El correcto diseño de la logística de una empresa puede convertirse en un elemento fundamental en la reducción de costos, aumento de los ingresos, generar un mejor servicio y logar una fidelización a largo plazo de los clientes. El alinear los elementos de la logística de manera eficiente y flexible hace de una cadena de suministro una ventaja competitiva.
Contar hoy con una cadena de suministro alineada se traduce en rendimiento operativo, incremento de márgenes y en la oportunidad de adaptarse a los mercados y a las demandas de los clientes.
Desde hace algunos años, la competitividad de la cadena de suministro está adquiriendo una enorme importancia debido a los retos que enfrentan las empresas ante el panorama socioeconómico mundial. De igual manera, el auge de los sistemas de información y la llegada de la inteligencia artificial, del machine learning y del internet de las cosas ha permitido una conectividad casi total entre proveedores y clientes, lo que ha hecho de la logística un factor imprescindible en la toma de decisiones.
Los aspectos que se deben considerar para convertir la cadena de suministro de una empresa en una ventaja competitiva son los siguientes:
Flexibilidad: En las condiciones actuales que son muy cambiantes, la capacidad de adaptación y el tener alternativas tanto en el suministro, como en el transporte coloca a las empresas en una posición preferente con los clientes, además de una producción que pueda satisfacer variaciones de la demanda de los clientes en tiempos cortos y de manera eficiente.
Coordinación: una cadena de suministro mejora si todos los eslabones tienen un objetivo común, cuando esto ocurre se incrementan las utilidades totales, por lo que se requiere que cada proceso tome en cuenta el impacto que tendrá en los demás. La falta de coordinación se da cuando en las diferentes etapas se tienen objetivos que se contraponen o se trabaja en silos, lo que retrasa y afecta directamente el servicio al cliente.
Colaboración: la tecnología es un importante elemento para la integración de la cadena de suministro, pero más allá de las herramientas tecnológicas se requiere una cultura que promueva la confianza y el compartir objetivos entre todos los actores a través de compartir conocimientos, disposición para aprenderlos y la alineación de las metas.
Enfoque en el cliente: se refiere a tener siempre en mente las preferencias y necesidades del cliente al realizar cualquier actividad. Un principio que debe ser compartido por todos los colaboradores.
Personalización: Los mercados de hoy demandan productos y servicios que respondan a requerimientos específicos de los clientes, se deben diseñar cadenas eficientes de productos y servicios adaptados a los clientes.
Agilidad: tiene que ver con diseñar y desarrollar conexiones efectivas entre las actividades, que eviten interrupciones y pérdida de eficiencia.
Alianzas estratégicas: contar con socios expertos en determinados procesos, que compartan los mismos valores y visión, puede incrementar la efectividad y la satisfacción del cliente.
Optimizar una cadena de suministro también ayuda a mejorar la experiencia y la satisfacción del cliente, a incrementar los ingresos y a eliminar probables riesgos, aspectos considerados por los clientes como ventajas competitivas.
Se debe establecer una estrategia de optimización constante de la cadena de suministro por lo que siempre hay que estar pensando en la mejora continua de los siguientes elementos:
En el almacén: aprovechamiento de espacios, reducción de costos de almacenamiento, incremento de capacidades, mayor seguridad para los colaboradores y los productos.
En el inventario: inventario preciso y clasificado de acuerdo con la demanda, localización correcta de mercancía, mejor aprovisionamiento de almacenes y tiendas.
En el transporte: aprovechamiento de espacios, seguridad para operadores y productos, también desarrollar estrategias de nuevas rutas.
También se deben tener en cuenta otros aspectos como los costos de mano de obra y gastos generales.
Para estar siempre a la vanguardia se debe revisar continuamente la cadena de suministro, determinar si está trabajando bajo presión, si la competencia la está superando en costos o servicio, estar revisando a detalle su red de distribución, cuantificar los logros en eficiencia y si se están aprovechando realmente las nuevas tecnologías digitales.
Porque, aunque pareciera que la optimización de la cadena de suministro sólo es necesaria después de un evento disruptivo a gran escala, la realidad es que cualquier momento es una buena oportunidad para que una compañía mejore su desempeño logístico y evalúe sus procesos y activos. Por eso, es recomendable que en lugar de sólo agregar capacidades de producción o distribución, se lleve a cabo una reestructura integral para evitar posibles interrupciones.
Optimizar la cadena de suministro puede generar ganancias rápidamente cuando se reasigna el volumen y el flujo de producción, consiguiendo un correcto abastecimiento, una reducción de inventario y de gasto de capital.
Definitivamente invertir en software y herramientas tecnológicas puede crear una cadena de suministro de alto rendimiento, en los tiempos actuales no se puede pensar en cadenas de suministro eficientes sin tener tecnología que apoye los procesos.
Indudablemente al optimizar la cadena de suministro se obtienen ventajas competitivas como mayor satisfacción del cliente, rápida respuesta ante cambios inesperados, incremento en la rentabilidad, reducción de costos, entre otros.
Hoy todas las empresas deben enfocarse en su logística, sea que la hagan con recursos propios o tenga uno o varios aliados que realicen los procesos. Para el cliente, la logística ya no es una variable más, sino un claro diferenciador.