Una cuenta de ahorro con un monto importante para sus finanzas personales sin duda es una buena práctica: provee un respaldo ante emergencias, puede hanar algo de intereses y servirle como punto de partida para un proyecto que involucre gasto.
Incluso es probable que haya pensado en dar el paso del ahorro hacia la inversión para maximizar sus ingresos, es decir, algo más sofisticado. Para hacer esto requiere compromiso, determinación y objetivos claros.
Julio Espinoza, administrador y asesor financiero, advierte que es necesario que las personas comprendan que el ahorro es diferente a la inversión, pero que es probable que uno lleve a lo otro.
“El ahorro siempre está en función de cumplir metas de corto plazo, ahorro de emergencia, el del marchamo, para cambiar de carro, son ahorros a uno o dos años que no necesariamente le busco una ganancia porque sé que lo voy a usar pronto, pero con una inversión ya voy a buscar rendimiento y maximizar ganancias”, dijo Espinoza.
La Oficina del Consumidor Financiero (OCF) realizó una encuesta al final del 2020, donde revalaron que de las 1.200 personas encuestadas solo el 53% indicaron que en los últimos cinco años tuvieron un plan de ahorro.
En términos de inversiones a largo plazo, por su parte, hay poca o nula información que tome en cuenta el hábito de los costarricenses en este sentido.
No obstante, al desagregar aún más los datos se observó que esta práctica es para personas de 35 a 65 años con trabajo remunerado, es decir que los niños, adolescentes y adultos jóvenes pocas veces tienen dentro de su presupuesto un porcentaje destinado a ahorro.
Sobre el total de encuestados por la OCF el 34% aseguró tener un ahorro con entidades financieras, cooperativas o asociación solidarista pero solo el 25,7% tiene un plan de pensión voluntaria.
Si bien la muestra de la encuesta da a conocer una pequeña proporción de la población costarricense, evidencia un patrón de comportamiento sobre los hábitos de ahorro.
Roberto Olivas, administrador y asesor financiero, asegura que en su experiencia ha observado que las personas comúnmente no piensan a largo plazo, por lo que generar un plan de ahorro o inversión no es una de sus prioridades, pero explicó también debería subir en la lista de prioridades de los costarricenses principalmente para poder tener un mejor estilo de vida en el futuro lejano.
Espinoza, explicó que antes de hacer un plan o evaluar la posibilidad de iniciar una inversión se debe considerar que todas, sin importar qué tan grande o pequeña sea, van a representar un riesgo. Así de simple, cualquier movimiento tendrá un riesgo.
Estas son las recomendaciones:
1. Defina su perfil de inversionista
De una manera simple se pueden dividir los tipos de inversión en dos, el riesgoso y el conservador. No obstante, hay varios puntos intermedios entre estas clasificaciones.
Espinoza comentó que toda inversión representa un riesgo, pero qué tanto capital está dispuesto a arriesgar dependerá de las metas y objetivos de cada persona.
El administrador y asesor financiero Roberto Olivas, explica que para poder iniciar una inversión se debe tener claro cuál es el objetivo a mediano y largo plazo. Es decir cuál es la meta que moverá esa inversión y sobre esto cuánto está dispuesto a arriesgar.
Por ejemplo, un inversionista con un perfil arriesgado o con una política de inversión aventurada puede incluir dentro de su plan instrumentos con mayor rendimiento pero también la posibilidad de perder todo su capital o una gran parte de este.
Hay inversiones en productos financieros que son más volátiles, es decir que las ganancias pueden subir un día, pero caer al suelo al siguiente.
Por su parte un inversionista con un perfil más conservador es una persona que no está dispuesta a perder su capital, pero podrá sacrificar parte de este o su rendimiento y ganar menos a largo plazo.
“Tan pronto la persona entiende lo que está dispuesto a perder y los riesgos que estaría asumiendo. En ese momento definiría qué tipo de perfil es el que se acopla a su realidad”, agregó Espinoza.
2. No cancele todas sus deudas
Aunque parezca una medida atípica, no se requiere tener todas las deudas canceladas para poder iniciar su inversión.
Algunas deudas son a largo plazo y cuentan con un interés relativamente bajo, por lo que si el deudor sigue haciendo aportes, y a su vez invierte parte de su capital para generar más rendimientos puede obtener más ganancias.
La persona deberá tomar la decisión por producto financiero. De manera que si la deuda que está cancelando tiene un interés anual del 7%, pero inició una inversión que le brinda un rendimiento del 10% anual, sus ganancias superan su deuda entonces se vuelve una decisión atractiva. De lo contrario no le brindaría beneficios al usuario.
Olivas por su parte, recomienda haber finalizado con todas o al menos la mayor parte de sus deudas. Un método que Olivas recomienda es el propuesto por Erwy Perzy, denominado ‘bola de nieve’. Este consiste en clasificar sus créditos entre moras formales e informales. Posteriormente se procede a ordenar de menor a mayor las deudas. Si el objetivo es liquidar los saldos más pequeños, enfóquese en los créditos con el monto adeudado más bajo.
Una vez que haya pagado una deuda pequeña en su totalidad, se redirige el dinero que estaba pagando para cancelar ese préstamo, al siguiente saldo más pequeño y así, sucesivamente. Nunca descuide el pago mínimo de las demás.
3. Ordene sus finanzas personales
Espinoza explica que el presupuesto de finanzas personales debe tener claro cada rubro que requiere para su diario vivir y sobre este asignar uno adicional para la inversión.
Es decir, su presupuesto y liquidez no se pueden ver comprometidos por iniciar el ahorro extraordinario para la inversión.
Utilizar el fondo de emergencia, el ahorro del marchamo, el pago del carro no pueden ser el único método de la persona para iniciar su capital de inversión. Por el contrario, destinar un ahorro con el nombre de “capital de inversión” es lo necesario.
“Lo que va a usar para la inversión es dinero que no comprometa su liquidez o para afrontar necesidades”, indicó Espinoza.
4. Diversifique instrumentos financieros
Este es el momento donde la frase, “no meta todos los huevos dentro de la misma canasta” toma sentido. Es importante que las personas analicen diferentes instrumentos financieros de inversión a mediano y largo plazo porque esto les permitirá obtener mayores beneficios y reducir sus riesgos.
Para Olivas cada persona deberá conocer dónde está invirtiendo su dinero, qué tipo de instrumento está utilizando, y principalmente cuál instrumento se adapta a su objetivo en términos de plazo y rendimiento.
5. Piense en el futuro
Iniciar desde temprana edad un plan de pensiones voluntario o complementario puede mejorar su estilo de vida en la jubilación, pues le permitirá tener un ahorro adicional para mantener casi intactos sus ingresos.
Los planes de pensión voluntarios se convirtieron en una necesidad para complementar los ingresos al momento de pensionarse.
Si bien no son el único instrumento de inversión que tiene a disposición el trabajador, es un producto administrado por operadoras de pensiones, las cuales tienen experiencia en manejo de este tipo de capital.
6. Busque asesoría
Para dar el paso, primero debe preparar las finanzas personales. En cada una de estas etapas hay profesionales capacitados para brindarle asesoría, pero recuerde siempre revisar antecedentes para evitar ser estafado.
Hay profesionales con varios perfiles pero para dar este salto requiere de dos en específico, el primero que es quien prepara a las personas, les ayuda a salir de deuda, crear hábitos de ahorro y mejorar su liquidez y el segundo que es el que se encarga de asesorarle sobre el tipo de instrumento que le conviene.