Costa Rica registra la inflación interanual más alta de los últimos siete años. De acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor (IPC), calculado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), a enero de 2022 la inflación mostró una variación de 3,5%, respecto al mismo mes de 2021.
Pese a que esta cifra sigue dentro del rango de tolerancia dictado por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), que es de ±1 punto porcentual (p. p.) alrededor de la meta de inflación de 3%, ahora está más cerca del límite superior de ese umbral.
Incluso, dos economistas consultados por EF consideran que la inflación seguirá al alza, al menos, en el primer semestre de 2022 y prevén que en algún momento supere el 4%. Pese a esto, la meta de inflación no debe modificarse.
¿Por qué se debe mantener?
La nota técnica Adopción del esquema de meta de inflación en Costa Rica, redactada por Evelyn Muñoz, disponible y publicada en el sitio web del BCCR, indica que expresar el compromiso con una meta de inflación definida para el largo plazo da claridad a los agentes económicos, ayuda a orientar sus expectativas y a consolidar el objetivo inflacionario del Banco Central como el ancla de la economía para el proceso de formación de los precios en el país.
El texto agrega que en el año 2008 se comunicó por primera vez un valor central para la meta de inflación con un rango de tolerancia de ± 1 p. p. Se partió de un valor de 8%, que en julio del 2009 se revisó hacia la baja (5%), con lo que se aprovechó la coyuntura internacional de inflaciones bajas.
La meta de inflación se mantuvo en 5% por los siguientes cuatro años, hasta que en enero de 2014 se ajustó a la baja en 1 p. p. y finalmente desde enero de 2016 se ubica en el valor de largo plazo de 3%, como tasa interanual.
Por lo tanto, la meta de inflación no es un “pronóstico de inflación”, sino un objetivo de largo plazo que el Banco Central se fija para tratar de mantener los precios y la inflación en un margen que considera apropiado para la economía nacional; dijo José Luis Arce, economista y director de FCS Capital.
Además, de acuerdo con Adriana Rodríguez, economista y gerente de puesto de bolsa de Grupo Acobo, la meta de inflación no debe ser “reactiva”, es decir, no es que la meta se va a acomodar hacia donde “más o menos” va a quedar la inflación.
“Es importante que la meta no esté variando frecuentemente porque es relevante que esa meta cale dentro de las expectativas de los consumidores y de los empresarios, y se convierta en un ancla y genere credibilidad. Eso solo se logra con una meta que sea estable en el tiempo y que sea creíble. Lo importante de la meta es que uno sabe que el Banco va a tomar medidas para hacer que la inflación quede dentro de ella, y la confianza que haya sobre la efectividad de esas medidas es la que va a determinar ese crecimiento de las expectativas”, expuso la economista.
Arce tiene un criterio similar al planteado por Rodríguez, quien expuso que la meta de la inflación en ese sentido es un objetivo de política, entonces es una forma de mostrar el compromiso del Banco Central con un nivel de inflación “razonable” para la economía costarricense, “ese es el funcionamiento de la meta de inflación”.
Asimismo, la inflación puede “perfectamente” fluctuar por encima o por debajo inclusive del rango de tolerancia sin que eso, necesariamente, constituya una condición para que el BCCR tenga que mover la meta.
“Al final esas metas son metas de largo plazo y por tanto no deben responder tanto a una coyuntura, y aquí también va a entrar la evaluación que haga el mismo Banco Central de qué es lo que está viendo en su entorno”, dijo la gerente de puesto de bolsa de Grupo Acobo.
Precisamente, el hecho de que la meta de inflación se alcance o se sobrepase en realidad “poco importa” para el Banco Central en relación con su política monetaria, pues a la entidad le interesa lo que ve a futuro.
“Entonces, por ejemplo, en las decisiones de política monetaria que el BCCR ha tomado en las últimas semanas y meses es porque las toma pensando en la inflación de los próximos 12 o 24 meses con sus modelos de proyección, que se mantengan dentro del rango meta establecido”, puntualizó el director de FCS Capital.
EF también consultó al Banco Central, pese a la gestión de las preguntas, al cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.
Inflación seguiría al alza
Ambos economistas consultados por EF consideran que la inflación seguirá una senda al alza, al menos en el primer semestre de este año, y estiman que es probable que este indicador sobrepase el límite superior del rango de tolerancia del Banco Central.
Arce explicó que es muy probable que durante los primeros seis o nueve meses de este 2022 la inflación interna se acelere, acercándose al 4% e incluso sobrepasando la parte superior del margen establecido por el BCCR. Mientras que en la segunda mitad del año probablemente van a haber menos presiones inflacionarias.
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Por su parte, la gerente de puesto de bolsa de Grupo Acobo mencionó dos razones que marcarán el camino alcista de la inflación costarricense.
La primera de ellas es la inflación importada, la cual se introduce a Costa Rica mediante las compras que hace el país de materias primas y materiales para la construcción, por ejemplo.
“Todo esto eventualmente se va cargando a lo que se llaman los costos de las empresas y eventualmente también ellas mismas lo van traspasando en la medida de lo posible a los precios del consumidor y ahí es donde captados en el IPC”, comentó Rodríguez.
El otro elemento que “juega en contra” es haber tenido varios años de depreciación en el tipo de cambio, el cual está incorporado dentro de algunas ecuaciones relevantes para ciertos precios que resultan de importancia para el país, tales como peajes y combustibles.
“Estamos viendo presiones que vienen de diferentes frentes. No tanto a nivel interno, más bien a nivel interno nuestra propia demanda y el bajo ritmo del crecimiento del crédito están jugando de contrapeso. Si estuviéramos mejor probablemente la inflación se habría acelerado desde el año pasado”, expuso la economista.