Los emprendimientos costarricenses en busca de financiamiento cuentan con la opción de acceder a un crédito de los fondos del Sistema Banca para el Desarrollo (SBD).
Este fondo, principalmente enfocado en las micro, pequeñas y medianas empresas, suele contar con una serie de beneficios por encima de un préstamo tradicional, en especial con sus tasas de interés más bajas y la capacitación técnica que brindan.
Aunque no siempre es tan sencillo su acceso, en especial para empresas muy incipientes, el menor costo de su financiamiento hace que sea recomendado intentarlo, en especial cuando su negocio cumple con los requisitos.
El Financiero conversó con tres asesores financieros para conocer, en su experiencia, cuándo vale la pena ir por un fondo del SBD, qué requisitos debe cumplir y cuáles son algunos de los errores más comunes.
¿Qué es el SBD?
A grandes rasgos, el SBD es un fondo al que las empresas pueden acceder para financiarse, siempre y cuando su proyecto sea viable económicamente. El fondo está constituido bajo la ley homónima de Sistema de Banca para el Desarrollo.
Los préstamos de este fondo normalmente se entregan con condiciones más favorables, especialmente vía menores tasas de interés en comparación con un crédito tradicional.
Además cuenta con beneficios adicionales, como acompañamientos y capacitaciones empresariales a cargo de entidades como el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA).
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Los negocios que pueden acceder a estos préstamos son micro, pequeñas y medianas empresas, productores agropecuarios, beneficiarios de microcréditos y emprendedores.
Sin embargo, el solicitante debe utilizar los recursos únicamente en el desarrollo y fortalecimiento de la empresa, a diferencia de un préstamo tradicional en el que tiene una mayor libertad en el uso del dinero.
A estos fondos se accede por medio de diferentes productos financieros como créditos directos, líneas de créditos, arrendamientos y otras prácticas bancarias.
¿Quiénes lo brindan?
Estos fondos son otorgados por más de 40 operadores financieros que están acreditados por el SBD para brindar sus programas.
Entre ellos están: bancos públicos y privados, microfinancieras, cooperativas, asociaciones, empresas de crédito, entre otros, no tienen que ser exclusivamente intermediarios supervisados por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
En el sitio web del fondo puede encontrar la lista completa de operadores.
¿Cuándo vale la pena en lugar de un crédito tradicional?
Josué Rodríguez, director de Sirú Financiero, considera que una empresa debería procurar acceder a los recursos de SBD cuando los requerimientos de capital que se le presenten sean para mejorar las condiciones productivas del negocio.
Rodríguez siempre recomienda intentar acceder a estos préstamos debido a que su costo es menor al del mercado tradicional.
“Yo he visto empresas endeudadas a tasas ridículas (altas) y que tienen todos los requisitos para acceder a SBD”, se lamenta el asesor financiero.
Es importante que tome en cuenta que estos fondos son exclusivos para el giro de negocio. Es decir, que se inviertan en su totalidad en él. Si los recursos que necesita tienen fines diversos más allá del ecosistema de la empresa, deberá acceder a un crédito tradicional.
Sin embargo, cuando es demostrable que se utilizará el financiamiento exclusivamente en el giro de negocio, Diego Benítez, asesor de Empodérate, recomienda en primera instancia siempre buscar un crédito de SBD.
¿Qué información le van a pedir?
Cada operador financiero cuenta con algunas especificidades propias de su negocio, sin embargo, según detalla el sitio web del SBD, hay cuatro factores elementales en los que se fijan para otorgar estos fondos:
- Comportamiento de pago o historial crediticio del solicitante
- Garantía ofrecida
- Capacidad de pago del proyecto
- Experiencia en el negocio
En la experiencia de Rodríguez, uno de los aspectos en los que más atención ponen es en la capacidad de demostrar liquidez.
