La creación de un mercado de mostrador u Over the Counter (OTC, por sus siglas en inglés), es una de las prioridades que tiene el nuevo superintendente de Valores, Tomás Soley. Así lo reveló en entrevista con El Financiero publicada el pasado 14 de febrero.
Para el jerarca de la Superintendencia General de Valores (Sugeval), la implementación de este tipo de mercado va a generar un mayor dinamismo y mejorará la formación de precios.
La propuesta de un mercado OTC no es particularmente nueva y, de hecho, es común en mercados más desarrollados, sin embargo el país no ha logrado conjurar un esfuerzo lo suficientemente fuerte como para instaurarlo. Le explicamos qué es un mercado OTC, cómo se diferencia de lo que tenemos hoy en día, cuáles ventajas y desventajas tiene, y cómo podría funcionar en Costa Rica.
¿Qué es un mercado OTC?
Un mercado OTC es uno donde se negocian valores directamente entre un vendedor y un comprador sin la necesidad de un tercero ni una infraestructura de intercambio centralizada como sí se daría en una bolsa de valores.
Se trata, más bien, de un mercado extrabursátil y paralelo al tradicional, normalmente menos regulado, donde los precios no se determinan a través de una subasta pública sino que se negocian bilateralmente entre las partes involucradas en la transacción. En otras palabras, una negociación de tú a tú.
Es común que bajo este sistema se negocien la mayoría de los bonos de renta fija como los del Tesoro de los Estados Unidos.
En Costa Rica ya se ha propuesto anteriormente la creación de un mercado OTC, de hecho fue uno de los diagnósticos que hizo una dependencia del Banco Mundial y el Consejo Nacional para el Desarrollo del Mercado de Valores Costarricense en 2012 para dinamizar el alicaído mercado de valores del país.
¿Cómo se diferenciaría de lo que tenemos hoy?
En Costa Rica las compraventas de valores de oferta pública deben realizarse en una bolsa de valores, empleando un puesto de bolsa y un agente corredor de bolsa. Es decir, bajo un sistema de intermediación que tiene comisiones de por medio.
Este fenómeno está pactado desde la misma Ley Reguladora del Mercado de Valores que da la exclusividad de organización del mercado secundario (donde se pactan los valores previamente emitidos y ya en circulación) a la bolsa.
Esta tríada de bolsa, puesto y agente crea lo que Elian Villegas, ex ministro de Hacienda, considera un triple monopolio en una sola actividad. En países más desarrollados como Estados Unidos esas compraventas del mercado secundario se realizan sin la intermediación obligatoria de estos tres participantes.
¿Cómo sería beneficioso un mercado OTC y cuáles riesgos tiene?
El punto de beneficio más evidente es que se reducirían los costos al no tener que pasar por los intermediarios. Para Douglas Montero, experto en mercados financieros internacionales, esta reducción iría en favor de los inversionistas, incluídos los de los fondos de pensiones (que a final de cuentas son todos los trabajadores).
“Si usted antes pagaba una comisión de 0,10% y ahora no, ese 0,10% va directo al rendimiento”, dice Montero.
Tanto Montero como Villegas consideran que su implementación le daría una mayor liquidez y profundidad a un mercado que históricamente ha carecido de dichos atributos.
“Un mercado OTC podría ayudar todavía más en una adecuada formación de precios. Al haber un mayor incentivo a la negociación y al ser esa negociación directa y tener un menor costo, se termina generando que haya una mejor formación porque las partes se están encontrando y van a poder defender sus intereses sin que necesariamente estos se vean alterados por la participación de terceros”, explica Villegas.
Uno de los riesgos que tienen este tipo de mercados es la opacidad de su información. Al tratarse de acuerdos bilaterales, la divulgación de los detalles —como el precio, por ejemplo—, no siempre es requerida.
De hecho esta falta de nitidez podría hacer que posibles participantes como los fondos de pensiones se lo piensen dos veces antes de ingresar en un mercado de mostrador. “La participación estaría sujeta a las condiciones específicas del activo y las reglas de operación que tuviera ese mercado. Para las operadoras es importante, por ejemplo, la transparencia en la formación de precios”, considera Alejandro Solórzano, gerente general de la Operadora de Pensión Complementaria (OPC) Vida Plena.
Montero y Villegas consideran que ese problema se solucionaría con una regulación que obligue a las partes a divulgar las condiciones de las transacciones, incluso cuando se hagan bajo un modelo OTC.
De hecho, en la Ruta Estratégica para el Desarrollo del Mercado de Valores de Costa Rica del 2012 se mencionaba que los participantes en el mercado de mostrador deberían ser entidades financieras supervisadas que cuenten con capacidad legal y que además la Sugeval tendría la función de velar para que las transacciones se den en condiciones de transparencia.
