Las tasas de referencia como la Básica Pasiva (TBP) y la de Política Monetaria (TPM) tocaron su mínimo histórico durante el 2021. Pese a esto, el crédito muestra apenas una leve recuperación que se materializó con más fuerza hasta la última parte del año, pues la economía continúa afectada tras la crisis sanitaria que azota al país desde marzo del 2020.
Con tal impacto, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) ha mantenido una postura monetaria expansiva, que se manifiesta en bajas tasas de interés de referencia, así como medidas para mitigar el impacto económico y financiero.
Así, la Tasa de Política Monetaria tocó su nivel más bajo hasta el momento al mantenerse en 0,75% durante gran parte del 2020 y del 2021. Esta reducción junto a medidas complementarias tomadas para el sistema financiero se han transmitido a las tasas activas y pasivas. La Básica Pasiva, por su parte, se ha ubicado cercana al 3% en las últimas semanas.
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Pese al bajo nivel de las tasas utilizadas como referencia para préstamos, la demanda de cartera crediticia continúa sin escalar con fuerza. Allan Calderón, subgerente general de riesgo y crédito del Banco Nacional, recalcó que aún con las bajas tasas de interés, el escenario de contracción económica, desempleo y dificultades fiscales provocaron una demanda de crédito ralentizada en buena parte del 2021.
“Cabe destacar que la demanda de crédito no depende solo de la tasa de interés, sino en mayor medida de los ingresos disponibles, los cuales han mermado en los últimos años en términos promedio, a lo cual se suma la incertidumbre que permanece”, comentó Calderón.
La estimación del Banco Nacional sobre el crecimiento de su cartera crediticia al cierre de este 2021 es de un 1%, según comentó el jerarca de la entidad, Bernardo Alfaro, en entrevista con EF en diciembre pasado. La cifra estaría lejos de la meta esperada a inicios del año por la entidad, que según el gerente se ubicaba en un 3%.
Según datos del Informe Mensual de Coyuntura Económica del Banco Central, el crédito al sector privado en moneda local creció 4,7% en términos interanuales en noviembre del 2021; mientras que en moneda extranjera registró una contracción de 2,5% (el saldo disminuye por tercer año consecutivo).
Si bien hay una variación positiva en el rubro de créditos en colones, el crecimiento de la cartera total se ubicaría por debajo de la expectativa de crecimiento económico nacional del Banco Central (5,4%) y no alcanza lo esperado por algunas entidades financieras.
“Los indicadores de bajas tasas de interés los hemos observado desde mediados del 2020, sin que hubiera repercutido esa dinámica de tasas bajas en los indicadores de crecimiento del crédito; existen otras variables que son preponderantes para el crecimiento del crédito al sector privado, entre ellas; el crecimiento de la producción y de la inversión”, comentó Hugo Villalta, director comercial de Coopeservidores.
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Asimismo, la jerarca de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), Rocío Aguilar, señaló que el país lleva varios años con un crecimiento bajo en los saldos totales de la cartera de crédito. A diciembre del 2021, el saldo total del rubro era de ¢21,8 billones, si se toman en cuenta bancos públicos, bancos privados, financieras y mutuales.
Aunque los saldos totales se mantuvieron similares durante el 2021, los últimos tres meses del año significaron un respiro para la cartera crediticia nacional, con un leve aumento en la demanda de recursos.
“Hemos visto algunos brotes verdes de reactivación del crédito en último trimestre, en virtud de la recuperación de algunos de sus sectores clave, tales como construcción, vivienda, servicios e, incluso, turismo”, confirmó Calderón.
Pese a su leve efecto en la demanda de préstamos, las bajas tasas de interés así como la inyección de más de ¢842.000 millones por parte del Banco Central al Sistema Financiero Nacional sí permitieron a los deudores un respiro respecto a sus cuotas y la posibilidad para las entidades de otorgar mecanismos de mitigación de la crisis económica como prórrogas y readecuaciones.
Así lo explicó Eugenia Meza, gerenta general de Mucap, al confirmar que las bajas tasas que han prevalecido en el mercado no han representando mayor efecto sobre el crédito. No obstante, comentó, sí han beneficiado a los deudores, sobre todo a aquellos afectados por la pandemia, quienes no han debido enfrentar incrementos en sus pagos mensuales.
Comportamiento de las tasas
Según el Informe Mensual de Coyuntura Económica del Banco Central, publicado en diciembre, para el grupo de las Otras Sociedades de Depósito (OSD, que incluye bancos públicos y privados, financieras y mutuales), la tasa de interés activa negociada en colones se ubicó en 9,4% (9,5% un año atrás), mientras que en dólares finalizó con un 5,3% (contra 6,3%).
