS: ¿Cómo crear un fondo de retiro si no está incluido en un régimen de pensión?
Datos del Monex demuestran que el comportamiento del tipo de cambio desde el 2016 hasta el 2022 en la mayoría de los casos, durante las primeras dos semanas de enero la divisa pierde valor respecto a la moneda local.
Algunos años como en el 2016 y 2018 el precio del dólar no tuvo la usual depreciación estacional de inicio de año, pero en ambos casos venía de un periodo de elevadas cifras en el tipo de cambio, entonces el efecto de los primeros días de enero se vio reflejado en estabilidad en medio de una tendencia alcista de meses anteriores.
Es importante resaltar que el mercado de monedas extranjeras es cíclico. Es decir, responde al movimiento económico anual del país. Por ejemplo, en diciembre y enero hay un flujo adicional de divisas por la temporada alta del turismo junto con otros factores.
“Es muy prematuro hablar del fin de una tendencia alcista en el precio del dólar, es posible que durante este primer trimestre, en ausencia de una sorpresa desfavorable para la economía en las elecciones presidenciales, el tipo de cambio se manaje en un rango inferior al compararse con el observado en el último trimestre del año 2021″
— Adriana Rodríguez, economista.
Por su parte el comportamiento en ventanillas sí se mantiene al alza, pero con leves periodos de estabilidad.
Para el 18 de enero del 2021 el dólar estaba en ventanillas en ¢615, lo cual era una cifra alta comparada con lo que se había observado en años anteriores, pero para la segunda quincena de enero en este 2022 el precio en ventanillas rondaba los ¢640, es decir, ¢25 más en cuestión de un año. Lo equivale a una devaluación de 3,74% para el precio de venta al público.
Las ventanillas empezaron a observar la tendencia al alza del dólar desde abril del 2021.
Menor demanda
El factor de estacionalidad juega un papel importante sobre el costo del dólar durante esta época. No obstante, hay una serie de circunstancias que están impulsando a la baja la divisa o al menos la detienen por un momento.
Ennio Rodríguez, presidente de Colegio de Ciencias Económicas, advirtió que en términos de oferta las compras siguen superando las ventas, lo que ejerce presión al incremento en el precio de la divisa (depreciación del colón). Entonces ¿a qué se debe la apreciación del colón?
Según Rodríguez la apreciación se atribuye a una disminución en la demanda relativa de los fondos de pensiones y la intervención del BCCR para cubrir las compras del Gobierno Central y el Sector Público No Bancario (SPNB).
LEA MÁS: Bitcóin marca la tendencia para el resto de criptomonedas y las afecta con su volatilidad
El SPNB ha tenido una especial demanda de divisas debido a los elevados precios de la importación de materias primas.
El Central, inclusive, se vio obligado a utilizar sus Reservas Internacionales Netas (RIN) para cubrir los requerimientos del Sector Público no Bancario, por un monto de $100,3 millones.
“Podemos indicar que hay una serie de elementos particulares y de carácter transitorio presentes que explicarían la leve apreciación del colón como el abordaje del tema de compra de dólares por parte del BCCR de los inversionistas institucionales, que en los últimos meses han incidido en una mayor demanda de los dólares”, agregó Amedeo Gaggión director regional de Tesorería de Scotiabank.
Otro factor importante que explica el tipo de cambio y su comportamiento reciente es la recuperación de flujos de dólares de los sectores exportadores y zonas francas, los cuales fueron liquidados a colones para el pago de impuestos y obligaciones tributarias en días recientes.
Costa Rica desde el 2019 cambió los periodos en los que se presentan las declaraciones de utilidad y renta, los cuales pasaron de diciembre a enero. Esto se ve reflejado en los periodos de compra y venta de dólares.
De manera que los empresarios deben afrontar una serie de pagos de impuestos como el de la renta, utilidades, el impuesto solidario, entre otros. Esto mueve a las empresas a vender sus dólares para comprar colones, lo que genera una mayor oferta de divisas en los primeros días de enero, situación que antes se reflejaba diciembre.
Adicionalmente el país atraviesa la temporada alta de ingreso de turistas, lo que representa un mayor flujo de la divisa. Aunque es prematuro decir que el país ya recuperó las cifras prepandémicas para estos meses, de manera preliminar el Instituto Costarricense de Turismo ha demostrado que sí es el escenario nacional.
Adriana Rodríguez, gerente general de Acobo Puesto de Bolsa, mencionó que si bien enero exhibía ciertas presiones en las primeras semanas, sigue siendo parte de la temporada alta de turismo, que también incide en ventas de dólares para pagos en colones del personal en hoteles, restaurantes, entre otros.
Periodo electoral
Indudablemente el proceso electoral cumple un papel fundamental en el precio de la divisa.
La incertidumbre que genera la política económica y la ideología del posible próximo mandatario del país podría aumentar las presiones de demanda o disminuirlas.
Una sorpresa desfavorable para la economía en las elecciones presidenciales pueden mover el tipo de cambio al alza o a la baja, advirtió Rodríguez, quien también asegura que una vez superados los impactos de flujos vendedores de la época, predomine la posición compradora de divisas hacia la mitad del año y durante el tercer trimestre, especialmente si las expectativas de inflación se aceleran y persiste la ausencia de un premio por invertir en colones.
Comportamiento Monex
El 2021 tuvo la característica que el Banco Central participó pocas veces en el mercado de negociación con operaciones de estabilización de venta (intervenciones).
De hecho hubo meses donde no hubo participación del todo. Esta tendencia de pocas apariciones en el mercado cambiario la experimenta el Central desde el 2019.
Desde enero del 2019 hasta la actualidad la operación de estabilización más importante que ha tenido el Central fue en octubre del 2020 cuando la entidad inyectó al mercado $160 millones.
En términos de monto negociado las cifras se han mantenido entre $200 millones y $400 millones mensuales en los últimos dos años, principalmente impulsadas por las necesidades del SPNB.
Presiones constantes
Las tres fuentes consultadas por EF en esta información aseguran que hablar de la estabilización del tipo de cambio en esta etapa del año es prematuro inclusive el país sigue experimentando una serie de factores que presionan al alza la divisa.
“Se espera que en el año 2022 se mantenga la tendencia en la depreciación del colón con una variación interanual 4,2%. Esto ante la previsión de que continúen las presiones existentes sobre el incremento en el precio de la divisa, que han imperado en tiempos de pandemia”, explicó Enio Rodríguez.
Por su parte Adriana Rodríguez, dijo que estiman que haya una depreciación de hasta 4% para este 2022. Pues si bien existen ciertos patrones de oferta y demanda en el año, el tipo de cambio es una variable que responde a la formulación de expectativas y elementos sociales, por lo que su comportamiento tiende a escaparse de las proyecciones de los modelos económicos.
Los otros factores que ejercen presión sobre el mercado cambiario son la marcada preferencia de inversionistas a mantenerse y seguir convirtiendo sus inversiones a dólares mientras visualizan el escenario actual de tasas, la continua colonización de operaciones crediticias tanto a nivel de empresas como de personas, aprobación de leyes y acciones relacionadas con las agenda del FMI y principalmente la incertidumbre tanto de la época electoral como de la nueva ola de COVID-19.