Es un evento simbólico, pero que refleja el efecto de las sanciones contra Rusia después de seis meses de guerra en Ucrania: un consejo de acreedores organiza, este lunes 12 de setiembre, una subasta que llevará a Rusia hacia su primer default de deuda externa desde 1918.
Este consejo, llamado Comité de Determinaciones de Derivados de Crédito (CDDC), organiza este tipo de subastas de acreedores para compensar a los inversores que contrataron seguros contra el default de Rusia, los llamados Credit Default Swaps o CDS.
La subasta marca el inicio del default de Rusia, que nunca lo anunció oficialmente pero que la mayoría de actores económicos ya consideran una realidad, incluso en ausencia de las agencias de calificación financiera, prohibidas por las sanciones occidentales.
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Se trata del primer default de Moscú sobre su deuda externa desde 1918, cuando el líder bolchevique Lenin se negó a reconocer los préstamos rusos de la Rusia zarista Rusia en los mercados occidentales, especialmente en Francia.
Sin embargo el default no cambia mucho la situación de la economía rusa, sin acceso a los mercados internacionales de capitales desde que invadió Ucrania en febrero.
Moscú tienen poco deuda en divisas extranjeras —unos $40.000 millones— y su deuda pública solo representa un 20% de su Producto Interior Bruto (PIB).
Aunque Rusia tuvo grandes ingresos gracias al aumento de los precios de los hidrocarburos en lo que va de año, el Kremlin rechaza un default de su deuda que considera “ilegítimo” y provocado por las sanciones.
“El precio final de estas subastas determinará la cantidad de recaudación de los CDS”, dijo el banco estadounidense JPMorgan en una nota reciente, que evalúa estos seguros sobre el default ruso en unos $2.370 millones.
Las subastas de este tipo son habituales en casos de default, aunque en el caso de Rusia se tardó varias semanas en organizarla.
Entre el momento en que el consejo de acreedores reconoció que Rusia no había pagado un vencimiento —lo que se conoce como “evento de crédito”— y la organización de la subasta este lunes pasaron más de tres meses, frente a los 30 días que suelen ser habituales, indicó a la AFP un experto en CDS.
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Este periodo más largo de lo habitual se explica por el hecho de que el sistema financiero ruso está paralizado por el efecto de las sanciones.
Para facilitar la organización de la subasta, las autoridades estadounidenses autorizaron excepcionalmente transacciones sobre las ocho obligaciones rusas en divisas extranjeras entre el 8 y el 22 de setiembre.
Según JPMorgan, el atractivo de la deuda rusa para los inversores cuando termine la subasta es muy incierto porque está prohibido intercambiar productos financieros rusos.
También hay incertidumbre sobre la fecha exacta del fin del proceso de indemnización de los inversores.
Según la filial Europa-Medio Oriente-África (EMEA) del CDDC, con sede en Londres, que organiza las subastas, los días feriados debido al funeral de la reina Isabel II podrían retrasar todo el proceso.