Las economías emergentes en el proceso de recuperación económica, corren el riesgo de que conforme los países desarrollados sigan creciendo y adapten las políticas económicas a sus nuevas necesidades, los primeros se queden rezagados en términos de medidas de apoyo y alivio fiscal.
Mientras los países de economías desarrolladas se recuperan a un ritmo más rápido debido al espacio económico para otorgar fondos que permitan mitigar el impacto de la pandemia, las emergentes deberán superar una crisis fiscal agravada por el shock de la pandemia.
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En el informe de seguimiento Panorama Financiero Global 2021 el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió de que los países de economías en desarrollo se enfrentan a grandes retos ante la recuperación económica desigual, debido a que es probable que algunas economías desarrolladas ante la rápida recuperación logren volver sus antiguas política fiscales. Este movimiento traería como resultado condiciones financieras más estrictas y podrían generar mayor presión para las economías de mercado emergentes.
Por ejemplo, Peter Nagle y Sugawara Naotaka analistas del Banco Mundial emitieron un informe en el que advirtieron sobre el incremento de las tasas de interés.
“Las históricas bajas tasas de interés pueden mitigar algunos de los riesgos potenciales que plantean los elevados niveles de deuda hasta que empiecen a subir de nuevo o cambien las expectativas de los inversionistas”, explicaron Nagle y Naotaka.
Las medidas extraordinarias de apoyo a las políticas han aliviado las condiciones económicas y han apoyado para contener los riesgos para la estabilidad financiera.
Sin embargo, una reapreciación del riesgo en los mercados y el aumento rápido y persistente en tasas de interés, pueden traer efectos negativos para la confianza y poner en peligro estabilidad macrofinanciera de las economías emergentes.
Adicionalmente en muchos países, el sector empresarial está saliendo de la pandemia sobreendeudado, aunque con diferencias notables entre tamaños de empresas y sectores.
Por ejemplo, en el caso de Costa Rica las empresas de regímenes especiales (zonas francas) a parte de que no tuvieron una caída tan profunda, se viene recuperando a un ritmo mucho más rápido que regímenes definitivos (que atienden el mercado local), inclusive ya alcanzaron niveles previos a la pandemia.
Lo anterior como resultado de una serie de exportaciones de servicios y bienes de primera necesidad además de un apoyo de un sistema financiero estable.
Por otra parte, de acuerdo con el informe del FMI los bancos no representan un problema debido a su rápida adaptación en términos de medidas de mitigación. Sin embargo, advirtió que es probable que la capacidad de pago de los deudores más afectados y las perspectivas de rentabilidad influyan en el apetito por el riesgo de los bancos.
La calificadora de riesgo Moody’s aseguró a través de un informe de perspectivas económicas que mantendrá con calificación negativa al sistema bancario de Centroamérica y el Caribe debido a que prevé un aumento en la mora de los préstamos de la región para los próximos 12 meses, tan pronto se terminen las medidas regulatorias que permitieron a los bancos diferir los pagos de los préstamos.
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“La recuperación económica será desigual y tendrá efectos cicatrizantes que dependerán de la capacidad y disposición de los bancos a prestar una vez que se retire el apoyo del gobierno”, destaca el estudio de resultados de FMI.
El apoyo continuo de parte de organismos multilaterales será fundamental para una mejor recuperación, pero adicionalmente se necesitan una serie de medidas de política para abordar vulnerabilidades y proteger la recuperación económica.