El presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), Róger Madrigal, considera que la autoridad monetaria tiene la responsabilidad de evitar que la elevada inflación que atraviesa el país se prolongue en el tiempo. En abril del presente año, este indicador mostró una variación interanual de 7,15%, la más alta desde junio de 2009.
Madrigal, de 61 años de edad y con 37 años trabajando en el Banco Central, indicó que también es responsabilidad de la institución lograr que la inflación regrese al nivel que se considera bajo y estable; aunque previene: “sabemos que eso no ocurre de inmediato, pero se debe actuar con diligencia”.
EF conversó con Madrigal sobre los objetivos que pretende lograr como jerarca del BCCR, los instrumentos que pueden emplearse para paliar la alta inflación que enfrenta el país y el uso de las reservas internacionales netas (RIN) en la administración pasada.
Este es un extracto de la conversación que tuvo EF con el presidente del Banco Central la tarde del pasado martes 24 de mayo en su despacho.
¿Cuáles son los tres objetivos principales que desea lograr durante su gestión como jerarca del Central?
— El primer objetivo es evitar que esta inflación perdure, entonces hay que tratar de contenerla y ver cómo se revierte.
El otro es que uno quisiera una mejor formación de precios en los distintos mercados: mercados de deuda y mercado cambiario.
Y en general uno pensaría en una mayor eficiencia en el sistema financiero, poco a poco. Hay muchas cosas que hacer en el sistema financiero todavía para mejorar la eficiencia y promover mayor competencia.
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Una de las medidas con la que el Banco Central busca paliar la elevada inflación es seguir subiendo la Tasa de Política Monetaria (TPM). ¿Considera que esa es una de las mejores medidas para mitigar la inflación?
— El diagnóstico que se ha hecho hasta el momento es que buena parte de la inflación que tiene Costa Rica es una inflación importada. Es más, si usted mira con cuidado, el 7,2% es todavía una inflación moderada, en términos comparativos, con lo que está ocurriendo en otros países.
¿Cuándo se iba a imaginar hace diez o 15 años que Costa Rica tendría una inflación menor que la de Estados Unidos? En los últimos años hemos visto que Costa Rica ha tenido una inflación menor que la de su principal socio comercial, que es Estados Unidos.
Entonces, hay una buena parte de la inflación que es importada, pero también en el entendimiento de la inflación depende varias cosas. Depende de los accesos monetarios, depende de las expectativas y con base en las expectativas se hacen negociaciones de alquileres, salarios, servicios de transporte, contratos a futuro, etc.
De manera tal que la idea de lo que yo tengo que va a ser la inflación en el futuro, me condiciona la fijación de precios en el presente. Por eso las expectativas son muy importantes.
Entonces para controlar las expectativas, el banco tiene que tomar medidas que reduzcan la presión sobre los precios, que se puede producir por excesos de demanda en Costa Rica, y para eso se usa la Tasa de Política Monetaria, pero el banco tiene más instrumentos.
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Tiene lo que hace todos los días en el Mercado Integrado de Liquidez (MIL) con la subasta que recoge la liquidez; tiene las operaciones de mercado abierto que en buena medida son de esterilización monetaria, es de tomar los excesos monetarios y congelarlos, y sacar ese dinero de la circulación.
Entonces, el banco tiene necesariamente que aplicarse a controlar la inflación.
Además, el Banco Central tiene la responsabilidad en este momento de evitar que esta inflación (que ya se manifestó en Costa Rica) se prolongue en el tiempo.
Sin embargo, con lo que vemos que pasa en otros países, como vemos el tipo de choque, la incertidumbre que hay en la guerra en Europa; los precios van a seguir altos, pero puede que sigan altos pero no suban más.
Pero dado a todas esas restricciones, el Banco Central tiene la responsabilidad de que la inflación regrese al nivel que se considera bajo y estable. Sabemos que eso no ocurre de inmediato, pero hay que actuar con diligencia, o sea, no es un asunto de esperar a ver qué pasa.
Entonces, ¿para usted aumentar la TPM es una de las mejores medidas?
— Es uno de los instrumentos, no quiero calificarla. En los regímenes de metas de inflación escogen utilizar la tasa de interés, entonces la tasa de interés es el principal instrumento de política monetaria.
En Costa Rica hay otro instrumento que es muy importante, cuantitativamente más importante que la tasa de interés, que son los encajes mínimos legales. Ese es otro de los instrumentos.
Cada instrumento tiene sus ventajas, sus desventajas y sus tiempos de acción, pero el banco tiene un conjunto y debe tener la prudencia para utilizarlos de manera adecuada, de acuerdo con las circunstancias.
