Se escribe fácil, pero no lo es. No es fácil cambiar pero más difícil es perder el miedo a cambiar. Y cambiar es lo que toca en este momento de crisis. En las empresas más autóctonas, que vienen posiblemente de los padres o abuelos, las cosas se han hecho de determinada manera por años y décadas. Hoy todo debe estar sujeto a revisión, ya nada puede ser como era antes, ni siquiera en aquellos negocios o actividades “ganadoras” por la pandemia.
Sin duda, todos los empresarios y ejecutivos están ejecutando reestructuraciones o planes de tesorería y financieros. Sin embargo, eso es insuficiente. La crisis económica y social que vivimos, y que se agudizará, requiere medidas más drásticas, requiere cambios. Nuestras empresas autóctonas y ancladas en la tradición deben redefinirse para encontrar formas creativas de generar valor agregado.
Un cambio al cual se debe estar abierto es el de las fusiones. Integrarse con otra empresa de la misma rama de negocios para fortalecer los servicios puede ser una buena alternativa en estos momentos. Incluso, pensando fuera de la caja, integrarse con otra empresa en una rama complementaria puede ser todavía más efectivo, porque generaría no solo una visión distinta del mercado sino una integración de productos y servicios más adecuado al nuevo entorno que define a Costa Rica y al mundo. No veamos la integración solo como una forma de mejorar la situación financiera y sobrevivir, sino como una amplia oportunidad de responder mejor al nuevo mundo que se está diseñando.
Otro cambio corresponde a la forma de trabajar de todos. En este momento los colaboradores de las empresas quieren cuidar su trabajo y por tanto están dispuestos, posiblemente mucho más que antes, a explorar cosas nuevas. Debe haber una reconversión del talento, reskilling es la palabra utilizada en las áreas de consultoría, experimentar una nueva dinámica del trabajo, más eficiente y efectiva, en que el teletrabajo se puede convertir en una oportunidad siempre y cuando los colaboradores no se sientan solos, sino guiados, liderados.
No quiero dejar de insistir en un tema que ya he mencionado antes: la tecnología y la seguridad informática. Debemos aprender a ver en esto una ventaja competitiva, clientes que se sentirán mejor acogidos por una empresa proveedora que tiene procesos ágiles y seguros a partir de la tecnología remota. Llegó la hora de la inteligencia artificial, la robótica y el manejo de datos como guía para la estrategia empresarial.
Recordando a Charles Darwin, no es la especie más fuerte ni inteligente la que sobrevive, sino la que responde mejor al cambio.