“Estos fondos, contrario a lo que en algún momento se percibía, no están direccionados hacia los emprendimientos en situación de supervivencia, sino para aquellas empresas que idealmente ya hayan hecho punto de equilibrio”, explica.
En ese sentido, es vital que la información contable de la empresa sea clara y que demuestre por qué es que el proyecto es económicamente viable.
Para Benítez, los negocios que tienen éxito en conseguir fondos de SBD normalmente son empresas ordenadas, en las que existe una transparencia que demuestra sus flujos de dinero.
“Por eso es importantísimo que las empresas trabajen en llevar una finanzas ordenadas, respaldadas y que puedan evidenciarlo en el momento que lo requieran. La gran diferencia entre poder acceder rápidamente a una línea de crédito o no, está justamente en eso”, dice Benítez.
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Una empresa que cumple con estos requisitos puede que obtenga el crédito de SBD en alrededor de dos semanas, considera el asesor de Empodérate.
Rodríguez, por su parte, recomienda destinar unos tres meses como tiempo de espera, en un escenario conservador. Sin embargo también menciona que es posible conseguirlos en 15 días.
¿Cuáles son los errores más comunes?
Rodríguez ha visto que en lo que más se equivocan las empresas que quieren acceder a estos fondos es carecer de un buen historial crediticio, además de no poder demostrar la capacidad de pago.
En el caso de Benítez, ha visto que las empresas suelen toparse con obstáculos que tienen que ver con la formalidad, principalmente en atrasos y deudas con entidades como la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) y el Ministerio de Hacienda.
Otra traba tiene que ver con esa capacidad para recolectar información contable de la empresa.
Para Adriana Rojas, socia fundadora de la empresa Salud Financiera, a las empresas incipientes les cuesta más acceder a estos fondos debido a que al iniciar operaciones no cuentan con información tan detallada.
“Le van a pedir información que normalmente van a tener las empresas que ya han recorrido un poco más el camino”, cuenta Rojas.
“Definitivamente en una etapa incipiente es más complejo, tenemos que haber organizado muy bien los flujos, tener un respaldo con todas las hojas de trabajo, que el contador nos apoye y generar un plan de negocio para demostrar que es una idea exitosa. Cuando ya no hablamos de supuestos y tenemos un historial real, con ingresos y gastos reales, es mejor visto”, explica Benítez.
¿Cuáles tipos de programas ofrecen?
Los fondos de SBD se otorgan mediante programas que ejecutan los operadores.
Estos planes son diferentes según cada entidad. Muchos de ellos son variados y apuntan a sectores, etapas y necesidades en específico. Por ejemplo, hay programas agropecuarios, créditos verdes, capital semilla, turísticos, para aceleración de empresas, entre otros.
Los fondos pueden usarse para capital de trabajo, adquirir equipo, comprar inmuebles, reparar maquinaria u otras necesidades que permitan el crecimiento del negocio.
En este enlace puede ver la lista completa de programas y los operadores que los brindan.
¿Cuáles garantías piden?
Al igual que en un crédito tradicional, la empresa debe contar con garantías para acceder a los créditos.
Se pueden utilizar, por ejemplo, garantías mobiliarias como inventarios y equipos, además activos circulantes como derechos a la ejecución de contratos, cuentas por cobrar resultantes, entre otros.
Sin embargo, si no le es posible cubrir la totalidad de las garantías que le pide el operador, el SBD cuenta con el Fondo de Avales y Garantías.
Este fondo busca garantizar parcialmente (hasta un 75%) a proyectos viables que no cuentan con garantía suficiente para el financiamiento que le otorgará el operador financiero.
Para participar por este aval debe calificar como micro, pequeña o mediana empresa.
A su vez, deberá demostrar que no cuenta con más garantías de acuerdo con las políticas del operador financiero. Después de eso será trabajo del SBD realizar la revisión correspondiente y, si cumple con los requisitos, se otorga el aval y se remite al operador financiero para su formalización.