El domingo 22 de mayo, el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, manifestó que “las reservas, que son eso, reservas para momentos difíciles, las utilizaron y las gastaron (en la administración anterior) en tiempos de tranquilidad”. ¿Considera que esto fue así?
— Nosotros estamos ante la presencia de un hecho y básicamente acordamos en la realidad de un hecho, pero está siendo juzgado en momentos distintos del tiempo. Una cosa es cuando yo observo una situación en tiempo real y tengo que tomar decisiones, y otra cosa es cuando esa misma situación la miro en retrospectiva con el beneficio de que ya ha pasado tiempo, puedo reflexionar y la he podido madurar.
Entonces hay un tema de las cifras que se mencionaba, donde se hablaba de $2.300 millones (dato anunciado por Chaves); ese dato lo que representa es la parte de las reservas que el Banco Central le vendió al sector público y que no ha recuperado por sus compras en el Mercado de Monedas Extranjeras (Monex). Ese es un dato.
El otro dato de $1.263 millones (cifra anunciada por el BCCR) es la diferencia en el saldo de reservas entre el 20 de mayo de 2022 y el 28 de febrero de 2020.
Ambos datos son correctos, pero representan conceptos o fenómenos distintos, entonces ahí aclarar de que no hay una contradicción. Hay que entender a qué se refiere un dato y a qué se refiere el otro dato.
Como le decía antes, uno puede que tenga percepciones distintas sobre el mismo hecho, en el sentido de que en un caso se está viendo lo que se tuvo que hacer en tiempo real con mucha incertidumbre, sin saber cuáles eran los verdaderos efectos. El otro caso es cuando yo ya tuve la oportunidad de replantear, reflexionar y dejar que el tiempo pasara.
La diferencia de opinión en el juicio de un mismo hecho económico existe, y lo vemos aquí en Costa Rica y en el Sistema de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed).
Entonces sí, uno puede pensar que tal vez los tiempos que hubo como el de la pandemia, sí justificaban utilizar reservas en el momento. Ahora puede ser que a posteriori alguien haga un análisis y diga que puede haber ocurrido algo distinto, pero ya es otro juicio que uno tendría que valorar y ver hasta dónde.
El Banco Central mantiene el punto de vista de que el nivel de reservas está muy cerca de esos niveles indicativos que la entidad ha dicho. Esperamos desembolsos en las próximas semanas. Se esperan ingresos relativamente pronto de al menos unos $400 millones o $410 millones.
¿Usted como director de la División Económica del BCCR respaldó el uso de las reservas internacionales netas, al menos en los últimos dos años?
— Sí, la verdad es que sí. Es una especie de decisión colegiada que se toma a distintos niveles. Hay un Comité de Ejecución de la Política Financiera y hay varios miembros, y se juzgó, en determinados momentos, apropiado utilizar las reservas.
Los titulares de la prensa económica en Costa Rica estaban dominados por la presión cambiaria. No era que el tipo de cambio estaba muy bajo, era que el tipo de cambio estaba muy alto. Entonces la percepción que existía era que el tipo de cambio era más alto de lo que debía ser.
Se le pedía más bien al banco que interviniera usando reservas. En algunos casos el banco se negó, en otros casos no le quedó más que (usarlas) ante la presión cambiaria, para evitar aumentos.
Podemos ahondar un poquito más pero hay varias cosas que considerar de cuál fue el razonamiento que hizo el banco para utilizar reservas, porque se hizo con información incompleta, asimétrica e imperfecta, pero que era información que se tenía en ese momento, no era por una negligencia, sino porque era la información que se tenía.
Ocurrieron cosas de empréstitos externos que se preveía que entrarían sin ningún problema, y no entraron. Inclusive, esto no se conoce, había plata de algunos organismos internacionales que eran donaciones para el país, venía el préstamo y venía la donación, y simplemente se decidió dejar perder eso.
Eso no fue el Banco Central, fueron decisiones en otra parte, básicamente en la Asamblea Legislativa, que con tal de no aprobarle el financiamiento al Gobierno, dejaron que se perdieran las donaciones. El perjudicado no era ni el banco, ni el Gobierno, el perjudicado fueron los costarricenses porque era un regalo en una época muy específica, de alta necesidad, porque era la época de la pandemia, y eran fondos que le donaban a los países precisamente para favorecer a los grupos de menores ingresos y, aún así, decidieron perder eso porque para poder usar eso había que aprobar un crédito, entonces preferían castigar de alguna forma al Gobierno, aunque la población sufriera. Eso es una realidad.
