Si siente que su salario no le alcanza tanto como antes, no es de extrañarse: los ingresos reales tardaron 46 meses (3,8 años) en regresar al nivel que tenían antes de la pandemia (2020), según datos del Banco Central de Costa Rica (BCCR). Esto quiere decir que por casi cuatro años los ingresos de muchos trabajadores no lograron crecer a un ritmo que superara la tasa de inflación.
El ingreso real es un índice que utiliza el crecimiento de los salarios en el tiempo, pero les descuenta los cambios en el Índice de Precios al Consumidor (IPC, lo que comúnmente llamamos inflación). Es una herramienta que ayuda a entender el verdadero valor del salario en términos de poder adquisitivo.
El ingreso real se recuperó brevemente en agosto y setiembre de 2021, sin embargo para octubre volvió a caer por debajo del nivel que tenía justo antes de la pandemia. No fue hasta diciembre del año pasado en el que, como un todo, volvió a sobrepasar esa barrera, la cual ha sostenido hasta febrero del 2024, último mes con datos disponibles.
Para dicho mes, el ingreso real subió 10,1% interanualmente, una diferencia importante en comparación con la tendencia que tuvo un año atrás, cuando bajó en un 4,2%.
“Nos estamos alejando de la situación que tuvimos en la pandemia y estamos paulatinamente mejorando los indicadores de empleo”, mencionó Róger Madrigal, presidente del BCCR, durante la presentación del Informe de Política Monetaria el pasado 30 de abril.
Aunque el índice general parece haberse recuperado, no ha sido una subida equitativa, hay sectores que todavía tienen un rezago.
Por ejemplo, el ingreso real del sector privado es superior al registrado en febrero del 2020 en 10 puntos porcentuales (p. p.), mientras que el de los trabajadores del sector público ha caído en 16 p. p. desde que inició la pandemia.
Hay que recordar que la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas ha puesto un freno al aumento en los salarios públicos por prácticamente cinco años consecutivos. Esto debido a que la regla fiscal no permite aumentar dichos ingresos mientras la proporción de la deuda y el Producto Interno Bruto (PIB) sea mayor al 60%, como lo ha sido desde que se promulgó la ley.
Si se observa por perfil, los ingresos de trabajadores de calificación media y baja se encuentran por encima del nivel prepandémico en 1,7 p.p. y 7,7 p.p. respectivamente. Madrigal calificó este resultado como “bueno para la equidad”.
No obstante, los ingresos para las personas con calificaciones altas todavía no han podido regresar al nivel de febrero del 2020. De momento se encuentran casi diez puntos por debajo de dicha referencia.
Estos resultados apuntan a que probablemente la demanda de las empresas fue más fuerte para atraer trabajadores con calificaciones bajas y medias en comparación con puestos que requieren una alta calificación.
En materia de género también se observa una diferencia: el ingreso real de las mujeres ya se sitúa 3 puntos por encima de la prepandemia, mientras que el de los hombres está apenas por debajo de ese umbral (-1,6 p. p.).
A pesar de que hubo una afectación muy particular en el empleo femenino durante la pandemia (especialmente en el sector informal), fue durante el 2022 cuando el salario real de este género se lastimó más, llegando estar hasta 11 puntos por debajo de febrero del 2020.
Tampoco es descabellado que la afectación haya sido más fuerte durante ese periodo debido a que la inflación alcanzó su punto más álgido en dicho año, lo cual causó un deterioro en el ingreso real, no solo para las mujeres sino para todos los trabajadores.
Desde 2019 la tendencia ha sido que el ingreso femenino esté por encima del masculino. La diferencia ha llegado a ser incluso de hasta de 14 p. p. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que se trata de una base más pequeña de trabajadores. La tasa de ocupación de los hombres ronda un 60%, mientras que la de las mujeres está ligeramente por debajo del 40%.
Ocupación detiene caída
Después de un 2023 en el que la tendencia fue una reducción en la tasa de ocupación, dicho indicador acumula cuatro trimestres móviles seguidos en los que no cae (durante tres sí subió). No obstante, sigue por debajo de lo que se tenía para febrero del 2020: 51,5% versus 55,5%, según los últimos datos del trimestre móvil de marzo del 2024 de la Encuesta Continua de Empleo.
Según la información presentada en el Informe de Política Monetaria, la recuperación del empleo se observa más fuertemente en el segmento entre 25 y 59 años. Esta clasificación recuperó desde mediados del 2022 al nivel de ocupación prepandémico. En contraste, en los grupos de 15 a 24 años y de mayores de 60 años, el empleo se ha mantenido por debajo de ese nivel.
Según una consulta hecha por un estudio del Central, la razón de menor participación en el mercado laboral de los jóvenes es mayoritariamente por estudio y viajes. Cuando se hace la misma consulta al segmento de población mayor de 60 año, la razón predominante es retiro por edad.
Adicionalmente, en los últimos meses la informalidad también se ha reducido dentro del mercado laboral: en el último trimestre móvil de marzo cayó en 3,5 p.p como porcentaje de las personas ocupadas. Además, el desempleo bajó a un 7,8%; en febrero del 2020 estaba en 12,2%.
“Después de tener indicadores muy malos, una tasa de desempleo del 24%, el empleo ha ido mejorando y están los niveles, como tasa, mejores que los históricos con cifras desde el 2008-2009″, mencionó Madrigal.
Durante el 2023 la tendencia fue un incremento en los números de formalidad y una reducción en el desempleo, pero que fue acompañado por un achicamiento en la tasa de ocupación y del tamaño de la fuerza laboral. Es decir, los indicadores mejoraron, pero lo hicieron con una base más pequeña de trabajadores.