Melvin Garita, gerente general de BN Valores, el puesto de bolsa del Banco Nacional, considera que si la Sugeval establece requisitos adecuados, tanto de elegibilidad de los participantes, como de la obligación de transparencia pre y postnegociación, “un mercado OTC introduciría una alternativa de negociación con ventajas y desventajas, su éxito final dependerá de cuáles de estas tengan un mayor peso”. Se le consultó cuáles serían esas ventajas y desventajas, sin embargo al cierre de edición no se tuvo respuesta.
Aquí es importante recordar que los puestos de bolsa, junto a la Bolsa Nacional de Valores (BNV) —cuyos propietarios son los mismos puestos de bolsa— podrían perder una tajada del mercado si llegara a consolidarse esta propuesta. ¿Qué tan grande sería? Eso dependerá de cuántos inversores prefieran negociar en los mercados OTC sin intermediarios y cuántos prefieran quedarse en la BNV.
¿Cómo se vería un mercado OTC costarricense?
Pese a decir que está en una posición alta dentro de sus prioridades, el superintendente Soley no quiso dar detalles sobre cómo se imagina que sería un mercado de mostrador en Costa Rica.
Sí mencionó que se está investigando qué es posible hacer con la legislación actual y cuáles cambios habría que concretar. También comentó que evaluarán los resultados que se dieron en mercados similares a los costarricenses —primordialmente de deuda— como en Colombia y Chile.
Aunque en el país no hay un mercado OTC, sí hay ciertas plataformas que tienen características muy similares, como Tesoro Directo —dónde Hacienda coloca deuda sin pasar por la bolsa— y el Mercado de Monedas Extranjeras (Monex, donde se comercian los dólares).
Ambas plataformas las ofrece el Banco Central de Costa Rica 100% en línea y son un punto de encuentro para vendedores y compradores con liquidaciones digitales que funcionan de una manera más o menos accesible.
Villegas y Montero ven al Monex como un caso de éxito que podría replicarse en un eventual mercado OTC.
“Así como se transan los dólares, igual se podrían transar perfectamente los bonos y los pagos se harían por Sinpe, como se hace con el Monex”, dice Montero.
Aún así, Villegas considera que una infraestructura formal como estás no es imperativa y que puede ser incluso una conexión directa entre las dos partes sin tener que utilizar un canal; puede ser una llamada telefónica, inclusive.
“Lo que habría que poner es algún repositorio de información que además tenga la posibilidad de estar generando esa información en línea de forma tal que cualquier participante de ese mercado o cualquier tercero interesado puede acceder a los precios de manera absolutamente clara y transparente”, agrega el exministro.
¿Quiénes participarían?
Aunque en este modelo paralelo dejaría de ser obligatoria la intermediación de la BNV, los puestos de bolsa y sus corredores (no así en el tradicional, el cual seguiría abierto), podrán ser partícipes del mercado OTC.
Por ejemplo, si una de las partes quisiera utilizar un puesto de bolsa para que le apoye en la negociación, está en su derecho de hacerlo, mas no, en teoría, en la obligación, dice Villegas.
Ante la consulta de si al puesto de bolsa le interesaría participar de alguna forma en un modelo OTC, Garita mencionó que en BN Valores estarían abiertos a cualquier mejora que los ayude a atender mejor a sus clientes.
También se le consultó a la BNV si sería de su interés participar en un mercado de mostrador o facilitar una infraestructura de encuentro paralelo, sin embargo respondieron que, por el momento, prefieren no referirse al tema.
“Todo esfuerzo que se realice en Costa Rica por darle más profundidad al mercado de valores me parece bien”, dijo Héctor Maggi, gerente general de la OPC de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) al preguntarle si la operadora vería con buenos ojos la participación en un mercado de este tipo.
Por su parte, Róger Porras, gerente de Popular Pensiones, no se adelantó y dijo que “todavía hay muchos temas regulatorios por revisar”.
Villegas y Montero consideran que el OTC debería manejarse a nivel de mayoristas, principalmente con los inversores institucionales en lugar de individuales, mientras que los minoristas seguirían en el mercado regulado.
Esto, sin embargo, no soluciona del todo la exclusión del inversor pequeño, el cual el mismo Villegas considera que ha sido “tradicionalmente despreciado” y que, en un modelo OTC de un mercado más desarrollado, debería tener cabida.
“El nuestro es un mercado donde los puestos de bolsa normalmente han puesto límites importantes para que una persona pueda acceder al mercado (vía altos costos) y los fondos de inversión no se han convertido en ese vehículo de ahorro hacia los pequeños inversores (...) entonces habría que trabajar algún tipo de instrumentos que permita una mayor cercanía de esos minoristas”, considera Villegas.