El banco cuando hace sus previsiones de reservas qué se iba a imaginar de eso: cosas que se atrasaron, cosas que no se aprobaron y recursos que no llegaron. Todo eso generó presión en el mercado cambiario y el banco tuvo que lidiar con eso.
Lo cierto del caso es que ya se usaron las reservas. ¿Considera que es posible seguir usando algo más de ese fondo de reservas para controlar el tipo de cambio o es mejor esperar a que lleguen nuevos recursos?
— Nosotros no hablamos de controlar el tipo de cambio, el banco en su mayor medida deja que se manifiesten las fuerzas del mercado.
¿Sabe cuánto ha aumentado el tipo de cambio del 1.° de marzo de 2020 (hay que escoger una fecha de cuando empieza la pandemia en Costa Rica) al día de hoy? El tipo de cambio ha aumentado como un 20%. Es una quinta parte. Usted puede revisar en la experiencia internacional, hay países con más (aumento) y hay países con menos.
Entonces para nada es que el tipo de cambio no se ha movido. El enfoque del Banco Central, y ha sido desde el 13 de octubre de 2006, es que sea el mercado básicamente, pero de acuerdo con la ley si hay movimientos abruptos en el tipo de cambio, se le faculta al Banco Central intervenir.
Lo que ha ocurrido es que con las demandas, entiendo que del 1.° de enero de 2020 al 31 de marzo de 2022, es algo así como $3.200 millones lo que las operadoras de pensiones han demandado al mercado cambiario.
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Solo por precios del petróleo, mínimo, mínimo, este año la factura petrolera será alrededor de unos $500 millones o $600 millones más de lo que se estimó en enero. ¿Por qué? Porque en enero todavía no había empezado la guerra en Ucrania, y una de las consecuencias de la guerra en Ucrania es el incremento de los precios de los combustibles. Es más, con respecto al año pasado, probablemente estamos pagando un aumento que puede andar entre 85% y 90% en los precios del petróleo.
Entonces hay una presión que viene del resto del mundo por choques en términos de intercambio, una presión que viene interna, que viene por las operadoras de pensiones, y otra presión interna que es la economía desdolarizando los créditos.
¿Cuál es el enfoque del Banco Central? Deje que el tipo de cambio se ajuste. Si ocurriera un desorden cambiario, el banco tiene suficientes reservas para intervenir. No hemos intervenido en gran cosa en lo que va de este año por incrementos abruptos, entonces las reservas están ahí, es un seguro o lo que el banco llamó un blindaje financiero.
¿Cuál es su posición respecto al mercado y régimen cambiario? ¿Debe haber más libertad o más intervenciones cualesquiera que estas sean?
— Desde el punto de vista estrictamente conceptual, en un régimen de metas de inflación la intervención cambiaria debería ser nula. Claro, eso es desde el punto de vista puramente conceptual. Sabemos que se enfrentan presiones en diferentes situaciones, y prácticamente ningún país en el mundo tiene un tipo de cambio totalmente libre.
Entonces es un asunto de grado, ¿cuánto interviene? Se supone que debe intervenir por eventos excepcionales. Eso significa que usted debe dejar que se manifiestan los precios, esa es una idea de eficiencia; una idea de eficiencia en el tanto el mercado tenga competencia, eso es lo importante.
Uno quisiera un mercado cambiario en el que haya bastante competencia, entonces que favorezca el proceso de formación de precios; esa sería la idea.
En general, estoy de acuerdo con la idea de la libertad. Es más, yo recuerdo mis discusiones con don Olivier (Castro, presidente del BCCR entre 2014 y 2018), que fue el que propuso el tipo de cambio en un régimen cambiario de flotación administrada. Él insistía en la parte administrada y la gente de la División Económica insistía que fuera un tipo de cambio de flotación quitándole lo administrada, y él decía ‘no para un país pequeño como Costa Rica, por los choques que recibe debería de ser una flotación administrada’. Esa era la posición de él y parece que el tiempo le dio la razón.
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Uno pensaría que bajo otras condiciones la parte administrada de flotación debería ser muy pequeña y sea más flotación y menos administrada. Eso es si yo pudiera escoger y de manera que el mercado funcione de manera eficiente y que el proceso de formación de precios sea eficiente.
En ese sentido, la División Económica fue la que propuso el régimen de metas de inflación allá por el año 2004, lo escribió en un documento que se llamaba el informe de inflación, entonces lo que se dijo que iba a pasar en Costa Rica, estaba escrito y nadie le hizo caso, pero ahí estaba escrito y ahí se encuentra que se hablaba de una flotación, de salirnos de la paridad reptante y de una serie de cambios.