Desde antes de que iniciara la pandemia en Costa Rica el sector de la construcción, un engranaje clave en la economía nacional, ya contaba con meses de desaceleración a sus espaldas. No obstante, el segundo semestre del 2021 muestra lo que podría ser el inicio de un respiro al menos para la construcción con destino privado.
Según el reporte del Índice Mensual de Actividad Económica a setiembre, publicado por el Banco Central, la construcción creció 20,8 % por la mayor edificación con destino privado (32,4%) de naves industriales, bodegas, edificios y viviendas de clase media y alta.
Carlos Trejos, presidente de la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC), conversó con EF sobre la situación actual del sector y los obstáculos que persisten para una mayor reactivación.
El ingeniero, quien asumió el puesto en julio anterior, insistió en que la actividad urge de una mayor inversión para infraestructura pública, un tema que se ha visto empañado por cuestiones presupuestarias y éticas. Aquí un extracto de la entrevista:
―Se ha observado una reactivación de la construcción privada, ¿cuál es la perspectiva de la Cámara de la Construcción respecto a la situación actual del sector?
El sector construcción viene con una tendencia a decrecer desde hace 30 meses, previo a la pandemia y por situaciones ajenas a la misma. Por una buena implementación de protocolos, una propuesta del sector y una apertura del Gobierno, la pandemia nos afectó de una forma menor a otros sectores en el tema de, por lo menos, no cerrar.
Sin embargo, la pandemia sí ha tenido afectación en el tema de incertidumbre de los inversionistas, de reducción de ingresos de las familias que disminuyen sus gastos y la posibilidad de invertir en bienes de larga duración.
Si bien es cierto no tuvimos un frenazo en la actividad producto de las medidas sanitarias, sí hemos tenido decrecimiento continuo en este tiempo.
En meses recientes hemos notado a nivel de ciertos indicadores una tendencia a la reactivación, el CFIA publica datos en donde la intención de construcción se ve una recuperación. Pero no alcanza los niveles previos a la pandemia. Si bien hay reactivación de permisos con respecto al 2020, todavía estamos cerca de un 20% por debajo del 2019.
Eso en intención de construcción, en ejecución real vemos lo que indican
los números, una cierta reactivación del sector privado sobre todo enfocado en tema industrial que está pujante. Hay una expectativa importante del tema turístico, se esperan inversiones grandes en hotelería.
Otros sectores como oficinas, vivienda y comercios están totalmente deprimidos en el sector privado. Además, en la obra pública vemos un decrecimiento importante en la inversión del gobierno en infraestructura, que se mezcla con la problemática de Conavi (Consejo Nacional de Vialidad) con la disponibilidad de presupuesto y la incertidumbre que han generado temas relacionados con la ética.
Hacia futuro nos afectan otros elementos que podrían impedir esta reactivación, como lo es el riesgo de costos que ya se está dando fuertemente en materias primas y fletes.
―¿Qué pasa con el sector vivienda? ¿Cuáles son los retos que aún persisten para su reactivación?
Hay varios temas importantes. Uno es que la tendencia en vivienda en los últimos meses y años ha sido a la baja. El tema de la pandemia generó incertidumbre en la gente por lo que muchas familias decidieron no invertir en vivienda y también mucha gente perdió su empleo, entonces no estaban sujetas a crédito.
Viendo temas más amplios, estamos en una situación país que la cámara ha señalado hace ya mucho tiempo, en donde los programas de vivienda social no tienen garantizados sus recursos y eso afecta directamente la cantidad de bonos de vivienda; en vivienda de clase media tenemos la problemática de que el acceso a crédito para este amplio segmento es reducido.
No se vislumbra en este momento un incremento importante en esa demanda; si a eso le sumamos el aumento en los precios de materias primas y por ende el aumento de precio de la vivienda, los umbrales para aplicar a un crédito se ven afectados y la gente tiene menos accesos.
―Tomando en cuenta los datos generales del sector construcción y los indicadores del Banco Central, que refleja una reactivación al menos de la parte privada; ¿podríamos estar hablando ya de una reactivación estable o duradera o bien, se debe a efectos “rebote”?
Esos indicadores (del Banco Central) son de los últimos dos meses y medio. Hay que dar un poco de tiempo para ver si es comportamiento a largo plazo o es un efecto puntual de alguna situación específica.
Yo no me atrevería a decir que ya es el inicio de una reactivación del sector, no podemos lanzar campanas al viento y decir que ya todo va a estar bien. Si hay algo cierto, es que el sector no se puede reactivar únicamente de la mano del sector privado. Si eso no viene acompañado de la inversión en obra pública por parte del gobierno, la reactivación de la construcción como un elemento macro que ayuda a reactivar la economía del país no se va a dar.
El sector privado solo no logra mover la industria de la construcción y no logra por ende generar esa fuente de empleo y crecimiento nacional.
―¿Los efectos de los altos precios de las materias primas ya se están reflejando en los costos finales de la construcción o se verá más adelante?
El efecto de eso ya se está viendo en las obras que se están ejecutando, conforme se agotan los inventarios y las materias primas que se han negociado ya tienen afectación. El efecto de precios finales al consumidor no necesariamente se está viendo en toda su magnitud en este momento, pero conforme las obras vayan avanzado o inicien obras nuevas que van a tener que comprar insumos a precios más altos, ese efecto se va a empezar a ver en el mercado.
¿Qué podemos hacer? No es algo sencillo y obedece a factores internacionales. Hay cosas puntuales que se pueden hacer, como la iniciativa de limitar el impuesto que tiene el costo de los fletes de importaciones.
―A futuro, ¿cuáles podrían ser factores u eventos con los que podría “tropezar” la reactivación del sector?
El tema del AyA está representando un obstáculo importante a la generación de nuevas obras, en gran parte del Área Metropolitana no hay cartas de disponibilidad de agua por la forma en la que se determina el otorgamiento y por falta de infraestructura de agua potable.
El otro tema es el de financiamiento, para vivienda de clase media e inclusive para desarrolladores. Los bancos están muy estrictos.
―Vienen elecciones presidenciales, ¿qué esperan del próximo gobierno?
Como Cámara desarrollamos un congreso hace unas semanas con candidatos elegidos por nuestros agremiados y hemos tenido reuniones con otros. Les hemos compartido inquietudes respecto al futuro, incluido el tema del AyA, el de crédito para vivienda, fondos para el sistema financiero para la vivienda, el de tasas de interés para clase media y el financiamiento del Conavi.
Entra también la simplificación de trámites y la reestructuración de Setena (Secretaría Técnica Nacional Ambiental).