Dejando de lado el Súper Tazón, es difícil pensar en un evento del calendario del fútbol americano que tenga más expectativas que el draft (sorteo anual de jugadores universitarios) de la NFL. Cuando los 32 equipos se reunieron en Nashville, del 25 al 27 de abril, buscaban añadir nuevas fortalezas a sus planteles. Eso nos hizo pensar: ¿exactamente cómo construye una franquicia a un equipo ganador?
Aunque hay muchos factores, la certeza común es que el éxito del equipo se atribuye principalmente a cuatro líderes organizacionales –el mariscal de campo, el entrenador en jefe, el director general y el dueño. Sin embargo, ¿quién es más importante?
La mayoría de los expertos dicen que la decisión está entre el mariscal de campo (QB) y el entrenador en jefe. El debate puede volverse acalorado. El mariscal podría parecer la opción obvia. Después de todo, el QB es el líder en el campo y su posición suele verse como la más importante en todos los deportes. Los mariscales de campo también son ampliamente los jugadores mejor pagados, tanto en la cima como a lo largo de la reserva de talentos de la liga.
Las personas que argumentan que el entrenador en jefe, la persona que dirige las actividades de los jugadores y la estrategia del equipo, es más importante, señalan el hecho de que este le dice a los atletas qué hacer. Además, el entrenador tiene una fuerte influencia en las tres fases del juego –ofensiva, defensa y equipos especiales– mientras que el mariscal contribuye directamente solo a la ofensiva.
Otros más señalan que el director general, a cargo de evaluar a los jugadores y reunir el plantel del equipo a través de agentes libres, intercambios y el draft, podría ser incluso más importante para el éxito que el entrenador. Después de todo, este no puede implementar exitosamente su estrategia en el campo sin los jugadores adecuados.
Finalmente, otros argumentan que el dueño de la franquicia de NFL es, de hecho, la persona más importante de la organización. Ted Sundquist, un ex jugador de NFL, entrenador y comentarista, señala los argumentos: Los dueños establecen la misión e identidad de la franquicia, seleccionan a los líderes organizacionales, el director general y (algunas veces) al entrenador, para que implementen su visión; y están posicionados para brindar recursos que desarrollen los talentos de esas personas.
Es importante reconocer que las líneas entre las cuatro posiciones de liderazgo son borrosas, especialmente entre el entrenador y el director general. Aunque las estructuras de poder varían a lo largo de la liga, los cuatro roles son vitales para el éxito: El mariscal de campo es el jugador más importante; el entrenador dirige y determina el estilo de juego del equipo; el director general reúne a los talentos; y el propietario define el tono, contrata y empodera a los otros líderes. Sin embargo, la pregunta permanece: ¿Quién es más importante? Para encontrar una respuesta, decidimos analizar los números.
Los resultados
Para nuestro análisis, creamos una serie de datos de 38 años, que incluyó los registros de victorias y derrotas de cada equipo en cada temporada. En el curso de nuestra muestra, el liderazgo combinado explicó una parte notoriamente elevada del éxito o fracaso de cada equipo. En total, nuestras cuatro variables de líderes –mariscal de campo, entrenador, director general y propietario– explicaron un 68,2% de la variación en el desempeño de los equipos. De ese 68%, los propietarios llevaron el menor peso (aproximadamente un 11,12% de varianza explicada), detrás de los directores generales (22,43%), luego los entrenadores (29,08%), y finalmente los mariscales de campo (37,37%).
El mariscal de campo parece ser el factor más importante para el éxito del equipo. Sin embargo, los entrenadores y directores generales siguen siendo muy importantes: representan más de la mitad de la variación explicada en nuestro modelo.
Hay algunos casos en los que los líderes del equipo tienen más de un rol. Jerry Jones y Bill Belichick son dos individuos a los que les asignamos múltiples roles en nuestra base de datos, pero también hubo otros. En dichas situaciones, podría ser justo argumentar que un ejecutivo tiene incluso más influencia que el mariscal de campo en el desempeño del equipo, a partir de nuestro hallazgo en el sentido de que el entrenador y el director general combinados son responsables de una varianza mucho mayor que la del mariscal.
También decidimos dividir nuestra muestra a la mitad -19 años en el siglo XX, y 19 en el siglo XXI para ver si había alguna tendencia. Encontramos que los propietarios y directores generales fueron ligeramente más importantes en el siglo XX, mientras que los mariscales de campo parecen haberse vuelto más importantes en el siglo XXI.
En los últimos años, el futbol americano se ha vuelto más complejo y más dominado por la ofensiva. Tenemos la hipótesis de que, junto con esta evolución, se ha vuelto más importante que nunca el tener un mariscal de campo efectivo. De acuerdo con nuestro modelo, este incremento en la importancia ha ocurrido a expensas del propietario y el director general. De acuerdo con los recientes resultados de las votaciones para jugador más valioso de la liga, los QBs se han llevado el premio a casa en un 92% de los últimos 12 años, un dramático incremento respecto a la tasa de 63% durante los primeros 32 años de historia de ese reconocimiento.
Esto ayuda a explicar por qué todos le ponen mucha atención al draft de la NFL en abril, mientras que los mejores mariscales de campo también provocan mucho debate durante el periodo de agentes libres. El hallazgo también valida la obsesión generalizada en la liga por evaluar y proyectar el éxito de los mariscales de campo colegiales.
De la NFL a los negocios
Una implicación de nuestras investigaciones es que la capacidad de ejecutar se ha vuelto más importante en el siglo XXI, como lo refleja la creciente importancia de los mariscales de campo. Cuando las personas piensan acerca del desempeño, suelen pensar en líderes que generan grandes ideas, pero olvidan que el valor se crea o destruye por personas que están “en el campo” implementando esos planes. Una figura como el mariscal de campo no solo produce resultados en el campo, sino que también dirige al equipo en medio de los juegos.
Estos deberes se refuerzan entre sí: los líderes que producen pueden inspirar a los seguidores en forma más efectiva. Por ende, creemos que es indispensable que las organizaciones tengan sólidos “mariscales de campo”: esos codiciados productores-expertos-líderes-directivos que puedan impulsar la excelencia en la ejecución.
Otra implicación relacionada es que el ejecutivo en jefe no es el único con una gran influencia en el desempeño organizacional. Se requiere un equipo para ser exitoso: Las organizaciones de la NFL no tendrán éxito si enfocan todos sus recursos en un QB estelar pero no lo rodean con buenos socios a nivel de entrenador y director general. Lo mismo aplica para un equipo que dedica una desproporcionada cantidad de tiempo y dinero para un gran entrenador o director general a expensas de otras posiciones de liderazgo. Cuando se trata de gobernanza y prácticas de contratación, las firmas deberían darse el tiempo para determinar qué roles de sus organizaciones son los más importantes, asegurarse de que los ocupan las personas correctas y hacer todo lo que puedan para desarrollar y retener a esos líderes.
Boris Groysberg es profesor en la Harvard Business School. Evan M.S. Hecht es un analista de investigaciones independiente. Abhijit Naik es un investigador independiente.