“Para ambas monedas la tendencia del año ha sido a la baja; la reducción de las tasas en colones de los bancos públicos se concentró en las actividades de manufactura, inmobiliarias, comercio, servicios y turismo. Para los créditos destinados al consumo personal (en especial con tarjetas de crédito) fue la banca privada la que registró mayores disminuciones, principalmente en colones donde su participación relativa no es tan alta como en dólares”, informó el Banco Central.
No obstante, en línea con las decisiones de otros bancos centrales del mundo y el comportamiento de la inflación en suelo nacional, entre otros factores macroeconómicos, la junta directiva de la entidad aumentó dicha tasa en diciembre a 1,25%.
Aguilar comentó que el aumento de la TPM no es una variable que juegue a favor de la cartera crediticia, pero que si efectivamente la economía crece va a haber una demanda de crédito. “Por supuesto que el costo de los recursos pueden tener un impacto, además en la calidad de las carteras porque es una cuota mayor para las personas”, dijo la jerarca de Sugef.
A mediados del año anterior la recuperación de la actividad económica y el repunte de la inflación llevaron a un aumento de las tasas sobre los bonos del Tesoro de los Estados Unidos; pese a esto el Central de Costa Rica contuvo las presiones y aunque estableció un leve aumento en la TPM, la referencia aún se mantiene en niveles bajos respecto a otros años.
Por su parte, la Tasa Básica Pasiva se ha ubicado por debajo del 3,50% con el que abrió el 2021 y en la primera semana de noviembre bajó a su mínimo histórico al alcanzar el 2,75%. Antes de la pandemia, la tasa que se calcula cada semana se ubicaba entre el 5,55% y el 6,25%, es decir, hasta 3,5 puntos porcentuales por arriba al piso alcanzado en el 2021.
Urge reactivación
Desde las entidades financieras afirman que las bajas tasas de interés son solo un incentivo, temporal, para la reactivación del crédito; otras variables relacionadas a la mejora de la economía y el ambiente de inversión son vitales para una recuperación de la demanda.
Tanto para Adrián Sanabria, jefe del departamento financiero contable de Coopemep, como para Ariel Rosenblatt, vicepresidente de finanzas para Centroamérica de Scotiabank, el avance y cierre de los proyectos de ley relacionados al acuerdo del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional resultan primordiales para la mejora del clima de inversión y las expectativas sobre las finanzas públicas.
“Las empresas y las personas invierten en base a expectativas (...), tener un clima pro-iniciativa privada y que aliente a la gente a tomar riesgos, son claves para incentivar el crecimiento de créditos”, comentó Rosenblatt.
Por su parte, el subgerente de negocios del Banco Popular, Juan Francisco Rodríguez, señaló que se requiere la mejora en los ingresos reales de las personas y las empresas, que se han visto reducidos a causa del incremento en el tipo de cambio y la inflación.
Las expectativas de mejora sobre dichos ingresos se ven envueltas en situaciones tanto nacionales como globales que afectan de forma directa la decisión de inversión y demanda de créditos, tales como la posibilidad de nuevos aumentos en el tipo de cambio, el alto costo de las materias primas y la incertidumbre que genera el escenario político y fiscal del país, entre otras.
Aumentos en el 2022
No obstante, el panorama que trae consigo el 2022 prevé un aumento en las tasas de interés del mercado, ante la senda al alza que inició la inflación en los últimos meses del año pasado.
Según explicó el Banco Central, la institución “ejecuta su política monetaria sobre la base de un esquema de metas de inflación”. Así, bajo este régimen, las decisiones de política monetaria, y en particular los ajustes en la TPM, se fundamentan en un análisis del entorno macroeconómico actual y, sobre todo, de la evolución prevista para la inflación y sus determinantes y de los riesgos alrededor de esas proyecciones.
La inflación en Costa Rica comenzó a aumentar desde el año anterior y a noviembre alcanzó una variación interanual de 3,35%, una cifra que incluyó al indicador dentro del rango meta del Central (3±).
Asimismo, el asesor económico de Grupo Prival, Vidal Villalobos, señaló que para 2022 y 2023 se espera una importante recuperación económica, respaldada por la mejora en el sector turismo y el buen momento que viven las exportaciones de alta tecnología médica y digital que produce y exporta el país. Sin embargo, a la vez, el repunte esperado en la economía global trae consigo posibilidades de aumento en las tasas de interés, acuerpado por los incrementos recientes en la inflación.